───────04───────
❝La solución del calentamiento global❞.
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Si hoy era el momento de hacer algo, se haría. Ni más tarde ni más temprano.
Después de luchar con la maldición con cabeza de volcán, el momento de que Yuuji Itadori dejara su escondite y dijera hola de nuevo, al mundo llegó. Y nada mejor que llevarlo en un carrito de helados (?) como una entrega de paquete especial, pues hoy era un día especial.
Iban a pasar muchas cosas, entre tantas, la supuesta solución a los problemas ambientales llegaría en el momento en que se supiera de la no muerte de Itadori, alguien vomitaría, otro reiría hasta que le dieran problemas estomacales (como un intercambio por el calentamiento global y contaminación del planeta) y otro se desmayaría del shock; o bien, eso es lo que Gojou Satoru le dijo a su pelirrojo y, supuestamente ─ para todos los demás una realidad─, muerto alumno.
En la realidad que ellos vieron, entre ello el cadáver sin corazón de Itadori, Fushiguro Megumi y Fugisaki Nobara sentían pesar por la muerte de su compañero. Habían ido a su tumba y puesto flores. A solas, cada uno por su parte, fue y le dedicó algunas palabras; Satoru estuvo especialmente interesado por las idas de Fushiguro a la tumba de Yuuji, pero usualmente eran reinadas por silencio. El serio pelinegro se perdía en sus pensamientos mientras estaba en el cementerio, observando con recelo, para sí mismo más que para alguien más, la lápida que se mandó a hacer para Itadori. Y el profesor prefirió dejar de husmear en esas ocasiones tan delicadas.
Sin embargo, este mismo esperaba que no estuviera tan equivocado en lo que le dijo a Yuuji, aunque un mal presentimiento persistía; no lo haría notar. La sonrisa emocionada de Yuuji lo había terminado contagiando.
Los estudiantes de Tokio y Kioto se juntaron, con todos los grados, para cierto evento especial que hacían cada tanto. Una competencia, mejor dicho. Y allí, por supuesto, no podía faltar su querido pupilo.
Llegó con su paquete especial, con Yuuji aguantando la risa y emoción. Satoru rápidamente repartió para todos unos talismanes especiales, como regalos para los de Kioto y se acercó a los estudiantes de Tokio, quienes lo observaban con desconfianza al verlo tan emocionado (como todos fijaron).
─ ¡Y para los de Tokio, le tengo un regalo especial! ─ exclamó jubiloso. Entonces Yuuji salió de la caja, sin embargo la reacción no fue buena.
Los estudiantes de Kioto ni siquiera le prestaron atención, y, bueno, los de Tokio no estaban especialmente contentos.
Y, siempre hubo malentendidos. Los profesores se preguntaron donde tuvo a Itadori todo ese tiempo y qué estuvieron haciendo. Seguramente pronto Satoru escucharía rumores de que encerró a Yuuji Itadori en su casa, le hizo quién sabe qué cosas pervertidas, y no sé qué más. Muchos "bla bla bla" empezaban a balbucearse en su cabeza, sobreponiéndose a los rumores que empezaba a imaginarse correrían como relámpagos entre los hechiceros. Solo podía suspirar resignado.
Podía ser guapo, inteligente, frívolo, analítico, y cosas buenas y malas, pero parece que nunca encontraría la manera de ser solamente Gojou Satoru el Profesor. No, entre los hechiceros, por más que usara su astucia, sería visto como Gojou Satoru el Profesor Pervertido y Gay.
«Empiezo a entender a Suguru. »
Mientras observaba la competencia de todos los estudiantes solo se mantuvo callado, odiando al mundo de la hechicería que se había vuelto así como era. Hasta que llegaron los problemas.
Una shipp potencial quería crearse, y le hubiera gustado observar más, pero estuvo un poco ocupado rompiendo la cortina y acabando con maldiciones como para eso. Así que la declaró como una Broshipp, porque su OTP por supuesto eran Megumi y Yuuji. Y, con su poder de profesor, haría que se volviera realidad.
( ・ิω・ิ)( ・ิω・ิ)( ・ิω・ิ)( ・ิω・ิ)( ・ิω・ิ)( ・ิω・ิ)( ・ิω・ิ)
Un mes para esta megda...
Perdón ;-;
Cha-chau
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[HIATUS] Gojou Satoru y sus habilidades especiales para espiar. - JK
Fiksi PenggemarNacido con el poder de los 6 globos oculares de la familia Gojou, Satoru tiene un amplio panorama de visión. Ahora ha decido usar sus dotes para vigilar a sus pequeños estudiantes, aunque su sentido de la privacidad es tan vago como él mismo, quiera...