V

161 6 0
                                    

POV. Nairobi

- Axel...

- ¿M-mamá?

- Vos voy a dejar - Bogotá sale.

Dos grosas lágrimas me drenan el rostro e abro los brazos para uno abrazo y él viene y me abraza fuerte. Lo abrazo fuerte también y aprovecho aquél momento. Nos miramos.

- Tengo tantas preguntas, mamá.

- Lo sé. Sólo quería verte, hijo. Has crescido mucho, Axel - Lo digo emocionada.

Él sonríe. Veo que Helsinki aún está vendo en la puerta emocionado.

- Helsi, ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! Te debo mi vida, cariño.

- No exageraciones. Sólo te ayude - Dice él, modesto cómo siempre.

Yo y Axel aún quedamos mirando Helsi.

- Tal madre, tal hijo - Dice Helsi vendo nuestras similitudes antes de salir.

Nos miramos. Aún siento unas lágrimas de la emoción.

- Tengo de te explicar lo qué pasó, Axel, pero no fue mi culpa. Me tomaron de tí por un  error estúpido. - Más lágrimas me drenan por mi cara.

- Nunca me ha arrepientido tanto de algo en mi vida - añadido. - Perdón, Axel. Perdón - Lo digo con mi mano en su pelo.

- Todos cometemos error y te disculpo. Eres mi mamá - Dice Axel.

Me dejo emocionar y más lágrimas me drenan.

- ¿Puedo hacer una pregunta? - Pregunta Axel.

- Por supuesto, cariño.

- ¿Y mi papá?

Sospiro. No es algo que me apetece hablar de eso, pero él tiene todo el derecho de saber. Entonces, lo tengo que hacer.

- Axel, es difícil... La vida de los adultos no es muy fácil e tu papá te dejo. Él es un grande gilipollas. No has idea de lo que él pierde.

Uno silencio se acosta en el salón hará yo romper el hielo.

- Esto no es un local para críos ahora. Estamos haciendo un atraco, pero... ¿quieres ver lo qué está pasando aquí?

- ¡Sí!

- Más al fin del día hablamos mejor para nos conocemos, ¿vale? Quiero conocer mejor mi hijo.

- Claro.

Me levanto y le cojo la mano que él segura y me sigue.

Salimos del salón y lo levo al "despacio" del Palermo para él saber que tenemos uno niño acá en el banco. Entro en el despacio y veo un Palermo sorprendido.

- La madre que me parió. ¿Qué carajo has un crío acá? ¡No tenemos críos rehenes - Dice el argentino con el ojo herido.

- Escucháme, Palermo. Él es Axel, mi hijo. Helsinki lo cogió por mí. Él va quedar acá con nosotros.

Él sospira, derrotado.

- Tenemos es de lo colocar en seguridad siempre - Protesta el argentino.

- Ya lo sé. ¿Puedo lo mostrar algunas de los salón para él ver?

- Con muy cuidado, Nairobi. ¡Me oyes! Com cuidado - Inseste él.

- ¡Sí! ¡Por supuesto! - Concordo con él y Axel sonríe.

Iba a salir y veo Estocolmo con Tokio.

- ¿Él es...? - Preguntan las dos.

- Axel, ellas son Tokio y Estocolmo - Le apresento Tokio y Estocolmo. - Tokio, Estocolmo, él es Axel, mi hijo.

- ¡Hola! - Dicen los tres.

- Él es tan hermoso como la madre - Dicen las dos en unísono.

- Él es muy parecido contigo - Dice Tokio, vendo nuestras similitudes, antes de ir hablar con Palermo.

- ¿Qué quieres ver primero?

- Las armas - Dice él con una sonrisa como igual la mía cuando yo era una niña.

- ¡No! Son muy peligrosas y no te voy mostrar algo así. Perdón. Ya sé. ¿Qué me dices de ver el oro?

- ¡Vamonos!

- La temperatura abajo es muy alta. ¿Llevas más ropa en bajo?

Él confirma.

- Tengo una camiseta.

- Entonces, quitate eso y quedas solo con la camiseta.

Él tira el abrigo y la camisa qué tiene arriba y quéda con la camiseta y me sigue.

Tomemos un elevador y veo Denver allí.

- ¡Holá, mi amor! Él es mi hijo, Axel. Axel, él es Denver. ¿Vas a bajar?

- Sí - Contesta el chico de pelo ondulado.

POV. Axel

- ¿Son novios?

Ellos se rien a las carcajadas.

- No, cariño - Me siento un poco avergonzado. - Yo llamo al todo el mondo "cariño" y "mi amor".

  - Vale. No lo sabia.

Ese tal de "Denver" empieza a bromear conmígo.

- ¿Qué tal estás, Axel?

- Bien. Esto es muy grande - Digo admirado con el amño del banco.

Miro la arma que Denver lleva a la citnura y él me mostra la arma sin que mi mama vea y la guarda cuándo mi mama mira nosotros.

Él lleva el dedo a la boca señalando que es uno secreto. ¡Me gusta este tío!

------------------

POV. Axel

Llegamos allá abajo y me siento muriendo de calor.

- ¡Madre mía! ¡Qué calor!

- Te avisé - Dice mi mamá con calor también - Pero anda ver esto. Vas amar.

POV. Nairobi

Creo que él va amar el oro. Le mostro cómo estamos fundiendo el oro y él queda maravillado.

- ¡Wow! ¡Qué guay!

- Anda ver, Axel - Le mostro la carretilla llena de granitos de oro y coloco allá mi mano. - Pruébalo.

Él coloca la mano y me imita.

- Guay...

Él continua hasta Matías se acercar.

- ¿Qué hace un niño acá?

- Es mi hijo.

- Joder - Dice él y Axel queda con una pequeña sonrisa en la cara. - Perdóname el Vocabulario. ¿Tienes cuántos años?

- Nueve años.

- Eres muy valiente para quedarte acá con este calor insoportable.

- Creo el oro tan guay qué ni me ha acuerdado del calor - Dice mi hijo solando.

- Lo mejor es volvernos por el calor - Digo.

- Vale. ¿Podemos volver?

- Quizás - Contesto entrando en el elevador y voy le mostrar más del banco.

La Casa De Papel 4 [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora