CAPÍTULO 6

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Miriam
Otra noche más, en los fines de semana salir de fiesta se había convertido en rutina, no es que yo fuera muy fiestera pero cepeda todos los fines de semana me escribía para salir y como  es mi jefe me daba cosa decirle que no, por otro lado Ana y roi que siempre se apuntan por que así tienen una excusa para verse, dicen que no pero están coladisimos y mimi, que todos sabemos como es a sí que salíamos los cinco todos los fines de semana

-Cepeda, ya no bebas mas- le digo

Esto también se había convertido en rutina, estar toda la noche detrás de cepeda para que no beba

-La última y nos vamos, te lo prometo- me dice
-No la última no, que llevas diciéndome eso una hora-
-¿Y que quieres que haga Míriam? Si mi vida es una mierda- dice riéndose
-No vuelvas a decir eso ¿me oyes? ¿Y tus hijas que? ¿También son una mierda?- le digo
-No, eso es lo único bueno, bueno era lo único bueno por que ahora también tengo a alguien... A ti-Me dice sonriendo
-Vamos a baño a lavarte la cara va- le digo pasando de él, está borracho no sabe lo que dice
-Míriam no quiero disimular más, creo que... Me estoy enamorando de ti-dice mirándome-
-Estás borracho cepeda, no sabes lo que dices- le digo
-Lo se perfectamente créeme, además, ¿No dicen que los borrachos siempre dicen la verdad?-
-Pues no es tu caso- le digo

Vamos al baño y cuando entramos le lavo la cara con agua fría y le siento en el vater

-¿Mejor?- le digo
-Si, gracias- dice ya más sereno
-Anda vamos a mi casa y te preparo un café- le digo
-No de verdad Miriam, que no quiero molestar-
-Lo hago por ti cepeda, si tu mujer te ve así te va a echar a patadas de casa- le digo

Avisamos a roi, a Ana y a mimi de que nos vamos y nos montamos en el coche para irnos a casa. Llegamos y cepeda se tumba en el sofá mientras yo le preparo el café

-Míriam pon algo de música anda que me esta entrando el bajon- me dice cepeda
-Si, para despertar a los vecinos, toma el café anda-

Se lo toma mientras yo me voy a poner el pijamos y cuando termino esta cepeda en el sofá pero todavía sigue despierto

-¿Estas mejor?- le digo sentandome a su lado
-Si, gracias Míriam-
-Nada-
-¿Te puedo hacer una pregunta?- me dice
-Si, claro Dime-
-Por qué eres así conmigo?-
-¿Así como?- le pregunto yo
-No se, de buena-
-Me sale solo, además eres mi jefe, te debo respeto-
-No hablo de respeto, si no que... No sé, que no creo que nadie que no sea de mi familia y amigos se hubiese prestado a dejarme dormir en su casa dos veces como has echo tu-
-Cepeda, eres mi jefe, llevo dos meses y medio trabajando contigo, aunque me hables mal y me exijas luego salsa de el trabajo y eres otra persona, y creo que detrás de esa coraza de empresario amargado se esconde un buenazo- le digo
-Joder... Nunca nadie me había dicho eso-
-Pues ala ahí lo tienes- le digo sonriendo

Se lanza a abrazarme y yo se lo correspondo

-Eres increíble Míriam de verdad--me dice abrazandome
-Tu también-

No se ni en que momento ni cómo pero nuestros labios se unen en un beso que empieza siendo lento y suwve pero cada vez sube más de intensidad. No paro, no para, no paramos, hasta que cepeda hace un intento de quitarme la blusa que llevo puesta

-Para para- le digo

Cepeda se extraña pero al ver mi cara seria de enseguida agacha la cabeza

-Lo siento- dice
-No te preocupes, solo que esto sería un error y no quiero, tu tienes una familia y no quiero ser yo quien la desrroze-
-Míriam, ¿No te das cuenta? Mi familia ya está destrozada- dice
-Eso lo dices por que has discutido con aitana, pero en cuanto os reconcilieis si lo hacemos te vas a arrepentir-
-Que no Miriam joder!!! Llevo queriendo hacer esto muchísimo tiempo, pero no lo hago por ti, por que eres joven y virgen y creo que mereces perder la virginidad con alguien de tu edad y no con alguien que te saque nueve años y tenga dos hijas, pero te juro que si no lo intentaba ya me iba a dar algo-

Me quedo mirandolo y por un momento me da igual todo, me lanzó y le beso

-Míriam... No... Para... - dice cepeda como puede entre besos
-Hazme el amor- digo yo igual

Parece que eso es lo que quería oír por que enseguida me coge de las piernas y nos lleva a mi habitación. Nos tumbamos en la cama mientras nos besamos, su camisa vuela, seguidamente la mía, sus pantalones, y después los mios, estamos en ropa interior y es ahí donde empieza a tener miedo, empiezo a respirar muy fuerte debido a los nervios y cepeda me lo nota

-¿Estas bien? Si quieres paramos- me dice mirándome
-Sigue porfavor- le digo
-Pero estate tranquila ¿Vale? Yo voy a intentar no hacerte daño y si te lo hago dímelo o dame una patada en los huevos pero házmelo saber por favor-
-Vale- digo sonriendo, es tan mono

Cepeda empieza con besos por todo el cuerpo y cuendo ve que ya estoy preparada empieza a hacerme el amor, primero despacio, muy despacio, pero al verme la cara y ver que lo estoy disfrutando aumenta el ritmo. Terminamos y el cae rendido a mi lado, yo enseguida me acurruco en el como un gusano

-¿Estas bien? ¿te he hecho daño?- me pregunta cepeda
-No, has sido muy cuidadoso- le digo sonriendo
-Me alegro de que te haya gustado-
-No soy muy buena ¿verdad?- le pregunto
-Eres perfecta- me susurra

Me abrazo más fuerte a el y caído dormida

Mi jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora