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Él tampoco pudo sacársela de la mente, quería una explicación al ambiente que ella emitía, se preguntaba si sus amigos sentían lo mismo, cuando ella estaba cerca sentía paz, sentía comodidad, era ese tipo de ambiente del cuál nunca quieres salir, tenía la necesidad de estar cerca de ella y sentir eso, pero no podía, su cabeza daba vueltas, ¿que sentía?, no era normal, además era una chica la cual casi nunca había visto más que en los pasillos, esa fue la primera noche en la cuál no pudo dormir cómodamente, era culpa de esa chica, y así estuvo por 2 meses.

"Soobin" su nombre rondaba por su cabeza, ahora era la manera en la que se les llamaba a las obras de arte, y decir ese nombre hacía que su corazón estallara mil y un cosas sentía y solo sabía el nombre de una de esas miles de cosas que sentía, amor, lo demás era nuevo, eran vacaciones, no vería a su preciado chico hasta 2 semanas después, una tortura, había desarrollado con el tiempo la verdadera necesidad de verlo, solo tenía sus redes sociales, pero no era lo mismo que poder verlo en persona.

El chico decidió salir a caminar por los lugares que más frecuentaba la chica, había convivido con ella de manera cercana 2 meses, conocía los lugares a los que ella iba con frecuencia, que curiosamente eran también los que el frecuentaba, quería verla, quería explicaciones, no lograba encontrarla en ninguno de los lugares, o bien no iba a los lugares o bien simplemente no iban a la misma hora, pero a pesar de eso seguía yendo.

Ella no había salido, se mantenía en su cuarto, mirando a la ventana, no se sentía animada del todo, lloraba, mucho, lo hacía esta vez más frecuente que antes, el haberlo conocido más a fondo la había enamorado más, y ahora tenía más miedo de que no estuviera con ella, ¿le hacía bien o mal?, otra vez esa pregunta y ella se trataba de convencer de que él le hacía bien, no quería salir ese día, pero si no salía menos podría encontrarlo.

Ambos caminaban con el mismo rumbo, pero diferente hora, el chico entraba y se quedaba ahí al menos una hora, y la chica llegaba 20 minutos después, hasta que llegaron a esa cafetería frente a un río, era el atardecer y el río brillaba debido al sol que se ocultaba, la chica entró y se sentó en la terraza a admirar la vista, el chico entró de la misma manera y se sentó en la mesa delante de ella, ninguno de los dos se percataba de la presencia del otro, 2 meseros diferentes llegaron y le tomaron la orden a ambos, al momento en que ambos hablaron al mismo tiempo sus miradas viajaron a las del contrario, se habían encontrado.

No voice; Soobin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora