Tom Holland

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Título: Ámame por favor.
Advertencia: Si(? A medias

Estaba pesada, casi me lleva con ella al suelo, se tropezaba con sus propios pies y el olor a alcohol era tan fuerte como el impulso de mi brazo debajo del suyo para evitar que su cuerpo callera en el asfalto.

Estaba algo enojado, su inmadurez y falta de responsabilidad me hicieron salir de la cama a las tres de la madrugada para venir a bajarla de la mesa de la que casi sale volando su sujetador. Estaba tan borracha que arrastraba las palabras junto con los pies y prácticamente todo su cuerpo. Balbuceaba cosas sin sentido mientras la llevaba al auto, quería reír, pero no podía permitir que sus tonterías me distrajeran de mi enojo, ya estaba harto de tener que salvarla siempre.

Llegamos a mi auto, abrí la puerta del copiloto y la cargué dejándola sobre el asiento. Cerré la puerta y acto seguido di la vuelta al coche para entrar del otro lado. Ya estando adentro le abroche el cinturón, y cuando apenas iba a girar la llave, pude distinguir la primera frase con sentido que salió de su boca en toda la noche.

-¿Tom? ¿A dónde vamos?- hace falta recalcar que ella había estado hablando todo el tiempo sin parar, no le presté atención alguna, aunque sinceramente se veía linda hablando tan despreocupada, así que no me esforcé en callarla. - ¿vamos a otra fiesta?- interrumpió mis pensamientos con una sonrisa algo torcida y ojos somnolientos, vaya que no se cansa de decir tonterías.

-Claro que no, apenas y puedes caminar. Vamos a casa.

-¡Buuu!- cada que se emborracha su lado infantil sale a la luz, irónicamente, de alguna manera siempre encuentra la manera de convertir cosas que necesitan de madurez en un maldito juego de niños, aunque para ser justos, ponerse borracho entre semana no es algo que alguien maduro haría comúnmente. - ¿porqué eres tan aburrido? Déjame aquí, yo si quiero divertirme.

Me miró con la cara que una niña pondría cuando su mamá le niega un juguete en el supermercado, demasiado tierna. Me reí, simplemente no pude evitarlo. Ella al notarlo también se rió, una sonrisa larga, sincera y cansada, sus mejillas estaban Rojas por el alcohol, ¿cómo lograba verse así de bien hasta estando borracha? Por la cara que puso, supongo que me quedé observandola con una cara de estupido, y se dio cuenta. Estupido.

-¿Lo ves? Ya te estás relajando un poco.

-Calla, esta es la última vez que me hago cargo de tus estupideces. -dije tratando de recuperar mi enojo y seriedad ante el asunto, alguien tenía que ser el maduro, y definitivamente no iba a ser ella.

Traté de girar la llave para arrancar el motor, pero de un momento a otro ella ya estaba encima mío, ni siquiera me di cuenta cuando se quitó el cinturón.

-¿qué haces? Vuelve a sentarte, nos van a v-

-shhhhh- me interrumpió por completo poniéndome un dedo en los labios- estas muy tenso, relájate Tom, no hay nadie alrededor.-paso sus manos a mis hombros y comenzó a masajearlos. Se veía tan concentrada en su trabajo, el cabello le caía a los costados y se mordía el labio inferior mientras movía los dedos con una fuerza ligera. Tengo que aceptar que me quede en trance algunos segundos, el masaje en mis hombros y la cercanía de su cuerpo me hipnotizaron, estaba tan cerca que podía percibir mejor su perfume que el alcohol, y eso es mucho decir.

No sé cuantos minutos la contemplé, pero cuando recuperé conciencia ella me estaba mirando a los ojos y sus manos ya no estaban en mis hombros, si no a ambos lados de mi cuello. Nuestra posición en ese momento era bastante comprometedora, algo que no podía permitir gracias a la ilegalidad del asunto.

-Tn no podemos- dije con cierta tristeza- esto no esta bien.

-ocho años no es tanta diferencia, ya no pienses en eso, solo mírame, sé que sientes lo mismo que yo siento por ti. - aun conservó un tono juguetón y un tanto infantil, aunque un poco desilucionado.

-No importa lo que yo sienta, importa que tienes apenas 16 años, no puedo hacerte esto, no está bien- dije esto último muy bajo, porque más bien era para mi mismo, eran mis últimas ganas de convencerme de que lo que estaba haciendo estaba mal, aunque ya era muy tarde. Bajé la mirada, no quería seguir viéndola o de lo contrario no habría marcha atrás.

Puso su mano sobre mi rostro y me obligó a mirarla, con los ojos ahora llenos de lágrimas.

-Estás ebria.- fue lo único que alcancé a decir, traté de sonar frío para que perdiera esperanza, pero solo me salió una oración dolida y una mirada rota.

- ¿y eso qué? Te amo Tom, ¿acaso eso es un delito? Quiero besarte y tomarte la mano, salir a comer y llegar a casa a ver películas todas las noches, abrazarte y sentir el calor de tu cuerpo protegerme del mundo, ¿acaso eso está mal? Yo sé que sientes lo mismo- cayeron las primeras lágrimas- dime por favor que sientes lo mismo.

¡Claro que me gustas, claro que me encantas, claro que me fascinas! pero si se lo decía entonces ya no habría nada que nos detuviera, a menos que el asunto llegara a manos de la ley. Mis ganas de besarla se estaban acercando al límite de mi tolerancia, si no salía de ahí pronto todo se iría al carajo. Pero la tenía ahí, a diez centímetros de mi rostro y suplicando me ser feliz, así que mandé todo a la mierda, fue irresponsable y estupido, pero quería sentir sus labios al menos una vez, y decirle cuanto la amo a la cara sin preocuparme de lo demás, sin pensar en lo que pasaría después, pero no lo hice. La besé.

Fue un beso desesperado. Fue una mezcla de emociones como flamas hambrientas emergiendo de la obscuridad, necesidad, euforia, desesperación y deseo. Saboreé sus lágrimas saladas mientras con mis manos en su cintura la atraía con fuerza hacia mí. Fue liberador, había toda una revolución desarrollándose en mi estómago, y sentir sus manos atrayendo mi rostro hacia el suyo solo provocó que esa revolución se mudara a la parte sensible de mi masculinidad.

Comencé a perder concentración en sus labios y ganar concentración en sus movimientos, estaba rozando aquella revolución con su entrepierna, no olvidemos que estaba encima de mi, y un auto no es exactamente un lugar espacioso. Trate de controlarlo, pero la situación se tornó tan calurosa y los suspiros tan tibios que ella lo notó, y ¿cómo me di cuenta? Se movió de más, rozó su intimidad con mi desencadenada revolución y soltó un gemido a la par de que dejó de moverse.

Comenzó a reírse, pero era una niña y no me iba a aprovechar de ella estando bajo los efectos del alcohol, así que solo la miré, una mirada fría y severa. Trató de seguir e iniciar algo indecente, pero no la dejé.

- Bueno, supongo que eso es para otro día.- dijo ella pícaramente
-No señorita, eso está bloqueado hasta que cumplas 18, aún eres muy inocente para esas cosas.
- ¿inocente? Ay Tom, Si te contara todo lo que te quiero hacer no acabaría- ok, definitivamente era una adolescente hormonal borracha, y si yo quería controlar mi tienda de campaña, su tono de perversión no me ayudó en lo absoluto, a esto sumémosle que se removió encima de mi. No pude evitar suspirar, me salió del alma, y ella lo estaba haciendo a propósito, así que en un movimiento rápido la quité de mis piernas y le pedí fuerzas a Dios para no sucumbir ante aquel demonio y sus tentaciones.

-Definitivamente necesitas dormir, pervertida.

Ella simplemente sonrió plácidamente y se hundió en su asiento, encendí el auto y emprendimos camino a su casa.

Me sentí el hombre más feliz del mundo, aunque la realidad me golpearía al día siguiente, cuando ella vuelva a la preparatoria y yo desde el escritorio tenga que regañarla por no poner atención a la clase, y no haber entregado los ejercicios de álgebra, esta niña me va a volver loco.

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Todo es mejor si huele a peligro ( ͡° ͜ʖ ͡°)

Esta medio rikholino, pero bueno, supongo que se los debía después de estar mil años desaparecida, lo siento.
Mi inspiración para escribir estos shots había muerto, pero ya volvió (o sea ya tengo crush again).

no se olviden de comentar y votar plisssssss 🤪

Byeeeee

Holland's one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora