I

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En lo profundo del bosque, a horas del amanecer...

Corría a gran velocidad por el bosque esquivando cada arbusto que veía, su presa no podía escapar, con agilidad salto sobre algunos troncos. A unos metros estaba su presa ignorando su destino, su iris se volvió tan rojo como la sangre, podía escuchar el palpitar de sus venas, dio varios saltos más y logró atrapar a la cierva aunque esta trató de huir, mostró sus largos colmillos y... Dejó al animal huir, este corría despavorido, sonrió y la siguió, corría al lado del animal sonriendo. El roció que caía en la madrugada antes del amanecer era agradable. Dio un enorme salto a un tronco y lo escaló, era el más alto de todos, llegó hasta la punta, podía ver todo el bosque en todo su esplendor y al girar podía ver las luces de la gran ciudad, volvió a baja y continuó corriendo, quería saber cual era su capacidad, cuánto más podía correr, iba tan emocionada corriendo que no se dio cuenta que algunos metros había un barranco y cayó por el, pero logro aferrarse a unas rocas, escaló hasta llegar arriba, se puso de pie, era un barranco bastante profundo, donde el río en el fondo corría con mucha velocidad, para poder pasar al otro lado tendría que dar el salto más grande de su vida y aún no podía, pero aunque pudiera estaba prohibido pasar al otro lado.

-Sabes que no puedes cruzar, esta prohibido, ¿o quieres que te coman? —le advirtió una voz conocida tras suyo —Aunque si fuera yo, dejaría que te comieran —la mire con una media sonrisa, Eric sonreí mostrando sus colmillos, era alto y pálido, cabello rubio peinado hacia atrás, vestía una polera de mangas largas color gris oscuro, con un cuello redondo algo desgastado, unos jeans negros y botas. Sin que le dijera nada me lance sobre él para atacarlo, pero fue más rápido que yo y esquivo mi golpe y yo recibiendo una patada en el estómago y por último un codazo en la espalda —. Eres muy predecible —escupió con rabia —. Sabes que podría matarte muy fácil, ¿no?

—¿Por qué no lo haces? —pregunté aún en el suelo.

—Porque yo no se lo permito —respondió una voz entre las sombras, al mostrar su pálido rostro, sonreí, era Billy, serio como siempre, de cabello corto castaño, su vestimenta siempre era elegante, pantalón, camisa sin corbata, veston y zapatos. Me levante —. ¿Que hacen aquí y ha estas horas?

—No podía dormir —le conteste, y era verdad, últimamente tengo más pesadilla de lo normal.

—Pesadilla —afirmó él —. ¿Tú? —miró a Eric.

—Yo solo quería ver si se caía por el barranco para así confirmar la lamentable noticia de su muerte —me dio una sonrisa burlesca, aunque esta vez me dio más miedo, a veces no se cuando está bromeando y cuando no —. Y si cayó por el, pero sobrevivió, una lastima —dijo levantando los brazos y se fue perdiéndose en lo profundo del bosque.

—Intente saltar lo más alto y pasar al otro lado —dije.

—Sabes que no puedes cruzar de esa manera, que hay un puente —me recordó.

—Pero tampoco puedo cruzar por ese puente, ¿o me equivoco?

—Si, es verdad, no puedes, solo nosotros —contesto.

—Es estúpido, de todas formas los vemos en la ciudad, no entiendo por qué no puedo ver su territorio —me cruce de brazo.

—Por qué es eso, su territorio —me dijo con obviedad —. Vamos que ya amanecerá.

—Recuerda que no nos afecta —le recordé caminando a su lado para volver.

—Pero aún así, creo que debes dormir un poco aunque sea, eres una niña, Juliana.

—Una niña vampiro —él me sonrió.

—Así es y que esta descubriendo sus poderes, y sin mí permiso ni vigilancia —me encogió de hombros, caminamos durante el trayecto a casa.

Dhampiresa [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora