I'm here, for you.

Capitulo 4.- No sabe nada.

-Te quiero aquí en 30 minutos. Un minuto más y no tienes idea de lo que te va a pasar.

Trague el nudo en mi garganta y colgué. Mire a mi profesor y el tenía el ceño fruncido. Oh dios, debo irme. Me levanté y el lo hizo igual.

-Sab, ¿qué ocurre? - susurró.
-debo irme.
-pero, ¿porqué? - su cara denotaba confusión.

pensé en decirle pero eso me traería problemas y no quería que nadie supiera
nada acerca de mi familia, no él.

-sólo... ¿Podrías llevarme a casa?
-claro... Sólo déjame tirar esto. - asentí.

Caminó con las bandejas de nuestro almuerzo hasta el bote de basura, luego de eso se dirigió a mi y me tomó la mano. No quise hacer de eso un escándalo pero, juro que sentí una corriente eléctrica pasar por mi mano y lentamente lo miré; el también me miraba y enseguida me puse me nerviosa.

Salimos de Burguer King y nos dirigimos al estacionamiento hasta su carro, abrió la puerta para mi y le agradecí, ingresé al vehículo y abroche mi cinturón. Él también ingreso al vehículo y abrochó su cinturón.

-bueno señorita, me va a tener que decir donde es su casa - sonrió.

Al momento de darle mi dirección el se ubicó y encendió el automóvil. Salimos del estacionamiento y tomamos la carretera.

Mis pensamientos acerca de lo que me esperaba en mi casa enseguida atormentaron mi cabeza. Quería llorar.

Aveces cuando te das cuenta e idealizas que tu vida es como un hoyo negro solo quieres cerrar los ojos e imaginar una vida diferente, fuera de todo lo malo que hay en ella. No quieres pensar en lo que te espera al día siguiente, ni al siguiente. Sólo quieres poder ser feliz y tener la vida de alguna persona normal. Sin gritos. Golpes. Insultos y decepciones.

-Sab... -Colton susurró.
-oh, dime.
-¿te encuentras bien? -sonreí sin mostrar los dientes.
-claro.

No dijo nada más. Y yo tampoco.

Minutos después nos encontramos en la calle de mi casa. Le indique en dónde podía dejarme y trate de abrir la puerta.

-no. -voltee a verlo- espera, sólo... Quiero saber si te encuentras bien o... Si necesitas algo.

Voltee a ver la puerta de mi morada y enseguida me puse nerviosa.

-mhm. Sí y... Col-digo profesor -frunció el ceño- no podemos ser amigos ni nada, no es ético y yo.. No puedo.
-Sab, no. ¿Porqué dices eso?
-envíeme la factura del taller de mi automóvil, Porfavor.

Él asintió y salí del vehículo. Caminé por los bloques pedregosos hacia la puerta y voltee. El seguía ahí. Sólo rogaba al cielo y a Dios por que mi madre no haya visto de donde me bajaba, si no, estaría muerta.

Al momento de abrir la puerta escuche el sonido del motor arrancar con un estruendo y sólo cerré los ojos. ¿Porqué diantres me afectaba?, era mi profesor y aunque sea un poco mayor que yo no podíamos ser amigos. No sabe nada.
Abrí la puerta y no escuché ningún ruido.

Camine hacia las escaleras y al momento de pisar el primer escalón escuche pisadas provenientes de la cocina. Sólo cerré los ojos y esperé.
-¿me puedes decir donde carajos estabas? -grito mi madre.
-yo... Pues estaba en la escuela pero el auto no prendió...
-no me interesa tu mierda. Tu padre llegara en 30 minutos y tu siendo una vaga fuera de casa. No quiero saber lo que te espera cuando le diga que llegaste bastante tarde del colegio por estupideces.
-mamá, pero no fue mi culpa -dije con los ojos abiertos.
-te dije que no me interesa.

Sentí un nudo en la garganta. Era tan fría conmigo... Yo solo me preguntaba por qué eran así. No merecía esto, siempre fui una buena niña. Nunca di problemas. Siempre me mantenía al margen de todo y mis calificaciones no eran perfectas pero no me podía quejar. No podía esperar para el examen de admisión de la Universidad y poder largamente de aquí. Mi propia casa. El lugar en el que la mayoría de personas se sienten seguras es, para mi, el infierno.