Capítulo 3.- Arriesgarse.

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Ese momento en el que te da mas miedo pensar que hacer, bueno en ese momento me encontraba. No sabía sí decirle que sí o no por varias razones, uno: si mi padre me veía con el iba a tener problemas. Dos: era mi maestro y aunque no fuera más que unos años mayor que yo eso era mal visto. Tres: no quería tener unos hematomas en el cuerpo que no se iban a quitar hasta dentro de 5-6 días.

-No sé si es buena idea -mencioné.

-No te voy a dejar aquí mientras se desata una buena lluvia, mira, ¿que te parece si te llevo a tu casa pero antes te invito a comer algo? -Sonrió y vaya que bonita sonrisa.

- vacilé y al final me rendí - Esta bien, pero que sea Burguer King - sonreí y el sonrió el triple.

-Es un trato señorita Webber-

Me bajé del auto y el me guió hasta su coche, vaya que coche, era un mercedes SLK negro, en mi vida me había subido a un coche así y por lo que puedo decir es que estaba completamente nerviosa

-tranquila, sólo es coche, siéntete cómoda - me miró a los ojos y abrió la puerta. Oh Por Dios. Si por fuera era impresionante por dentro era magnífico, ni siquiera sabía como describir la comodidad de los asientos.

-es un lindo coche -susurré

-lo sé, pensarás que como maestro no gano mucho para tener uno de estos pero ser maestro solo es un pasatiempo - dijo y voltee a verlo.

-¿ no solo eres maestro? - dije confundida.

-No, tengo una empresa de bienes raíces que comparto co mi hermano.

-Oh, tienes un hermano - mencioné mirando a la ventanilla

-Sí su nombre es Clinton - sonrió - ¿tu tienes algún hermano?

- tragué el nudo que se formó en mi garganta y dije: - Sí - miré el asfalto.

- él se quedó en silencio y después de 2 minutos dijo: - veo que no te gusta hablar de eso, pero... ¿Cuál es tu película favorita? - Agradecí a dios por el cambio de tema y el trayecto hacia Burguer King se volvió rápido y con una plática acerca de películas interesantes.

Llegamos a Burguer King y me hizo una seña para me quedara en el coche. Salió y dió la vuelta hasta mi lugar y abrió mi puerta. Nunca nadie había abierto mi puerta y eso hizo que sonriera tímidamente.

-vamos Sabbanah, digo, ¿te puedo decir Sabannah verdad? - pregunto preocupado.

-Claro - sonreí

-Muy bien, a mi dime Colton, eso de Profesor me molesta, no estoy tan viejo para ese adjetivo - reímos y entramos al lugar. Eran ya las 6 pm y había un poco de gente, caminamos a una mesa pegada a la ventana.

-Puedes esperarme aquí o ¿prefieres acompañarme?

-te puedo esperar aquí, si no es mucha molestia....

-No, para nada, te pido lo que sea o ¿quieres algo en específico?

-Lo que tu quieras está bien

-Muy bien, regreso en un minuto - volteo y fue a la caja.

Mire por la ventanilla los carros y la gente que pasaba, apurada a llegar a casa para ver a su familia que los recibiría con abrazos, besos, cariño. cerré los ojos por el inmenso dolor que de repente llegó. A mi nunca me recibían con los brazos abiertos en casa, nunca me preguntaban como me había ido, si necesitaba algo, si estaba bien, si estaba mal, si quería contar mi día o si tenía un problema, en cambio me recibían con malos tratos, preguntándome por que mierda me tardaba tanto, que debería estar en casa limpiando en vez de hacerme pendeja en la escuela y desperdiciar mi tiempo, nunca tendría eso que todos dicen que tienen en casa, eso que todas las familias deberían tener, eso llamado amor.

Abrí los ojos y me di cuenta que una lágrima se me había escapado, la limpié y en ese momento llego Colton.

-perdón por la tardanza, la chica de la caja se entretuvo con el chicle que traía en la boca que se le pegó en el cabello mientras flirteaba con un chico delante de mi - rió y lo hice con él.

-no importa, hubiera sido una buena distracción - volví a reír

-la verdad me quería reírme hasta vomitar pero me contuve -rió mientras colocaba la bandeja en la mesa y sacaba nuestras hamburguesas, papas y refrescos

-eso hubiera sido más gracioso -reí más fuerte y el solo me miraba con una sonrisa en los labios

-bueno, chica graciosa hay que comer porque ya tengo mucha hambre.

Abrimos los empaques y empezamos a comer platicábamos de cosas triviales, el clima, la escuela y hasta video juegos.

-no sabía que te gustaran los video juegos, eso es impresionante, normalmente a las chicas no les gusta eso, dicen que es estúpido y antes a mi me encantaban pero ahora ya no...

-bueno a mi me gustan y se jugarlos pero no lo hago seguido y bueno, la gente cambia...

-así es, también...

Fue interrumpido por el sonido de un teléfono, no me di cuenta de que el sonido provenía de mi bolso, lo tomé y busqué el celular, mire la pantalla y en ella se encontraba el nombre mi madre, mierda.

-Mamá -susurré.

I'm here, for you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora