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Me gusta que tengas una nueva vida.

Camila

Sí, habías cambiado, te habías mudado, pero en un mismo lugar ya no estábamos.

Bueno, en ese momento sí.
Sin pensar un poquito en lo que Nicolás me podía contestar, solté una pregunta sin saber una respuesta.

- ¿Vamos a tomar algo?- dije.

Me miraste un tanto extraño. Agachaste la cabeza, sonreíste y me miraste.

¿Acaso siempre tenías que hacer eso?

-Claro, creo que por acá cerca hay una cafetería.

- Está bien.

En el corto trayecto de la librería a la cafetería me contó el motivo de su mudanza repentina.

-Mi padre consiguió un trabajo nuevo, y con eso, podíamos mejorar, pero eso implicaba mudarnos- dijiste.

- Entiendo, ¿Y tu mamá?

- Ella está bien.- contestaste, pero esta vez cambiando de tono.

- Sofía era tan linda. Perdón, debe seguir siendo linda.

Acá si noté cierta incomodidad en ti. Nostalgia, quizás, pero sentí que había tocado algo.

- Ella está ahora en la casa. Ella está bien - repetiste, moviendo tu cabello -Y dime, ¿Cómo te va en la escuela? Terminas, este año, ¿Cierto?

¿Cambiar de tema para evadir otro?

- Sí, este año acabo. Ahora mismo estoy haciendo los trámites para la universidad.

- ¿A mitad de año? Camila, ¡Estamos de vacaciones!- se sorprendió.

- Ya sé, ya sé, estamos aún en junio, pero quiero ser precavida. Imagínate que no entre, tendré que buscar más de una universidad como opción B.

- Está bien, "señorita precavida"- menciono rodando los ojos.

Entramos a la cafetería. Y olía tan bien.

Sí, olía a café. Pero también olía a silencio, melancolía y sabor dulce. Olía a a azúcar y a vainilla. Olía a buenos momentos. Olía a tanto, y no había probado nada.

Nos sentamos en la mesa vacía más cercana, y una señorita se acercó a para ver qué íbamos a pedir. Yo elegí un café con leche, pero, sin azúcar, ya que sumarle eso, escondía el extraordinario sabor del café. Él pidió un café helado, en medio de un invierno.

- ¿Café helado en pleno frío?

- Sí, me recuerda momentos dulces - dijiste mirando al techo.- Me estabas contando de la universidad, ¿A qué carrera te vas a inscribir?

Miré al techo. Yo tenía una decisión, pero lo que había decidido nadie lo sabía.

- Bueno, aún no tengo una en específico.

-¿Tú? ¿Camila? Qué hace unos momentos me dijiste que eras muy precavida, ¿No sabes que estudiar?

Moví la cabeza en señal de "no" tomando un poco de mi café.

- No, quizás en medio del camino ya lo averiguaré. Y tú, ¿Qué vas a estudiar?

- No estudiaré nada- dijiste algo incómodo.

- Pensé que querías ser médico, siempre decías eso de niño- comenté.

- Recuerdas muy bien. Pero el tiempo avanza y ya no tengo el mismo concepto que tenía antes sobre estudiar algo y ejercerlo después.

No me esperaba esa respuesta, pero sentí que debía hablar de otra cosa. Y recordé algo.

- ¿Y tu hermano? ¿Ya cuántos años tiene él?

- No tengo ningún hermano - contestaste, esta vez, molesto.

- Lo siento, no sabía eso. Discúlpame.

- No te disculpes. Y no sé, creo que ya me tengo que ir- dijiste levantándote de la mesa en dirección a la salida.

No reaccioné hasta verte ya en la puerta

- ¡Nicolás!- grité.

Pero ya era muy tarde, te habías ido corriendo.
Y yo me quedé sin ninguna respuesta.
Ah, y sin pagar aún la cuenta.








Lo que me gusta de ti || Novela (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora