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Recargo su cabeza sobre la palma de su propia mano, admirando la expresión relajada que su mayor tenía en ese momento, el doctor había dicho que era cuestión de tiempo para que Zee despertará y el estaba dispuesto a esperar toda la eternidad si er...

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Recargo su cabeza sobre la palma de su propia mano, admirando la expresión relajada que su mayor tenía en ese momento, el doctor había dicho que era cuestión de tiempo para que Zee despertará y el estaba dispuesto a esperar toda la eternidad si era necesario.

No negaba que estaba triste, pero no podía hacer más que tener fe en que todo se solucionaría pronto, que su P'Koala despertaría y le sonreíria.

---Por favor ayuda a mi hermano---Susurró contra la nada, esperando que su mamá le escuchara desde el cielo, e iluminará la vida del mayor.

Mean no estaba bien, la noche anterior había ido a darse un baño y se había encontrado con su hermano terminando otra botella de Whisky y con innumerables colillas de cigarros en el escritorio sobre el cual, los papeles de divorcio se encontraban. Saint no estaba enojado con Plan, por el contrario entendía un poco el dolor de perder a su familia, y aunque no habían muerto, la traición era insuperable.

Era una paradoja, Mean dejaba ir a Plan para asegurarse de que la señora Mei no lo lastimara y Plan se alejaba por que no se sentía suficiente.

Y Saint lo entendía a la perfección.

Porque el mismo sentía la pena de su cuñado cuando recordaba todo lo que le habían hecho. Su mente estaba dividida, no sabía que hacer para hacer cambiar de opinión a Plan respecto a su divorcio o al menos para que se quedara en Tailandia más tiempo, y así poder hacer que perdonará a su hermano. Por otro lado si bien la preocupación por el estado de salud de Zee iba bajando, nada le quitaba la incertidumbre de saber si él mayor podría o no volver a caminar.

El apenas tenía 20 años, no sabía mucho de la vida ni de negocios o siquiera de la forma en la que los demás pensaban, pero sabía que había podido ser feliz desde que el chef había llegado a la vida de Mean, porque habían formado una bonita familia y por primera vez desde mucho tiempo había creído que todo estaría bien.

El destino era cruel, le había dado todo para después quitárselo.

No sabía que hacer para ayudar a las personas que quería.

Se sentía inútil.

Puso ambos brazos sobre la cama, escondiendo su cara en ellos, cerró los ojos un momento, solo un poco mientras pedía a los cielos que todo se arreglara.

Jamás pensó en extrañar su antigua vida, aquella en la que Zee y Mean estaban bien, sin daños y se reunían para comer todos los fines de semana, incluso extrañaba ir al colegio, donde tenía pocos amigos pero disfrutaba cuando Zee le recogía, abrazándolo sin falta.

Le hacía mucha falta dormir junto a él, sin ninguna segunda intención, escuchando su respiración mientras su cabello era acariciado, si justo como lo era en ese momento, casi podía sentir que el sueño le vencía.

Matrimonio Arreglado:2WISH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora