Holland's one shots

Tom holland

Título: sweater weather
Advertencia: nel
(Les recomiendo escuchar la canción sweater weather de The neighborhood para disfrutar mejor la historia)
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-Tn! Necesito que vayas a la tienda por tortillas!

-Pero mamá! Acabo de entrar a la casa, estoy muy cansada- dije haciendo rabietas

-Pero nada, toma 50$ que están en la mesa y ve por lo que te pedí- me calló apuntándome con una chancla.

-Ok- rodé los ojos y tomé el dinero. Al menos podría ver al chico lindo del vecindario de al lado. Tom.

Éramos compañeros de escuela, a veces me lo topaba por el vecindario y hablábamos por un tiempo, de hecho bastante tiempo. Más de una vez me había metido en problemas por perder la noción del tiempo hablando con él.

Entré a la tienda con las tortillas que mi mamá me pidió en la mente, aunque todo se fue a la mierda cuando volteé a la derecha y lo vi ahí, pagando un paquete de panditas a doña Mary. Me quedé parada en la pasada como una estúpida, mirándolo.

-hasta luego, doña Mary.- se volvió hacia la puerta a punto de comenzar a caminar, pero se detuvo en seco al chocar con mi mirada, entonces se llevó la mano a la nuca, rascándose enérgicamente. Lindo.

-Oh! Hola Tn, no te había visto ahí.
-Hola- dije tratando de no tartamudear.
-¿qué haces aquí?- pregunto de inmediato, a lo que yo solo respondí levantando el billete en mi mano.
-ah, claro- parpadeó varias veces, dándose cuenta de la obviedad de su pregunta. Yo solo rei y caminé lentamente hacia uno de los aparadores con dulces, el se movía al son de mi caminar, acompañándome dentro de la tienda otra vez.

Ni siquiera me di cuenta, pero de un momento a otro ya estábamos conversando de camino al parque en frente de la tienda, yo con una bolsa de papas fritas en la mano.

La noche comenzó a caer mientras seguíamos riendo en aquel parque.

Nos habíamos estado meciendo en aquellos oxidados columpios toda la tarde, el tiempo con él pasaba tan rápido.

Platicabamos de cualquier cosa, compartiendo osos de gomita y papitas, cuales niños saliendo de la secundaria por la tarde.
-La verdad no creo poder sobrevivir en una isla solo conmigo..... me llevaría a Harrison, definitivamente. - reímos al unísono.

Me levanté lentamente del columpio casi sin darme cuenta, a este punto de la tarde ya no era consciente de nada más que su sonrisa. Y el sin tomarle mucha importancia se movió a mi lado. Comenzamos a dar vueltas por la plaza, observando como el sol se escondia en el horizonte mientras la calle se iba vaciando de gente.

De repente, entre nuestras risas, sentí una corriente de aire frío recorrer mi espalda, a lo que inevitablemente reaccioné con un escalofrío. Entonces me di cuenta de lo oscuro que estaba el cielo ya, y cómo, de tan sola que estaba la calle, solo se escuchaban los grillos en esos diminutos silencios que había entre oración y oración.

El obviamente se dio cuenta de la tremenda sacudida que mi exagerado cuerpo hizo al sentir el aire frío.

-¿tienes frío? - dijo, y sonreí un tanto apenada.

-solo un poco, no pasa nada- sonreí tratando de cambiar de tema, antes de ocurriera lo que pasó a continuación.

-Ten, mi chaqueta.- se la quitó rápidamente y me la extendió, pero no podía aceptarla.

-de ninguna manera, está haciendo frío y la necesitas- dije sonriente y empuje su mano con delicadeza.

-vamos, yo no tengo frío.