El dolor punzante hizo un camino a través de su espalda en menos de un segundo.
El calor del sol traspasaba la tela del traje diseñado por Hank hasta tocar su pálida piel que sufría por el metal incrustado.
Lanzó un grito tan potente que cabía la posibilidad de ser escuchado en la mente de los marinos de la Unión Soviética y de los Estados Unidos. Su mutación fue difícil de controlar ocasionando que los pensamientos ajenos se filtraran como si el peso de la tierra cayera sobre su cerebro.
Las partículas de arena se alzaron cuando el cansancio lo derrumbó. Las palmeras distantes más el submarino destrozado se extendían ante su vista. Atrás, el horizonte infinito quedaba cortado por buques de guerra expectantes a su muerte.
La fría brisa junto al cuerpo de agua hicieron que las memorias de un primer encuentro llegarán hacía su realidad y aunque no existieran en ese momento, pudo ver dos cadenas enormes elevándose de lo más fondo del mar.
El pasado se esforzaba por perseguirlo.
De repente, unas manos cálidas se abalanzaron con desesperación y culpa sobre su cuerpo deshecho. Quería descansar para recuperar fuerzas pero el dolor punzante era mucho más fuerte que su voluntad.
Un nuevo grito se pudo escuchar en todas las mentes del lugar, salvo la del hombre que sostenía su cuerpo con responsabilidad. La bala incrustada ya no pertenecía más a su cuerpo.
A lo lejos, el sonido de explosiones significaron una paz inmediata y efímera.
-¡Que se aparten! -escuchó la voz grave que lograba calmarlo.
La agente Mactaggert presenció horrorizada la escena frente a ella. Charles reposando en las piernas cubiertas por la tela azul, luchando contra el dolor.
-Tú lo hiciste -expresó con odio ante la insolencia de la mujer por acercarse. Alzó el brazo que sentía la respiración del inglés, y con desagrado la dirigió al cuello de la humana.
La falta de aire era evidente. El collar plateado y resplandeciente cortaba su piel tratando de escapar. Para Erik sería demasiado fácil acabar con ella, solo un poco más y la haría pagar.
Un poco más.
-Erik, por favor. Ella no lo hizo. Fuiste tú.
Las frases retumbaron dentro de su cabeza, encerrada por el casco, y en el aire de la playa. Una sensación llena de sufrimiento que solo había experimentado años atrás por diferente motivos.
Sus manos se rindieron ante aquel hombre que yacía sudoroso sobre sus piernas. Los ojos azules suplicantes por una decisión que le era imposible de tomar lo miraron en silencio.
-Quieren ponernos en contra, eso quieren. Traté de advertirte, Charles -el rostro de confusión por no entender del todo el discurso se hizo evidente. Él no esperaba eso, deseaba que las frases fueran otras.
Lensherr dudó si continuar o no. Debía escoger las palabras con sumo cuidado.
-Te quiero a mi lado -una sonrisa frágil en el rostro ajeno denotaba esperanza -Como hermanos, tú y yo, protegiéndonos -el gesto se esfumó mientras que el mutante se corregía -Todos nosotros, juntos. Queremos lo mismo
Quizás Xavier podía cambiar su idea y unirse a él bajo el ideal perseguido.
La cara tensa lo miraba acusándolo, no podía creer que eso fuera lo único que le importara a Erik en ese momento.
-Mi amigo, lo siento, pero no es así.
El rechazo fue casi tan doloroso como el experimentado por el telépata. Erik se vio traicionado por toda la carga que experimentó junto a Xavier, lo que compartieron en poco tiempo ya no existía si es que no podían luchar por lo mismo.
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En el futuro [Varios Shipps]
Short StorySerán historias con diferentes temáticas y parejas que quizás se vuelvan un escrito más extenso en el futuro. Espero. Aunque quizás también incorpore otras modalides, quien sabe. Je. La imagen de la portada es de la película Brokeback mountain, mi...