Las cosas de Luna (semi adaptado)

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Después de mucho tiempo deseando poder reunirse, estaban Lu, Valerio, Nadia, Guzmán, Ander y Omar en la casa García Rosón.

El centro de atención, Luna, la hermosa hija de 3 años de los jóvenes anfitriones de la residencia.
Sus ojos verdes con dejes amarillos, chispeantes como los de su mamá. Físicamente es una mini Carla. De cariño, todos le dicen la Mini Marquesita, y pese a que sabe mantener la compostura, tiene la sonrisa y la dulzura de su padre, que hacen de ella, la mezcla perfecta.

-Tíos –dice en voz alta, llamando la atención de todos los presentes en la sala de su casa– les quiero contar algo.

-¿Qué pasó, mi amor? –contesta Samuel, embobado mirando a su niña.

-Sí, cuéntanos princess –sonríe Lu.

Luna camina hacia su tía favorita, Lu, y se sienta en sus piernas. Todos los presentes hacen silencio para escucharla– es que mi mami y mi papi son muy religiosos y eso me gusta mucho –comenta con inocencia.

-¿Nosotros? –Pregunta Carla con extrañeza y se mira con Samuel, sin entender bien lo que está diciendo su hija y este también le hace señas de estar desconcertado.

-Sí, es que todas las noches rezan muy fuerte y cuando lo hacen, los escucho que dicen "oh Dios", "sí, Dios, sí" y me gusta mucho que sean tan creyentes –aclara, haciendo que todos los presentes suelten una gran carcajada, mientras que Samuel y Carla, no podían estar más rojos de vergüenza.

-Muñequita linda, ven con tío Val –Luna corre hacia él, inocente de todo– ¿cómo es que rezan tus papitos? Repítelo, mi bonita –pide, con malicia.

–No, no es necesario mi amor –Carla se levanta de un brinco para evitar que su hija repita lo que dijo antes.

-Claro que es necesario, déjala que lo diga otra vez –se burla Guzmán y Nadia le pega un codazo, aunque también se está riendo.

-Quien diría que Carla y Samuel fueran tan devotos –murmura Lu y todos vuelven a reír.

-Deberían enseñarnos a rezar, ¿no, Luna? –dice Omar y la pequeña asiente.

-¿Qué tiene de malo, mamá, si solo rezan? –se encoge de hombros– ellos dicen "Oh Dios", "sí Dios, sí" ah, aunque a veces también dicen groserías como...

Samuel se levanta corriendo y eleva a su hija en el aire, haciéndola reír e impidiendo que continuara con lo que iba a decir.

-Recuérdame mandar a colocar paredes a prueba de ruido –le dice Samuel a Carla y esta asiente.

Los demás vuelven a reír y los miran con picardía.

Al final, Samuel y Carla se miran, observan a esa pequeña niña que aunque es un poco imprudente, fue lo mejor que pudo pasarles en sus vidas. La abrazan y se echan a reír juntos con los otros y continúan disfrutando del día.

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1 año y medio después

Luna García Rosón, de 4 años y medio, saltaba de un lado a otro con entusiasmo mientras su madre, Carla, ordenaba un baño para su hermano Diego, de cuatro meses. A Luna le encantaba ser la hermana mayor, quería ser parte de todo. Había estado tan decepcionada antes, cuando le pidió que por favor la dejara alimentar a Diego y le dijeron que solo Carla podía alimentar a su hermano pequeño.

-Pero, ¿por qué? –preguntó Luna– no lo dejaré caer.

-Estoy segura de que no lo harías –respondió Carla, con dulzura– pero, Diego necesita leche especial de mamá.

One Shots - Carmuel/ITZER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora