Temores Justificados

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Juan Carlos buscó soporte donde pudo, una poco placentera ansiedad empezaba a manifestarse, no sabía que es lo que lo había alterado tanto, era un hecho que en la fotografía no se podía identificar nada, prueba de esto eran los comentarios que acusaban de falsa a la imagen e incluso de alterada, sin embargo, no era capaz  de evitar el sentimiento, estaba aterrado ante la posibilidad de que alguien pudiera identificarlos.

Finalmente encontró el tan necesario apoyo en el sillón de su sala, estaba respirando agitadamente y seguía refrescando la imagen en búsqueda de algún alma que los reconociera, pero a pesar de su insistencia no apareció nadie que no dudara de la veracidad de la foto, trato de calmar su respiración con largas inhalaciones y exhalaciones, estaba siendo irracional y lo sabía, había aceptado el tonto trato de Tulio y eventualmente tendría que lidiar con las consecuencias, pero no podía evitarlo, algo de todo eso seguía sin convencerlo, y aún no podía identificar qué. ¿Sería que temía que descubrieran que era falso? ¿Que el reportero de alta moral había entrado también en el engaño? O que todos cayeran en su "amor" y a los ojos de las personas fueran la pareja ideal, pero en el fondo él supiera que todo es una vil y traicionera mentira.

Trato de alejar esos pensamientos, aventó su celular en el sillón y restregó sus manos contra su cara, tenia que relajarse, tenía que PENSAR ¿qué es lo que iba a hacer? El trato estaba arreglado, no había nada que hacer con eso, pero aun tenia que enfrentar dos semanas de lo que imaginaba sería el constante coqueteo de parte de su amigo, bien podría con eso, solo había que ignorarlo, no era difícil lo hacia siempre que intentaba cosas poco razonables, si todo salía bien a los espectadores les bastaría con ver un intento del presentador por ganar el corazón del reportero y se ahorraría una incómoda relación falsa.

Y no es que en realidad la relación fuera algo malo, para cualquiera, este seria un sueño hecho realidad, aun cuando no era real, pensar que el egocéntrico Tulio Triviño estuviera perdidamente enamorado de ti y dispuesto a todo por que le correspondas a una romántica relación, seguía sonando como un mundo ideal, para todos menos para él, lo único que Bodoque podía pensar es que los días siguientes serian la peor tortura psicológica a la que se tendría que enfrentar, después de todo que era peor que sentir el Paraíso tan cerca, y descubrir que en realidad nunca lo tuviste.

Y es probable que esa fuera la verdadera razón detrás de su negativa, se daba golpes de pecho con su ética, pero en el fondo solo pensaba en él mismo, en protegerse de alguna manera de la tan vulnerable experiencia en la que se encontraría, pues, estaba enamorado de Tulio, desde hacía ya bastante tiempo, e incluso se atrevería a decir que casi toda su vida, y había logrado en todos esos años mantener su distancia y continuar la ya duradera amistad.

Pero ahora el juego había cambiado, antes resultaba fácil mantener ese respetuoso espacio, no había acercamientos sentimentales de parte de Tulio, y por lo tanto Juan Carlos no cruzaba la tan delgada puerta que evitaba que se declarara oficialmente, pero a partir del del trato las cosas no serian tan sencillas, por muy fingido que fuera el coqueteo, Bodoque sabia que no podría evitar caer ante él. Tulio tenía un encanto característico que lo hacía difícil de resistir, y más aún cuando el fuerte sentimiento de corresponderle existía. Oh sin duda iban a ser días de verdadero auto control y fuerza de voluntad.

El reportero paró del sillón, y se dirigió a un pequeño gabinete de madera que tenia en su sala, tras abrir la puerta comenzó a buscar decidido una cura para sus recientes temores, cuando por fin la encontró cambio de rumbo a la cocina y sacando una copa sirvió el liquido calmante que tanto necesitaba, un no tan fino vino tinto que le había regalado Policarpo la navidad pasada, en el momento no había visto el regalo con tan buenos ojos, pero ahora no podría evitar sentirse profundamente agradecido, en su próximo encuentro se aseguraría de mostrar su gratitud. Bodoque bebió la copa de un trago y se sirvió otra, el vino era muy poco estimulante comparado con otros licores, pero su objetivo no era noquearse con el alcohol, necesitaba algo que lo regresara a la calma, y unas cuantas copas serian suficientes para lograr el efecto.

Amor falsamente realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora