Mean Phiravich solo quiere vengarse del Plan adolescente que rompió su corazón en el pasado y siendo una de las personas más ricas de Tailandia usaría un poco de su poder y dinero para devolverle a aquel chico todo el sufrimiento que le causó.
Plan...
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Es de noche y no hay ninguna estrella, el aire frío acaricia mi rostro y yo solo puedo abrazarme más a mi mismo, el camino de piedra me hace tropezar constantemente y mi miedo aumenta.
Escucho pasos que se acercan por detrás de mi y tiemblo, no quiero voltear porque temo encontrar el peligro acechandome.
Camino aún más rápido y paso junto a un árbol enorme que hace que el camino se torne completamente oscuro, eso me asusta y mi respiración se dificulta.
Los pasos suenan cada vez más y más cerca, quiero correr, llorar y gritar por ayuda pero estoy demasiado lejos de la carretera y el camino de grava parece nunca acabarse.
Mamá , por favor ayúdenme, hermano por favor vengan por mi, Buda protegeme, ruego y pido mientras mis manos tiemblan.
Tengo muchísimo miedo...
De pronto veo la carretera a varios metros y corro, tanto como mis pies me lo permiten pero la persona que me sigue también lo hace.
Mis pulmones queman, mis piernas tiemblan, mis ojos se llenan de lágrimas, lágrimas de temor puro.
Mis pies comienzan a hundirse en el suelo, me impiden caminar.
Quiero avanzar, pero no lo puedo hacer, intento correr pero es en vano.
El suelo subciona mis pies como si fueran aguas movedizas, mientras más trato de salir más me hundo, no puedo evitarlo y lloro con fuerza.
A lo lejos escucho risas, burlándose de mi y gritando divertidos.
Ayúdenme.-repito una y otra vez pero nadie viene a mi-¡ayúdenme!.
El lodo está hasta mi pecho y me oprime causándome dificultad para respirar, mis pies están entumidos y no se que hacer para que las risas paren, me aturden, me hielan la sangre, me asustan, solo quiero salir de aquí.
—¡cariño!
Todo se vuelve mas confuso y desesperante, escucho la voz de mi mamá y trato de salir pero no puedo.
¡Por favor !, ¡estoy aquí!, ¡ven a sacarme!.
Te prometo que no dejaré mi ropa tirada, hare todos los quiaceres que quieras, comeré las verduras que no me gustan ¡solo sacame!.
Su voz se aleja más y más, mis lágrimas me nublan la vista y mis sollozos me ahogan, pero sigo gritando por ayuda, grito y grito su nombre, pido ayuda.
Pero solo me hundo mas, estoy seguro que moriré.
—¡Mamá ! —-Justo cuando la grava y el lodo están por atraparme por completo, en mi desesperación vuelvo a gritar.—¡Mamá !, ¡Mamá , ¡Mamá !.
