Que empiece el juego

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Juan Carlos había llegado, por primera vez en mucho tiempo, temprano al trabajo. No era muy fan de la vida mañanera, y el disfrutar de unos cuantos minutos más de sueño antes de iniciar su día, valían totalmente el llegar ligeramente tarde a su oficio. Sin embargo, por mucho que hubiera querido seguir su rutina acostumbrada y descansar esa madruagada, su mente no se lo permitió, temores al igual que dudas acerca de lo que debía esperar lo mantuvieron despierto gran parte de la noche, empeorando para la mañana, pues esos pensamientos regresaron más que decididos a arruinarle el sueño; después de muchos fallidos intentos de su parte para volver a dormir, por fin decidió levantarse y aprovechar el tiempo en algo útil, y con mucha calma opto por preparase para dirigirse a su empleo.

Juanin fue el primero en recibirlo al llegar al estudio, era sabido que el productor se encargaba de abrir todas las mañanas y Bodoque tuvo suerte de no llegar antes que él, aunque si lo consideraba bien, era casi imposible ganarle a Juanin cuando se trataba de llegar temprano. Estuvieron solos gran parte de la madrugada, y no teniendo mucho que hacer, Juan Carlos se ofreció a ayudarle al productor en sus innumerables tareas para antes de empezar el programa; con el apoyo de su amigo Juanin termino sus deberes antes de lo anticipado pero como buen adicto al trabajo busco más tareas en que ocuparse, Bodoque por su parte agradecido de haber terminado (pues ni en un millón de años se había imaginado la cantidad de cosas que Juanin arreglaba antes de iniciar con el noticiero) decidió adelantar algo de sus propios pendientes que había dejado: algunos ajustes en las investigaciones para sus notas verdes, llamadas a compañeros para conseguir transporte o guía en zonas fuera de la ciudad, ediciones finales a los videos ya grabados para enviárselos al Sr Manguera, cosas sencillas que no representaban una urgencia pero que podía terminar antes para salir temprano, pues entre menos tiempo pasara en el estudio, menos tendría que ver a Tulio.

El resto de la mañana transcurrió sin problemas, y el llegar antes le permitió a Juan Carlos experimentar la llegada de sus compañeros al estudio. Lo primero que noto, fue que después de Juanin, Policarpo era de los que más temprano llegaba, aunque el productor le aseguraba que eso era reciente pues con la organización de los chismes, Policarpo, debía llegar antes que todos sus compañeros para ir uno por uno, revisando progreso y dar nuevas instrucciones, el presentador de espectáculos tomaba su nuevo empleo con mucha seriedad y era esto lo que mantenía al programa a flote hasta ahora. Huachimingo y Mario Hugo acostumbraban llegar juntos, Huachimingo no era de levantarse temprano, pero desde que su puntual amigo sugirió irse juntos, no tuvo otra opción más que empezar a ajustarse a la vida madrugadora. Patana también llegaba relativamente temprano, siempre entusiasta y lista para los nuevos retos que se presentaran. En cambio, los tramoyas llegaban ya cerca del horario de inicio y Juan Carlos por lo general arribaba no mucho después que ellos, en esta ocasión pudo presumir que estuvo antes que los inútiles trabajadores que tenían tras bambalinas, disfrutando ligeramente esa victoria.

Tulio por otro lado, era siempre el último en llegar, Juanin vivía con el miedo eterno del día en que el presentador llegara después de empezado el programa, pero por mucho temor que el productor tuviera, Tulio había demostrado ser de fiar, pues se las arreglaba siempre para estar antes de comenzar. Y como era acostumbrado, el presentador llego deslumbrante, minutos antes de iniciar la transmisión, listo para dar órdenes y exigir a sus maquillistas y a Juanin que se apresuraran a prepararlo para presentar las noticias preparadas. No parecía haber ningún cambio en su actitud y Bodoque lo agradecía hasta cierto punto, en el poco tiempo que llevaba en el estudio Tulio no lo había ni volteado a ver (algo común llegando tan tarde) y mucho menos hablarle, parte de Juan Carlos rogaba que su amigo hubiera olvidado el trato y todo continuara de manera normal, pero, el único cambio que había notado en Tulio, le sugería que el presentador seguía al tanto de su acuerdo.

Amor falsamente realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora