mi querida mandí {billxdipper}

04

Cuando llegaron a su casa, mandí fue directo a guardar los pasteles en la nevera mientras dipper llegaba a lanzarse al sofá por lo agotado que estaba, le dolían mucho los pies desde hace mucho tiempo que no caminaba tanto, pero seguía pensando en will y lo amable que fue, "umm... me gustaría encontrármelo de nuevo", lo pensó fugazmente pero al instante decidió eliminar ese repentino deseo, por eso prendió el televisor y comenzó a pasar lo canales que no le gustaba.

Pero de repente recibió un repentino golpe en su espalda que le hizo sacar todo el aire de sus pulmones y después recibir un cariñoso abrazo.

-jeje... lo siento, te aporrie – se disculpó

- baby, presiento que ya se te pasó la gripe que tenías –

-si al parecer y me siento con más energía de la normal – dejo el abrazo y se sentó en la espalda de su mami.

-yu juu... que bien, no dormirás temprano – se rió con nostalgia por recordar un día que su hija no durmió hasta las 4 de la mañana, por tener mucha energía de sobra.

-si eres malo, mami – hizo un puchero mientras cruzaba los brazos, hasta que se le ocurrió una bella maldad – ya vengo –

La menor se paró y fue a la mesa donde su madre dejaba las cosas, como la cartera, las llaves o el teléfono, claro solo tomo el aparato que necesitaba, para comenzar a marcar y encontrar el número que buscaba, luego marco para llamar mientras que dipper solo veía la tele.

Cuando por fin atendieron en la otra línea, ella no pudo aguantar más y solo, dejo ir lo que pensaba sin problema alguno.

-¡¡ TIAAAAAA... UN CHICO GUAPÍSIMO NOS BRINDO UNOS CUANTOS POSTRES!! –

 La pequeña mandí grito eso a todo pulmón mientras el castaño salto del lugar, porque se asustó por ese grito que lo agarro desprevenido,

-¡¡¿COMO ASÍ?!!, ¡¡CUENTA!! – gritaba mientras preguntaba a la vez, pacifica en la otra línea.

El mayor con toda la velocidad que tenía se levantó del sofá para ir directo a donde estaba su pequeño demonio, para ver si podía salvar su pellejo pero fue demasiado tarde.

-p-pac-cifica n-no le prestes atención... – el mayor estaba nervioso pero intento calmar las aguas, pero solo recibió un puro y dudo silencio, para después escuchar como colgaban la llamada, haciendo saber lo que significaba.

-mami, calentare los fideos para la tía y percy también, al final si tendremos la piyamada –

Cuando el dueño de la casa solo escucho esas dulces y manipuladoras palabras, solo sintió fue un miedo de saber en lo que se estaba convirtiendo su hija y lo único racional que pudo hacer fue, tirarse al suelo y suspirar mientras que miraba a su monstruos dirigirse a la cocina.

-preparare todo, mami –

El duro un rato ahí hasta que escucho el timbre y no tuvo que adivinar, para saber quién estaba en la puerta. Entonces se levantó y fue abrir la puerta, pero al momento de hacerlo sintió un empujón que lo hizo que cayera al suelo.

-¡¿quién es ese guapísimo chico?! – pregunto pacifica mientras se ponía al mismo nivel que el castaño y lo miraba a los ojos.

-jeje... solo digamos que será una larga historia – dijo el castaño, con el temor de lo que su amiga y sus teorías harían con él.

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Después de ese alboroto en la puerta, como pacífica y su hijo entraron como si nada, dipper se sentó en la sala para hablar junto a la rubia, mientras mandi y percy se iban al cuarto de la castaña menor, para comer los fideos que la niña calentó. Ellos se fueron a preparar la habitación para la piyamada, que al final si tuvieron.