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Las vacaciones han estado bien hasta ahora, no han hecho otra locura como el club pero Jeongguk diría que ha pasado sus días bastante bien, incluso fue un día a pasear por la playa con Taehyung.

De todas maneras no puede evitar sentirse triste porque extrañaba salir con Yoongi, el chico estaba tan ocupado trabajando en una tienda que ya no podía verlo tan seguido, al parecer dijo pospondría la universidad para otro momento y que su meta por ahora era el salir de la casa de su padre.

Con su tiempo libre sin las prácticas de básquetbol tiene la oportunidad perfecta para acompañar a Taehyung a sus lecciones, en realidad nunca entra al salón por órdenes de la profesora pero al menos escucha a lo lejos el sonido del piano desde la otra habitación, y si se aburre puede simplemente ir hacer ejercicio en las barras que hay en el parque de al frente.

— Psst.

Jeongguk voltea a su lado de donde proviene un pequeño sonido, se encuentra con Taehyung asomado en la puerta sospechosamente.

— Hey Jeongguk entra un rato, la profesora se ha ido por una emergencia, me dijo que practicara un rato más y dejara cerrada la puerta cuando me fuera. — Le cuenta susurrando mientras le hace señas.

— ¿Seguro?

— Sí, sí, ya hazlo. — Taehyung abre más la puerta y Jeongguk voltea a todos lados antes de entrar.

Es la primera vez que el pelinegro está en esa sala, ve que no tiene mucho más que el piano, una mesa con bastantes papeles y un sillón en una esquina junto a la ventana, Jeon toma asiento en el y mira expectante a Taehyung.

— ¿Quieres oírme tocar?

— Sí. — Responde ansioso sin poder quitar su sonrisa.

Escuchar a Taehyung tocar el piano es simplemente hermoso, Jeongguk piensa que podría acostumbrarse a ello. Al menor siempre le encanto la música, incluso cuando era más joven bailaba junto a su madre quien en sus días de juventud fue capaz de dedicarse a ello. Después de su muerte no quiso seguir bailando, le recordaba a ella, así que prefiero quedarse con otros deportes, aunque nunca fue lo mismo.

Pero en ese momento escuchando el piano, por un segundo la idea de volver a bailar un día de estos no sonaba tan mal.

•

Jeongguk se encuentra sentado con Yoongi en la parte de atrás de la tienda donde trabaja, de vez en cuando lo viene a ver acá por un rato.

— ¿Cuánto dinero te falta para que puedas reducir tu turno?

— Trabajaré hasta que pueda alquilar los primeros meses de un apartamento así sea del tamaño de un baño, idiota.

— ¿No te tientan las cajas que vendes de cigarros?

— Que va, eso está en el pasado. — Suspira Yoongi.

— Oh vaya, eres todo un hombre nuevo. — Se burla dando una palmada al hombro del mayor.

— Para nada, sigo siendo el mismo.

La conversación muere y quedan en silencio, mientras Jeongguk se debate internamente queriendo preguntarle.

— ¿Por qué quieres irte tan pronto de tu casa? — Suelta por fin el menor.

— En parte porque porque no soporto a la novia de mi padre, — Yoongi se recuesta en el banco. — y la mujer ahora está embarazada, y yo simplemente odio a los niños, así que no puedo quedarme ahí. — Jeongguk ríe viendo las muecas del mayor. — Y por otra parte sólo pienso que ya es hora. Eso es todo.

— Ya veo. — Jeongguk suspira, pensando que en el fondo no logra imaginarse a su padre con otra mujer. — ¿Tu madre...—

— Murió hace años, cuando todavía era un niño, estuvo muy enferma, no fue algo de sorpresa. — Contesta rápidamente, tratando de hacerlo lo menos dramático posible.

— Lo lamento.

— Está bien, fue hace mucho. Nunca quise preguntar esto pero, ¿Y tu madre?

— Está bien, puedes preguntar. — Jeongguk pasó una mano por su cabello. — Murió, en un accidente de auto hace casi dos años.

Esta es la segunda vez que Jeongguk le cuenta a alguien, el primero siendo Taehyung.

— Lo lamento.

Pronto el descanso de Yoongi terminó al igual que la conversación. Jeongguk se despidió, ya era tarde, era hora de ir a casa.