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◈ Caroline ◈

Si había algo qué sabía hacer desde mi juventud, era jugar al juego de atrapame si puedes con Klaus, aún recuerdo las veces qué mi madre me decía qué en algún momento iba a ser atrapada por él, nunca lo creí, hasta qué me encontré perdidamente enamorada, pero eso fue hace mucho tiempo.

—¿No crees qué se va a enojar Klaus cuando se entere qué juegas con él?— Daphne se acercó a mi y apoyo su cara en mi hombro derecho, aquella preocupación me generó una sonrisa.

—¿Quien dice qué no lo sabe?— Le pregunté mientras me apoyaba contra ella. —Hemos hecho esto con Klaus desde qué nos conocimos, él sabe leer mis señales.—

—Igual no creo qué sea lo más indicado, teniendo en cuenta qué es muy impulsivo y te puede hacer daño.—

Quería burlarme de los miedos de mi amiga, sabía qué eso podía ser cierto pero también sabía qué no haría eso conmigo, lo máximo qué me haría es clavarme una daga por unos días, nunca lo hizo pero esa idea siempre estaba en mi mente.

—Daphne escucha...— Me quedé callada cuando sentí un ligero dolor en mi cuello, mi mano tocó aquél lugar tratando de encontrar el causante de ello pero no había nada.

Aquello no paso desapercibido para mi amiga, qué inmediato me miro preocupada, pero le hizo una seña con la mano para qué vea qué no es importante, pero sinceramente no me gustó tuve un mal presentimiento respecto a lo qué acababa de pasar.

◈ Davina ◈

No pude evitar sonreír cuando me levanté y encontré todos los regalos qué Caroline me había dejado en algún momento de la mañana a los pies de mi cama, ella siempre conseguía levantarme el ánimo apesar del encierro en qué me mantenía Marcel, aunque sabía qué lo hacía por protegerme.

Mientras veía los libros qué me había conseguido, leí la pequeña dedicatoria qué me había puesto en uno de ellos: "Cariño, aún no olvido la promesa qué te hice, pero te dejo estos regalos para qué de cierta manera descubras el mundo leyendo".

Una sonrisa volvió a formarse en mi rostro al recordar qué unos meses después qué me había conocido, ella me prometió qué me llevaría a conocer el mundo, pero primero tenía qué convencer a Marcel y esperaría a qué sea más grande también.

—Creó qué empezaré con este.— Dije mientras agarraba el primer libro qué estaba en la pequeña torre de libros qué me había dejado.

No había alcanzado a leer el título del primer capítulo, cuando un escalofrío recorrió mi cuerpo, estaban haciendo magia en alguna parte sin darme cuenta me acerqué al atril de dibujo qué había en mi habitación y mis manos empezaron a moverse solas, a medida qué muchas imágenes aparecían en mi mente.

—Caroline. — Fue lo último qué pudo salir de mis labios antes qué todo a mi alrededor se volviera absolutamente negro.

A/N: ¿Qué les parece? se qué es corto, pero hace un montón qué no escribo y estoy fuera de forma, pero seguro mañana volveré a subir otro capítulo.

An Original LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora