IV

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EMMA

No alcance a decirle que también me gustaba y mucho.

Llorando me fui a casa.
Al los dos días fue el funeral.
Estaba derrotada, nunca había tenido una sensación así, muchos menos hablado con un alma.

Mi rutina tuvo que seguir normal pero sin ir al café. Preferí evitarlo, me lo recordaba mucho.

A la salida fui a la plaza donde lo vi por última vez y la banca en la que siempre me sentaba, estaba ocupada.
Busque otra, pero todas estaban llenas a si que me senté al lado de un árbol, saqué un libro y me puse a leer, pero no podía concentrarme, ese lugar esa banca fue el último lugar donde vi al chico del café.

Eso se convirtió en otro hábito. Solía ir constantemente a esa plaza, así lo sentía cerca, imaginaba en algún momento el aparecería, como sea pero volvería.
No suelo tener sentimientos por alguien, siempre soy indiferente en ese sentido.
Si, leo novelas románticas pero no soy de profesar el amor.

Un miércoles en la tarde, mi día favorito de la semana porque salía temprano, fui a sentarme en la banca del parque a leer, me relajaba mucho. En eso apareció un chico más o menos de 20 años y se sentó a mi lado.

-Disculpa pero las demás bancas están ocupadas.
-No hay problema.- seguí leyendo.
-Estoy esperando a alguien.
-Si, que bien por ti.-no me gusta que me interrumpan cuando leo.
-Disculpa que sea entrometido pero ¿que estás leyendo?.- qué cargante es.
-Un libro.- dah
-Así veo.

Pasó un rato y el chico seguía en la banca mirando de reojo mi libro.
Me pare y fui a casa.

El viernes me junté con un amigo y fuimos a la misma plaza, quedamos de almorzar algo express ahí como era tranquilo.

-A si que Emma, ¿cuando aceptaras mi salida a comer?.-pregunto James por 1737283 vez.
-Estamos comiendo.
-Ya pero sabes a qué me refiero.
-Y sabes la respuesta.
-Me contaste lo del chico del café y entendí pero han pasado días y bueno quizá te haga bien distraerte.
-Si te molesta comer conmigo en la plaza mejor nos devolvemos a la U.
-No es eso...

De pronto apareció el mismo chico que vi en la banca la vez pasada y el muy descarado se sentó aquí.

-Perdonen chicos, ¿me puedo sentar? Quede de juntarme con alguien justo aquí pero veo aún no puede quedar conmigo.
-Amigo no es por pesado pero no puedes esperar en el árbol o en otro lugar, estamos conversando.-Respondió James
-Lo siento pero es que si no es en esta banca no me reconocerá.

Será que trae aquí a todas sus conquistas porque la vez pasada era casi la misma situación.

-Sabes, esta bien. Siéntate aquí, James vamos al pasto, así estamos más cómodos.
-Bueno Emma.

Nos sentamos en el árbol y en ocasiones miraba al chico de la banca, pero no llegaba nadie.

-Oye mira ha pasado media hora y aún no llega nadie a juntarse con el de la banca.-comenté
-Quizá quería coquetear contigo, como tan irrespetuoso si yo estoy a tu lado.
-Pero solo somos amigos, quizá lo asumió.
-Tú sabes lo que quiero contigo.
-No sigas.
-Como te cuesta tanto superar algo que nunca fue.
-Aveces las cosas que "nunca fueron" te marcan más que situación que si pasaron, hasta son más importante que los que aún están.
-Como quieras, no perderé más mi tiempo. Si quieres llámame.

Se paró y me dejo sola comiendo galletas. Saque mi libro y me puse los audífonos, quería distraerme un rato.
En ocasiones el chico me miraba, pero era súper rara la situación.
Como sea, leí unos capítulos y me dirigí a la próxima clase que tenia, en eso el chico me hablo.

-Hey, te he visto aquí seguido, ¿es como tu lugar especial?
-No tengo porque responder a eso, ademas, pareciera que tú siempre esperas a alguien, quizá traes a todas tus conquistas aquí.-soy un poco directa aveces, solo un poco.
-No, de hecho no son "conquistas" es solo una chica que me llamo la atención.
-Parece que tú no a ella, por algo te deja esperando tanto rato.
-Quizá... y tú, ¿siempre vienes con tu novio?
-No tengo porque responder a eso. Tengo clases, adiós.
-Espero volver a verte, quizá en esta misma banca.
-Como sea...Bye

Que insistente, o seré yo la antisocial. Igual después de lo del chico del café no quiero exponer mis sentimientos con nadie.
Tengo el corazón herido, y me da miedo salir lastimada de nuevo.

Pasaron semanas cuando una mañana en la que iba a la universidad, pase al café.
En algún momento tenia que enfrentar el ir y tratar de superar lo qué pasó.

Ese día de casualidad llovió.

Y ese día me encontré al chico de la banca trabajando en el café.

La Chica del CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora