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Despertó en medio de la completa oscuridad, confundida intentando recordar el dónde estaba o simplemente el como había llegado a ese lugar. Hacia frío, sus piernas temblaban ligeramente y corría sudor helado por su rostro. Su mano comenzó a bajar con cuidado hasta hacer roce con el suelo del lugar donde se encontraba, era metal, estaba frío; puso su otra mano en el suelo para finalmente apoyarse en este para poder levantarse, pero en el mismo instante que lo hizo, en donde sea que se encontraba, dio una fuerte sacudida haciendo que cayera al frío metal del suelo otra vez, cayendo mal ya que intentó poner su mano para evitar caerse, lo que solo provoco que se torciera la muñeca y se pegara en el codo dejando una herida en esta. En el suelo bastante aturdida por el golpe, se dio otra sacudida más fuerte que la anterior; agradeció el hecho de ya estar en el suelo. Cuando la segunda sacudida terminó pudo sentir el ruido y movimiento de cadenas a su lado pero no lograba ver nada.

Se levantó de nuevo esta vez con más cuidado, y más asustada, estirando ambos brazos por si chocaba con algo comenzó a retroceder hasta que su espalda hizo el contacto con lo que venía siendo una pared de metal, igual de fría que el suelo. Apenas lo toco se hizo un paso más adelante dando un pequeño salto por el susto que le había dado, una se dio cuenta de lo que era, se apoyó en esta deslizándose hasta llegar al suelo. Su mano torcida se puso con cuidado en el codo donde —obviamente— ella no lograba ver pero sentía que ardía mucho esa zona. Pudo sentir que donde sea que estaba, estaba ascendiendo.

Cerró sus ojos intentando calmar su respiración y apoyando su cabeza en la pared a sus espaldas, intentaba recordar algo de que hacía ahí o cómo había llegado ahí y hacia donde se dirigía. Recordó un día lluvioso, estar sentada frente a una fogata, niños riendo, estar viendo una película, recordó como el mundo funcionaba, pero nada de como llegó allí; ni siquiera su nombre. Sus ojos estaban cerrados con fuerza cuando la cabina en que estaba dio otra sacudida haciendo que cayera de lado y terminara algo mareada por la fuerte sacudida; además que el terrible olor a aceite quemado no ayudaba para nada, quería vomitar, quería llorar, quería gritar, quería poder recordar algo de ella.

Se acomodó de nuevo, sintiendo un fuerte dolor en su cabeza y su respiración rápida y pesada. Miró hacia arriba sintiendo como la velocidad de donde se encontraba aumentaba, el miedo en ella aumentó terriblemente mientras que una lágrima comenzaba a deslizarse por su mejilla.

Sus ojos se cerraron con suavidad sintiendo como lentamente el ruido de las cadenas y la repentina alarma que había comenzado a sonar a medida que aumentaba la velocidad, su cuerpo se fue yendo hacia un lado y no porque ella quería, quería evitar caerse pero de la nada perdio la fuerza en todo su cuerpo.

Ya tirada en el suelo abriendo levemente sus ojos y con la poca conciencia que le quedaba estiró su brazo susurrando, como si las palabras le desgarraron la garganta—Ayuda... —escuchó una alarma, sonaba fuerte, y también sentía como la velocidad con la que ascendía aumentaba. Pensó que iba a morir, que probablemente iba a estrellarse contra algo; así que simplemente acepto aquello, iba a morir y no podía hacer nada respecto a ello.

Cerró sus ojos, y la velocidad se detuvo completamente y la alarma se apagó.

—¿Qué? —se preguntó para si misma bastante confundida, pensando que probablemente ya había muerto.

Entonces el techo del cubiculo donde se encontraba se abrió, haciendo que entrara una cegante luz del sol, ella procedió a taparse la cara. Sus manos y piernas temblaban igual —o peor— que antes.

Escuchaba muchos murmullos y luego el sonido de dos puertas de acero oxidadas.

—¿Una chica?

—¿Otra más?

—Creo que ya esta muerta.

Ella esperó un par de segundos antes de sacar su brazo de su cara, con los ojos entrecerrados miró hacia arriba, viendo un montón de siluetas borrosas asomarse hacia donde estaba ella, luego de un tiempo aquellas siluetas se transformaron en personas, en jóvenes, adolescentes, con el pelo largo, corto, todos sucios, que cuando vieron que la chica no estaba muerta guardaron completo silencio. Todos la miraban para haber si hacia algo, ella solo se quedo sentada ahí, intentando comprender si había muerto o no, donde demonios estaba y por qué había llegado allí. Entonces uno, que parecía ser el mayor de todos los que estaban ahí, de tez oscura e igual de sucio que todos los demás; lanzó una cuerda con un nudo al final.

—¡Eh miertera! ¿Vas a subir o te quedarás ahí todo el día? —se escuchó por ahí, seguido de eso hubo un montón de risas.

Sintiéndose un poco avergonzada, intentó levantarse, estaba apoyada de la pared de metal, dándose cuenta que no solo era la mano torcida y la herida en el codo, si no que tenía una enorme herida en una de sus rodillas que dolia un demasiado, no entendía como no la había sentido antes.

—Está sangrando —dijo uno.

—¿Acaso cruel nos mandó a una en sus días? —risas otra vez.

Dio un paso con la pierna buena y luego con la herida, que apenas ejerció peso sobre ella una corriente de dolor se deslizó por su pierna, cayendo otra vez al suelo, esta vez golpeándose la cabeza.

—Newt, Adam, bajen —era una voz profunda, y quería ver de donde provenía pero por el golpe en la cabeza veía todo moviéndose.

El cubículo dio dos sacudidas y de repente frente a los ojos de ella apareció uno de los chicos, con el rostro lleno de tierra, su cabello rubio desordenado. Le tomó el rostro con ambas manos y la miró fijamente a los ojos mientras fruncia levemente el ceño.

—Eh Newt, mira —Adam encontró la herida de su pierna, la cual parecía no querer parar de sangrar. El rubio le dio una mirada rápida y luego volvió a mirarla; le quitó las manos del rostro y se levantó.

—Alby, llama a los mediqueros, esta larcha viene herida —la tomó por uno de sus brazos—, Adam ayudame—el chico llego por el otro lado he hizo lo mismo, la tomaron de las piernas y luego con algo de esfuerzo la tiraron hacia arriba donde un par de jóvenes más la recibieron y ayudaron.

—¿D-Dónde estoy...?

—Eh miren, la miertera habla —risas.

Fue entonces cuando el mismo chico de tez oscura volvió a aparecer pero estaba vez con tres personas detrás de él, apuntó a la chica en el suelo y luego se dio vuelta cruzándose de brazos y frunciendo el ceño notablemente molesto.

—¿Van a ayudar a hacer algo respecto a la nueva novata herida o van a estar riendo de ella? por qué si es la segunda, y aún siguen aquí perdiendo el tiempo y escucho otro miertero chiste pasarán dos días en el calabozo sin comida —todos guardaron silencio—, si no quieren eso y no van a ayudar vuelvan a sus trabajos. Que no les tengo sus horarios para nada.

La mayoría de los que estaban allí se fueron, dejando solamente a los mediqueros, y a unos cuantos más que la miraban con algo de preocupación.

El joven de tez oscura, que parecia llamarse Alby, caminó hasta ella y se hincó a su lado y la miró sonriendo un poco.

—Hey novata —ella lo miró—. Bienvenida al área.



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¿Pueden creer que pasé de las 456 palabras a las 1256?

así es, finalmente voy a empezar a actualizar estoespero que les vaya gustando!

la novata » newt » the maze runnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora