Holland's one shots

Sam holland

Título: La tormenta
Advertencia: esta un poco muy largo, srry
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Desde que era pequeña, siempre había visto a Sam holland como ese amigo de mi hermano que venía todos los fines de semana a jugar videojuegos en el sillón, y que ocasionalmente me saludaba cuando nos cruzabamos en la cocina.

Eso hasta que ambos crecimos.

La primera vez que me fijé en el con ojos distintos a los de cotidianidad fraternal, fue en el cumpleaños número 16 de mi hermano. Era en la piscina de la casa y yo apenas tenía 13 años. Estaba escuchando música en el estéreo de la habitación mientras bailaba torpemente, cuando me enredé un cable en el pie, tambalee y casi caigo al suelo directo en mi cara, de no ser por mis manos, las cuales alcanzaron a apoyarse violentamente en la ventana, que justamente daba al patio trasero donde se encontraban los amigos de mi hermano, incluido Sam.

Recuerdo sentir la punzada del golpe en mis palmas y hacer una mueca de dolor, para después voltear inconscientemente hacia la ventana. En ese momento, mis ojos divisaron al ser humano que robaría mi libre albedrío los siguientes veranos.

Lo vi, en traje de baño y sin camisa, saliendo de la pileta para tomar una lata de soda, abrirla y tomársela en cuatro largos y profundos tragos, que para mi duraron horas, mientras veía su manzana de Adán ir de arriba abajo, en lo que parecía ser una secuencia en cámara lenta de un documental de vida salvaje, con acercamientos en alta definición del agua escurriéndose por su abdomen levemente marcado y el sol haciendo brillar las gotas de agua en su cabello.

Vi el documental hasta que el tigre se dio cuenta de que estaba siendo observado, a lo que yo simplemente me tiré al piso para no ser devorada por su hambre de respuestas.

Trate de no darle importancia al asunto, ya que conocía a Sam desde que éramos prácticamente bebés y nunca me había pasado algo así. Tal parecía que aún no sabía cómo funcionaban las hormonas. De todas maneras, ignorarlo no sirvió mucho, ya que los días siguientes me descubrí a mi misma mirándolo desde lejos cuando venía a casa, y poniéndome extrañamente nerviosa cuando estaba cerca de él. Habíamos convivido tanto tiempo sin verlo así, que ahora que lo hacía no sabía como comportarme; no sabía qué me estaba pasando.

Eventualmente me di cuenta que estaba perdidamente enamorada del mejor amigo de mi hermano, y que el chico jamás en su vida me vería como algo más que la pequeña hermana de su amigo. Luego llegó mi "fiesta" de cumpleaños número 14. Escribo fiesta entre comillas porque realmente nunca he sido una persona de muchos amigos, por lo que mis cumpleaños se limitan a un pastel para compartir con mis padres y los amigos de mi hermano, así que sí, Sam estuvo ahí.

Flashback

Estaba sentada en la barra de la cocina, comiendo lentamente una rebanada de pastel y mirando una ventana que daba a la calle impasible, llena de carros y bullicio, hasta que mis vagos pensamientos fueron interrumpidos por las palabras mundanas de Sam.

-¿Qué haces aquí sola? ¿No tienes que ir a ver a tus amigos o algo así?-dijo mirándome pícaramente mientras abría el refrigerador.

Solté una risita que hubiera sido inaudible si no hubiéramos estado en un lugar tan libre de gente.

-Sabes mejor que nadie que lo más cercano a un amigo que tengo son ustedes y ni siquiera les hablo. -dije sin mucha importancia, evitando con nerviosismo su mirada y volviendo a probar el betún.