la novata » newt » the maze runner

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Newt la miró con los ojos entrecerrados mientras que Minho y Thomas la ayudaban a ponerse de pie. Ella sabía que debería haberse quedado ahí, pero estaba muerta de hambre, además la volverían a dejar sola en aquella horrible cabaña donde no hacía nada más que angustiarse, desesperarse con cada uno de los pensamientos que se apoderaban de ella.


Luego de que Minho insistiera un montón de veces sobre que la cargaría sobre su espalda, y ella negándose cada una de esas veces, comenzaron a caminar por el claro, acercándose cada vez más en donde provenían los gritos y risas. Cuando llegó todos los presentes guardaron silencio, dejando de bailar, reírse y comer inclusive, ella se sintió bastante intimidada debido a que por alguna razón habían algunos que la miraban con odio, curiosidad, rencor... quizá el haber ido no había sido la mejor idea, quizá debería haberse quedado en la cabaña y esperar que alguien le trajera comida o algo.

Decidida completamente a arreglárselas por su cuenta y volver a la cabaña, se dio media vuelta, pero la mano de Newt atrapó su hombro y lo apretó suavemente mientras que la miraba con una ceja alzada, y a pesar de que el chico no pronunció siquiera una palabra, supo lo que significaba aquello; apretó sus labios antes de soltar un suspiro, ella había querido ir, y ella ahí se iba a quedar.

—¿Así que ella es la Novicia? —la chica se dio vuelta lo más rápido que pudo, ya que por primera vez desde que había llegado al área no había escuchado ninguna voz femenina, ni siquiera visto alguna mujer a parte de ella, al girarse se encontró con una chica de tez oscura, bastante alta, con una sonrisa de oreja a oreja y su corto cabello ondulado que no pasaba más allá de sus hombros.

—¿Llegó lastimada? —detrás de la chica apareció otra más, asomando su cabeza y parpadeando un par de veces mientras apuntaba la rodilla de la Novata, luego la miró sonriente, su tono de piel era bastante claro y su rostro estaba decorado con pequeñas pecas, tenía el cabello rubio atado a una coleta.

Ahora quien tenía la mano sobre el hombro de la Novicia era Thomas, obviamente era una señal para que hablara algo pero las palabras no lograban salir de la boca de la chica, sintiéndose cada vez más nerviosa junto a una repentina gana de llorar que se había apoderado de ella. Con el miedo volviendo a acercarse a ella, estaba completamente dispuesta a salir corriendo de ahí ignorando el dolor de su rodilla. Abrió su boca en un intento de hablar solamente murmurando cosas sin sentido.

—Sí, pero Jeff se encargó de eso, si es obediente y se queda en la cabaña reposando quizá la herida se cure pronto —respondió Newt mirándola de reojo. La chica de cabellos claros asintió un par de veces—, llegó sin recordar su nombre, así que le diremos Novata hasta que lo recuerde o le inventemos algún apodo.

Clarissa.

—Bueno, me llamo Andrea —dijo la chica de cabellos claros, sonriéndole otra vez, le estiro su mano, la novicia levantó su temblorosa mano hasta tomar la de la otra y hacer una mueca en un intento de sonreír, porque aún tenía ganas de salir corriendo.

—Katia, un gusto —la de tez oscuros seguía sin sacar aquella sonrisa e imitó el mismo saludó que realizó Andrea, pero para cuando la Novicia tocó su mano está la atrajo hacia ella para poder fundirla en un gran abrazo mientras la levantaba por el aire, dejando escapar risas. La novata juró que escuchó cada uno de sus huesos sonar.