1.

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Entregó el informe al sexto Hokage, lo único que quería era darse una ducha caliente después de esa larga misión de 2 meses fuera de Konoha.
Antes de ello se dirigió al hospital por los análisis que no pudo recoger.

Tocó la puerta de Tsunade-sama con la elegancia que se le caracteriza. Escucho un adelante en respuesta y se adentro a la habitación.

-Tsunade-Sama, Buenos días- decía la chica mientras marcaba una reverencia.

-Hinata, me da gusto que hayas regresado de tu misión- decía mientras abría un pequeño cajón de su escritorio, sacando un sobre. -Supongo que vienés por los resultados.

Hitana asintió levemente, mientras empezaba a ser presa del nerviosismo. Mantenía sus manos sudadas sobre sus muslos fingiendo tranquilidad manteniendo su vista sobre la sannin.

-Bien, veamos que resulta- con su mirada en el sobre empezó a cortar un extremo de el.

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Caminaba a paso lento hacia su hogar, o al menos al que ahora era desde hace un año, no supo en que momento todo cambio para ella, despues de su entrenamiento de un año fuera de Konoha con su abuelo, había avanzado mucho, la chica débil ya no existía, su tartamudeo desaparecío y su determinación era palpable en su mirada. Entonces lo recordó, el día que volvió a Konoha, cuando cambio todo.

-Hinata nee-san- corría la chica castaña para recibir a su hermana con un cálido abrazo.

-Hanabi-chan- devolvió el abrazo al instante y le regalaba una de sus tan cálidas sonrisas a su pequeña hermana.

-Nee-san te he extrañado tanto, no vuelvas a dejarme sola tanto tiempo- la menor realizaba un pequeño puechero que solo hizo sonreír a su hermana- padre me dijo que en cuanto llegaras fueras a verlo a su despecho.

Hinata asintió y se a dentro en la mansión, caminaba por los pasillo hasta que llegó a una puerta de madera, toco y escucho un pase por su progenitor.

Se adentro e hizo una reverencia a su padre que se encontraba en su escritorio revisando papeles del clan. Se sentó frente a él.

-He vuelto padre- anunciaba con su voz serena y melodiosa.

-Me alegro mucho hija, como sabes te he mandado a llamar para tratar un asunto muy importante, en lo que estuviste fuera de la aldea, el consejo llegó a un acuerdo.- Su voz grave y serena no la hacían temblar como cuando era pequeña pero no dejaba de imponer autoridad sobre ella.

-¿Acuerdo padre? ¿Puedo saber a que acuerdo llegaron?- Su mirada confusa era obvia.

-El consejo decidió que contraigas nupcias con Sasuke Uchiha. Lo siento hija, intente todo pero me ataron de manos, era eso o que te sellaran ya que no serás la líder del clan, te haz esforzado, eso lo se, mejoraste demasiado pero el consejo tomó la decisión.- su mirada se suavizo al igual que sus facciones.

Hitana ya no escucho nada después de la mención de ese nombre -¿Sasuke?- fue lo único que pudo decir.

Salió de sus pensamientos el escuchar murmullos tras la puerta de la habitación que compartía con su esposo- ¿Murmullos?... No espera, son... ¡Gemidos!. ¿Con quien estaba Sasuke? ¿En su propia casa?.

Sin más abrió la puerta con sumo cuidado y ahí estaba, la chica montaba a su esposo como si de un caballo se tratase, bueno no era que no se lo esperaba, las precensias en la cama no se habían percado de ella, cerro la puerta tras ella con suficiente fuerza para que supieran que la matriarca había llegado.
La chica apenada cubrió su cuerpo con la sabana, su cara reflejaba miedo, no quería ser golpeada por la esposa del hombre debajo de ella, solo atinó a bajar la cabeza.

No tenía ganas de pelear con su esposo, tuvo un día estresante su único objetivo era el baño, paso a lado de la pareja solo para depositar su mochila de misiones en la mesa de a lado, y sin decir o mirar a nadie se adentro al baño.

La quito de encima de manera brusca, casi cae al suelo si no se hubiera aferrado al brazo del hombre. -Lárgate- dijo con un deje de fastidio.

-Sasu... -Fue interrumpida por la voz grave de su amante.

-¿No escuchas? ¡Largate!- grito exasperado, masajiando su cien.

No protesto, se cambio lo más rápido que pudo, la chica de cabellos verdes, salió corriendo de la casa de ese hombre, no supo como le pudo parecer encantador en ese local de comida. Pero estaba segura que no volvería a verle.

Alboroto sus cabellos signo de sus frustración.
- ¡Mierda!- echo su cabeza atrás colocándola en la almohada- Se suponia que llegaba en una semana- dijo más para si mismo. Se levantó, colocó un pans negro, mientras se encaminaba a la cocina por una botella de sake, la iba a necesitar, o tal vez no, con Hinata nunca se sabe.

Salió del baño envuelta en una toalla mientras secaba su larga cabellera azulina con otra, se puso un vestido color menta de tirantes, que llegaba un poco más arriba de la rodilla, acentuaba su pequeña cintura, sus anchas caderas y su voluptuoso pecho, se veía bien, se sentía linda, haber cambiado su manera de vestir enserio fue una gran elección, peino su larga cabellera para finalizar y poder salir de esa casa.

Paso por la sala rumbo a la salida, antes de lograr abrir la puerta una voz bastante conocida la hizo parar en seco.

-Acabas de llegar, ¿A donde vas?- se encontraba sentado en un sofá individual con la botella de sake en las manos, debía admitir que su esposa se veía bastante apetecible en ese vestido.

-Voy con Kurenai-Sensei- le dijo sin voltear a verlo.

-Hmmp- Se tomó la botella de una solo trago- Como sea, no me importa- Tiro la botella de sake a un lado del sofá y se dirigió a la nevera por otra.

Abrió la puerta y salió, camino hasta llegar a un parque, se sentó en una pequeña banca mientras disfrutaba del atardecer y la brisa fresca que hacía bailar su melena con gracia.
Suspiro, sabía que al regresar a casa no podría posponer la discusión con el Uchiha.

-Eso puede esperar- se dijo a si misma mientras se levantaba de la banca e iba por un helado, esa tarde era de ella y no dejaría que nada lo arruinará..

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Fin de primera capítulo espero les agrade de verdad, es mi primera historia y no se si vaya bien.
Nos vemos pronto. ❤

Mi diamante en bruto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora