| ᴀᴜ ᴍᴏᴅᴇʀɴᴏ | ᴍɪsᴛᴇʀɪᴏ |
❝Armin despierta muy confundido en un hospital; no recuerda nada acerca del motivo por el cual se encuentra allí y sus recuerdos están revueltos completamente.
¿Existe algo peor que despertarte sin tener recuerdos, enterart...
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❝ Nos han despertado de un largo sueño, la tormenta de nieve ha surgido. Los jóvenes todavía parecían libres, ignorando las tormentas, en el desierto cubierto por la niebla camino con un corazón sin restricciones, la juventud no debe ser subestimada.❞
˗ˏˋ Zui Shi Shao Nian Bu Ke Qi ˎˊ˗
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Junto a mi acompañante nos deslizamos entre las sombras con gran facilidad, en parte porque la mayoría de los presentes habían ingerido demasiado alcohol, estaban drogados o simplemente pasaban por alto a dos chicos que fingían ser ninjas.
El simple pensamiento de creernos maestros del sigilo era divertido, en especial porque chocamos varias veces con los rociadores del jardín y terminamos por activarlo.
Por ese motivo varios invitados habían comenzado a bailar en el jardín delantero mientras se empapaban de pies a cabeza, sentí a Eren tomando mi mano cuando vimos a Bertholdt salir de su casa mientras gritaba a sus propios amigos por ser tan idiotas, aprovechamos que había mucha gente y logramos salir de los alrededores con facilidad.
Haber agarrado nuestras bicicletas podría ser una buena idea, pero en su lugar comenzamos a correr cuesta abajo.
Una parte de mi corazón quería escapar de aquella fiesta tan ruidosa y estruendosa, el olor de la marihuana, junto a algo que siquiera quería saber, inundaba mis fosas nasales y estaba cansado de ver a personas prácticamente follando en cada rincón.
Al final no fue complicado para Eren persuadirme para escapar de aquel sitio.
Dejamos de correr cuando llegamos a las afueras del reconocido vecindario, no era tan sobresaliente como el de Reiner y de Historia, pero Bertholdt definitivamente tenía una buena vida.
Ya estábamos lejos de las miradas curiosas del resto, afortunadamente, Eren no soltó mi mano cuando dejamos de correr.
Me dedicó una sonrisa cargada de diversión. Reconocía una pizca de ebriedad en él, pero no la suficiente como para considerarse perdido en mundo, solo tenía que soportar las ocasionales carcajadas que escapaban de sus labios al recordar al acontecimiento de la fiesta que terminaba provocando mi propia risa.
Cuando fui capaz de reconocer el camino que estábamos tomando, una deslumbrante sonrisa se asomó en mis labios y no dudé en apretar el agarre de nuestras manos para volver a correr, esta vez tomando la delantera.
Escuché a Eren quejándose por ser jalado de repente, pero me siguió el paso con facilidad.
Llegamos a las largas escaleras que conducían al camino subterráneo, aquel era un pasadizo que pasaba por una enorme fábrica de productos lácteos.
