XIX

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Valentina

Nunca pensé que vería uno en mi vida, siempre creí que no existía, pero no ahí estábamos caminando detrás de uno; su mitad de arriba era enorme, cuerpo de hombre con músculos bien formados y la mitad de abajo de caballo de pelaje marrón oscuro. Tenía el cabello largo liso, color azabache y de ojos marrón. Su nombre era Phillip. Nos llevaba en lo profundo del bosque, la oscuridad se mezclaba con el rojo de la luna, Juls iba tomada de mi mano, también iban Luke, Mérida, Macario y mi hermano. El centauro no hablaba nada solo caminaba y caminaba.

Hasta que por fin nos detuvimos pasando por unos arbustos, vimos una pequeña laguna de aguas azules, lo extraño es que el azul resplandecía con mucha fuerza, en medio de la laguna había una espada que emitía esa luz azul y al parecer eso causaba que el agua se iluminará. Nos dimos cuenta que al rededor de la luguna habían más centauros, entre ellos mujeres y niños.

-Hace varios días que esta asi —dijo Phillip —. Tal vez tu nos podrías explicar —miró a Juls.

—¿Yo? Ni siquiera se lo que es... Bueno se que es una espada, pero no se que tendria que ver conmigo.

—Ella no sabe, Philip —dijo una voz tras de él, Philip se movió y vimos a otro centauro parecia ser más viejo y se nos acercó, pero no dejaba de ver a Juls —. Eres idéntica a ella.

—¿A quien? —preguntó Juls confundida.

—A tu madre —contestó, la mirada de Juls cambió, sus ojos brillaban.

—¿Usted... Usted la conoció? —preguntó.

—Si. Llegó a nosotros herida —contestó —. Curamos sus heridas, pero aún así ella sabía que no se salvaría. Ella fue quien dejó la espada enterrada. Sabía que vendrías. Cuando estuvieras lista.

—¿Lista? ¿Pará qué?

—Pará usarla. Es tu herencia —contestó el centauro.

—No se si estoy lista para usarla. No se si la merezca —le dijo Juls, apreté su mano, me miró.

—Yo se que puedes —le di fuerzas, ella me sonrió.

—Esa espada siempre emitía una luz, pero no tan fuerte como ahora. La espada sabe que ya estas lista, por eso su luz es tan potente —le dijo, Juls asintió, me miró y me dio un corto beso y luego se alejo, camino hasta el lago, no era muy profundo, ya que al llegar frente a la espada el agua le llegaba a la cintura. Se puso frente a ella y la miró, la tomó de la empuñadura con las dos manos y vi que cerró los ojos, los abrió con fuerza y jalo la espada hacia arriba sacándola por completo causando una honda expansiva al rededor del bosque, Juls miraba la espada asombrada, la luz azul seguía pero más tenue, tocaba la hoja con suavidad, veía el brillo en sus ojos y una sonrisa en sus labios, alzó la vista y me miró y sonrió de la misma manera.

*      *      *

—Está no es nuestra lucha —le decía Phillip a Mérida.

—Aún así les afecta —le dijo enojada, sabía que no los iba a poder convencer —. Pero esta bien, no insistiré —dijo rendida y se fue con Luke.

—Es hora de irnos —me dijo Juls, tenía la espada en su espalda.

—Espera un poco —le dije, me acerque donde ellos antes de que se fueran —. Philip —lo llamé, él y los demás se giraron para verme —. ¿Tienes familia?

—Si.

—¿Y la amas? —volví a preguntar.

—Arriesgaría mi vida por ellos —contestó firme.

Dhampiresa [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora