Capítulo XI

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Unas manos recorrían traviesas sobre su pecho desnudo, jugando con su vello, luego unos besos se posaron en su cuello y eso lo hizo despertar, ahí estaba el con una enorme sonrisa en los labios, con su cabello alborotado y sus ojos de otoño desprendiendo un singular brillo. Se acomodó, y le regalo una sonrisa para después besarlo, sus labios desprendían sabor a menta, quizá se había cepillado los dientes y estaban frescos, le encantaba esa sensación.

-Buenos días. - Le da otra sonrisa, y nuevamente otro beso.

-Buenos días, ¿Que hora es? - parpadea un poco y busca por debajo de las sábanas su teléfono.

-Las ocho de la mañana. -

Tom lo abraza, y besa toda su hermosa cara he incluso la barba. Gyllenhaal suspira sobre su cabello, como si estuviera triste, pensando en algo y aprieta un poco contra la espalda del menor.

-¿Es necesario que vayas? -

-Si, tengo que visitar a mi familia y tu, tienes que ir con tu hermana a arreglar una cosas. -

Y lo mira, le acaricia el cabello como si tratara de peinarlo, y lo besa nuevamente, luego se separa y se levanta mientras acomoda su ropa.

-Volveré temprano, cenaremos juntos y tendremos un tiempo para los dos. - Dice con una enorme sonrisa, lo ve ir por su teléfono y además su abrigo, antes de irse le da un último beso y sale por la puerta dejándolo un tanto triste. Pero, no podía cambiar los planes, ya era muy tarde.

Se coloca los lentes que estaban acomodados en el bolsillo de su chaqueta color negro, baja por el ascensor y cuando llega a recepción deja una pequeña nota con la encargada, al fin sale y ve estacionarse un auto color negro, que era su uber, con confianza entra y cuando está dentro cierra la puerta.

-Buenos días. - Saluda al conductor, que tenía puesto una gorra negra y unos lentes de sol, no le responde por un rato, aún sin avanzar y se queda extrañado, frunce el ceño y el temor se apodera de su anatomia, nunca le había sucedido esto, este silencio incómodo con alguien que no quiere  avanzar, sus manos se ven temblando frente el timón, que no levanta la mirada y además se ve enojado.

Con miedo, trata de abrir la puerta pero un arma se posa en su cabeza, tiembla, tiene miedo, demaciado. Aleja sus manos de la puerta y las levanta en señal de que se rinde, traga duro y mira fijamente hacia los lentes negros.

-Hola Tom. - Conoce esa voz, la gorra se va hacia el asiento del pasajero delantero y los lestes chocan contra el vidrio polarizado de enfrente, era Ana.

Close Your Eyes-GyllenHollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora