Mean Phiravich solo quiere vengarse del Plan adolescente que rompió su corazón en el pasado y siendo una de las personas más ricas de Tailandia usaría un poco de su poder y dinero para devolverle a aquel chico todo el sufrimiento que le causó.
Plan...
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---Necesito que sepas algo.
---Te escucho, puedes decirme lo que quieras.---Plan tomo las manos de su esposo entre las suyas, apretandolas cariñosamente al ver la mirada que el abogado tenía, sus orbes estaban teñidas de sufrimiento.
Sintió a la otra persona tensarse bajo su tacto pero no lo retiro, todo lo contrario. Mean no sabía que decir, los recuerdos y la culpa lo embargaban sin tregua, causando un amargo sabor en su boca que le hacía difícil soltar siquiera una palabra.
---Ningún árbol cayó por tu ventana, fue un ataque planeado para lastimarte--- Dijo al fin, la cara de plan se transformo en un gesto de incredulidad, pero no dijo nada en espera de que el castaño siguiera hablando, cosa que hizo después de jalar aire suficiente---Al igual que lo sucedido con Saint hace unas horas.
---¿Pero porque harían algo como eso?---Su voz demostro lo consternado que estába ante las graves palabras de su esposo, pero por la cara del otro sabía que había más y no estaba dispuesto a seguir en la ignorancia--- ¿Sabes quien está detrás de esto?.
---Se quienes son, Tul y Trump dos hermanos que me odian, al igual que se porque lo hicieron---Hizo una pausa---Y estoy seguro de que no se detendrán, porque saben que ustedes son mi punto débil, saben que preferiría morir antes de que los lastimaran.
Soltó una de sus manos, para levantarla hasta ponerla en la mejilla sana del rubio quien no dudo en recargar su rostro en ella gustoso por el suave toque, eran ciertas sus palabras ahora estaba seguro de que ninguna persona debía pagar por sus errores y estaba dispuesto a asumir todas las consecuencias pero para su desgracia Tul no estaba atacandolo a él, si no a un par de chicos inocentes.
---¿porque te odian?---Preguntó Plan, sus ojos pequeños atentos a la reacción del contrario quien tuvo que mirar un par de segundos al techo centrando sus pensamientos antes de responder.
--- Yo... ---Trago saliva sonoramente--- Yo... Maté a su hermana.
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MEAN PHIRAVICH 19 AÑOS.
Estaba arto de ese maldito colegio, de los mediocres que estaban ahí contaminando el oxígeno, soltando pestes de mi cuando pensaban que no los escuchaba y siendo amables apropósito para obtener mi ayuda. Porque al parecer todos pensaban que era una clase de reencarnación de la madre Teresa que los ayudaría si tenían un inconveniente, pero estaban equivocados y se los hice saber cuando los ignore sin importar su desesperación.
