I

22 0 0
                                    

Liam es mi nombre, soy un chico de 25 años. Mi vida no es muy interesante, trabajo en un café de renombre cerca de varias universidades aunque a mi no me ha llamado la atención estudiar.
Vivo a 30 minutos de mi trabajo por lo que llego temprano casi todos los días.

Las mañanas pasan lento, pocos clientes, la mayoría ejecutivos que trabajan cerca. La tarde es más rápida, sobre todo a la hora de almuerzo en la que viene mucha gente.
Desde comienzo de marzo, hay mas gente ya que empieza el año universitario, veo pasar a muchos porque mi trabajo queda frente a una parada de autobús.

Desde el inicio de ese mismo mes, me llamo la atención una joven que siempre pasa cantando, no le veo audífonos, sino que va en su mundo, como si la canción estuviera en su cabeza.
Aveces mira la tienda queriendo pasar pero no lo hace, bueno no hasta aquel día lluvioso.

Eran las 9 de la mañana, recién abríamos el café cuando ella entró.
Pidió un capuchino caliente. Esperaba que le pidieran el nombre ya que así se venden los café aquí, ponen el nombre en el vaso. Resulta que como era la única en el local, mi jefe (que estaba de cajero) no se lo pidió.
Me gane al lado de ella mientras esperaba por su pedido.

-¿Hace frío afuera?- le pregunté. Que pregunta mas idiota.
-Mas o menos, pero el día esta como para tomarse un café.
-¿Tienes que esperar a que llueva para tomarte uno?
-El café tiene su momento indicado para tomarlo, y creo que hoy es el día.

Tomo su café y se fue a su universidad o eso creo.

Pasaron los días y cada vez iba mas frecuente a mi trabajo, variaba la hora pero siempre iba.
Cuando hacía el pedido y no había gente para atender en las mesas me ganaba a su lado mientras esperaba el pedido. Su nombre era Emma.
Lindo nombre pensé.

Llego un día en que fue a almorzar, sola.

-Hola, que le sirvo-pregunté.
-Mmm ¿alguna recomendación?.
-Creo que le vendría bien un capuchino con un pie de limón. Aunque si gusta almorzar tenemos Sushi de variados ingredientes.
-Creo que me tomare el capuchino de siempre con la sugerencia que me dio joven.
-Dime Liam.
-Entonces Liam quiero eso. Ojalá sea pronto que tengo clases en un rato mas.
-Enseguida le traigo el pedido señorita.

Ni siquiera me dijo su nombre, tal vez cree que lo vi en el café, estaba en lo cierto.
Luego de que le lleve el pedido, saco un libro y comió leyendo.
Me dejo buena propina y se marchó.

A mi hora de almuerzo, fui a tomar una bebida afuera de su universidad por si la veía.
Súper "acosador" de mi parte pero quería saber algo mas de ella, de sus amistades lo que sea. Ese día no la vi, pero al pasar los días iba cada vez que tenia libre a comer algo afuera de su universidad hasta que la vi con un chico abrazada.
Sin motivo me puse celoso y no fui mas.
Ella siguió yendo a la cafetería todos los días.

La Chica del CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora