19.

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Entró a hurtadillas por la ventana de su oficina, procurando de no hacer ningún ruido, y no ser descubierto en su travesía.

-Hokage-Sama-. El nombrado salto del susto provocando que toda la pila de papeles de su escritorio cayera al suelo por todas partes.

-¡Anne!, nunca me hagas esto-. Le reprochó a su asistente con con una mirada cansada.

-Debería dejar de evadir sus responsabilidades-. Como si fuera un robot la chica no tenía ninguna expresión en su rostro.

-No lo hago, solo salí a atender un asunto-. Cruzó los brazos indignado que lo trataran como un flojo e irresponsable.

-Volvió a escabullirse para cenar con los Uchiha-. El ninja copia empezó a balbucear cosas sin sentido. -Como sea, los ancianos lo buscan-.

-¿Eh? ¿Los ancianos?-. Recobró su compostura de líder. -Manda un mensaje; mañana los veré-. Dispuesto a retomar sus deberes comenzó a levantar las hojas del suelo.

-No me entendió. Ya están aquí-.

-Como sea, diles que pasen-. Dejando medio limpio ocupó su lugar en el gran escritorio. La chica se retiro de la oficina para darle pasó a los ancianos.

-Buenas noches, Hokage-Sama-. Los ancianos del consejo anunciaron su llegada a la oficina con un saludo y sonrisas hipócritas. -Nos alegra el poder estar aquí-. El vejete hizo una pequeña reverencia ante el líder.

-¿Qué los trae por aquí? Crei que era hora de su siesta-. Comento burlón en Hatake haciendo arrugar el ceño a los ancianos.

-Esto es importante-. La vieja empezó a hablar. -Queremos realizar una reunión con el matrimonio Uchiha-. A este punto el cerebro del líder empezó a maquinar.

-¿Uchiha?, ¿Por qué? Hasta donde yo tengo entendido; todo va de acuerdo a lo acordado-. Desvío su mirada para empezar a leer los papeles qué había tirado hace unos minutos.

-Por eso queremos llegar a un acuerdo con el Joven Sasuke-. Kakashi enfocó su mirada en los viejos que sonreian con malicia.

-Hablen-.

El movimiento brusco del colchón lo hizo abrir los ojos de golpe y realizar una postura de combate, pero lo único que vio fue una cabellera azulina perderse en el baño.

Con sus manos en el retrete y su cabeza sobre el las arcadas y el vómito empezó a caer en el interior de el.
Con una mano ató en una coleta improvisada la cabellera de su esposa, y con la otra daba leves masajes en su espalda; en cunclillas al igual que ella se quedó quieto hasta que las arcadas cesaron.

-No veas esto, es vergonzoso-. Y así jalo la palanca para que los desechos se fueran por el drenaje en un remolino de agua.

-Esta bien, no me molesta-. Le entregó una toalla para que se limpiará la boca. -Te espero-. Salió del baño para darle privacidad a su esposa para que pudiera limpiarse cómodamente.

-Esta parte del embarazo, no la disfruto-. Recibiendo una risa por parte de su esposo, volvió a la cama abrazando el cuerpo del chico. -En unas horas tenemos cita con Tsunade-Sama, me emociona mucho al fin poder conocerlo-. Acurruco su cuerpo contra el masculino, provocando que su cabeza quedará sobre el pecho de este.

-Descansa Hime-.

.

El olor a comida recién hecha la despertó, arrugó sus ojos por la molesta luz del sol que se asomaba por su ventana.
Cuando sus ojos se acostumbraron a la iluminación buscó el cuerpo del chico pero no se encontraba; dirigió su vista al reloj.

Mi diamante en bruto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora