Risa

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El barón Von Strucker se encontraba atrapado en un cuarto sin salida aparente.

Había huido de los Vengadores que atacaban sus territorios secretos. Sabía que era cuestión de tiempo antes de que encontrarán su base y sea su fin.

Buscaba cualquier abertura que evitará su captura. Si no salía de ese lugar pronto, su destino sería trazado por la línea de una incansable agonía.

Escuchaba los disparos y explosiones cada vez más cerca, como si estuvieran acabando con todos mientras lo dejaban a él para el gran final. Buscó en su bolsillo y estuvo tentado a usar la pastilla que Hydra repartía entre sus partidarios.

Una luz cegó su vista, de la impresión soltó la píldora blanca que se perdió en el suelo de madera.

–Strucker, es usted muy escurridizo –la voz del hombre de hierro llegó a sus oídos con rapidez. La armadura tenía el brazo extendido y en la palma había un círculo resplandeciente que apuntaba en su dirección.

–Sus servidores fueron casi impecables, nos costó mucho llegar a esta dirección. Es un hombre extraordinario –rio sarcástico y con un pequeño e irreconocible rastro de admiración.

–Le agradezco el halago, señor Stark, pero sé que es lo que intenta. No conseguirá que revele mi trabajo de toda la vida. Buen intento.

–Sabía que diría algo así, lo bueno es que mi equipo logró evitar que el suyo destruyera todo su trabajo y ahora es solo cuestión de tiempo antes de que lo descifremos. Lo siento por usted, espere, no lo hago –la última frase la dijo con pena fingida y media sonrisa.

–Dudo que puedan entenderlo, idiotas –escupió con desagrado al saber que obtendrían la suficiente información para crear sus propios modelos.

–Lo haremos, aunque si usted colabora terminaríamos mucho antes y podríamos llegar a un acuerdo. Como le dije, es un hombre brillante y no dejaría que sus investigaciones caigan en manos inexpertas, ¿verdad? –tanteaba el terreno, una persona capaz de utilizar a sus propios hijos en investigación era preocupante e inestable.

–Sabe que los de Hydra tratarían de asesinarme antes de poder ayudar –detuvo sus palabras y miró directo a la máscara metálica que cubría el rostro del millonario.

–Vamos Stark, luchemos como hombres, sin tu armadura, mano a mano –se puso en pose defensiva y lo provocó un poco.

–¿Qué tan imbécil me crees? Con todo los experimentos que has hecho con tu cuerpo, solo un idiota lo haría.

Estuvieron con la mirada fija y desafiante durante minutos, el disturbio del exterior había bajado de intensidad.

Antes de poder hablar otra voz apareció.

–¡Tony! ¿Por qué apagaste tu comunicador? Estaba... Estábamos preocupados ¿Qué hacías? –miró a la otra persona con cuidado, se sorprendió al ver quién era.

–Capitán América, que inoportuna su llegada –habló Strucker abandonando su pose de pelea, aún con todas sus fuerzas, sabía que ese soldado junto a Stark era una batalla perdida.

–¿Por qué no lo has arrestado? –dijo con un ligero tono de molestia y preocupación.

–Quería conversar sobre el trabajo, su investigación es increíble y... –no importaba que susurraran, las habilidades del barón estaban tan aumentadas que podía escuchar con claridad.

–Es peligroso, no puedes dejar que tenga tanta libertad. Dios, Tony, si algo sucedía y no había nadie más aquí –cerró la boca por el repentino temor que se apoderó de su voz. Después de unos segundos los dos empezaron a discutir, olvidándose de la otra presencia.

En el futuro [Varios Shipps]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora