Quince: Voces.

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Después de todo lo que paso quede confundido y al día siguiente no podía ni siquiera ver a Atsuko al rostro, así que intente ser el primero en pararme al día siguiente e irme a clases intentando no toparme con él, pero parecía imposible, cuando pasaba junto a él me decía: “¿ya no estás enojado zorrito?” lo que hacía que me sonrojara y agachara la cabeza y me pasaba derecho, hasta que Salí del cuarto.

Cuando estaba en el salón intentaba concentrarme en lo que decía el profesor, pero me venía a la mente la imagen de cuando me beso y mi mente no se podía concentrar en otra cosa. Cuando salimos de clases intente ir a afuera a tomar un poco de aire intentando olvidar lo que paso aquel día, pero entre más lo intento olvidar más cosas me vienen a la cabeza, voces que me alteran y confunden más, “¿Qué pensaran los demás cuando sepan que eres gay?” “¿Qué dirán los maestros?” “¿Qué dirá tu madre cuando se entere?” “¿Es verdadero lo que sientes?” “¿Cómo estar seguro de lo que sientes?” esto y muchas más preguntas dan vueltas en mi cabeza.

Atsuko:- (Me toca el hombro) ¿Estas bien zorrito?

Zoru:- Claro, claro, solo necesito caminar un poco… necesito tomar un poco de aire fresco.

Atsuko:- Pero casi oscurece y es muy peligroso, ¿Quieres que te acompañe?

Zoru:- No, necesito estar solo, no necesito compañía.

Al estar caminando entre las calles y tener tantas voces en mi cabeza no me percaté de que me aleje mucho de la escuela, entonces pienso que tengo que regresar rápidamente porque si no me regañaran los maestros, pero entre más camino, más me voy perdiendo, no conozco las calles de mi alrededor y comienzo a desesperarme ahora me arrepiento de haberle dicho eso a Atsuko, como quisiera que estuviera aquí.

Quédate A Mi LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora