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- Xián Mouriño, ¿aceptas a Vanesa Rodríguez como tu futura esposa?

- Acepto.

- Vanesa Rodríguez, ¿aceptas a Xián Mouriño como tu futuro esposo?

- Acepto.

Acaricio el rostro de Amalia con mis manos para que deje de llorar. Lleva así desde que se leyeron los votos matrimoniales.

- ...pueden besarse. – Los recién casados no dudan en hacerlo. Los invitados se levantan emocionados de su asiento. Puedo escuchar sollozos entre los aplausos y los vítores. Amalia no ha sido la única que se ha emocionado. Sus padres están llorando en la primera fila y su abuela también.

El beso dura unos minutos, luego se separan con una gran sonrisa. Ahí vemos nuestra oportunidad Amalia, Wen y yo para saltar hacia los novios. Los cogemos desprevenidos, pero enseguida entienden lo que estamos haciendo y también nos abrazan.

- Os odio chicas. – Nos dice Vane sonriendo. - Sois lo peor. No me creo lo que habéis hecho.

- Lo que tú nos pediste hace diez años. – Decimos Amalia y yo. Todos estamos felices y parece que nuestras vidas mejorarán a partir de hoy.

- Te quiero tío. – Vemos cómo Xián abraza a Wen. -Eres un capullo, pero te quiero. – Mi amigo ya se ha enterado de que fue Wen quien organizó su parte.

- Lo siento, hermano, tenía que hacerlo. – Recuerdo la sorpresa que le preparamos como si hubiese sido ayer. Porque lo fue. Temíamos que no lograsen terminarla a tiempo para la boda, al final lo consiguieron.

*FLASHBACK*

- ¡Xián! – Mi amiga corre a abrazar a su novio. – Creía que...

- Yo también lo creía. Llevo encerrado en esa habitación horas. No he visto la luz hasta que tú has abierto la puerta. Prométeme que nunca volveremos a pelearnos.

- Te lo prometo. - Se acarician el rostro una vez más y luego se besan como si llevasen días sin hacerlo. Apago el televisor y me dirijo a mis amigos.

- Bueno, ya hemos simulado el secuestro de Xián, Vanesa a superado todas las pruebas sin llamar a la policía y están juntos. ¿Les decimos ya que todo era una broma? Antes de que encuentren un teléfono móvil.

- Está bien. – Amalia abre la puerta de la habitación desde la que observábamos todos los movimientos de nuestros amigos. Caminamos por el pasillo subterráneo hasta que llegamos a la trampilla de salida. Subimos las escaleras y salimos en el salón. La pareja que hasta hace nada se estaba morreando se dan la vuelta hacia nosotras asustados. Cuando nos distinguen vienen corriendo a abrazarnos.

- ¡Chicas! ¡No os imagináis lo que nos ha pasado! – Nos aprietan fuertemente los dos. - ¿De dónde habéis salido?

- Hay algo que tenéis que saber.

- No, primero debemos salir de aquí. Antes de que el secuestrados de Xián vuelva a aparecer.

- ¿Te refieres a mí? – Un hombre vestido con un pasamontañas y un chaleco antibalas agujereado aparece por la puerta que conecta el salón con la cocina. Donde Vanessa le disparó hace unos segundos.

- ¡No! Rápido, todos detrás de mí. – Grita Vanesa apuntando con su arma al desconocido. En vez de hacerle caso nos echamos a reír.

- Wen, ya te vale. – Amalia se limpia unas lágrimas provocadas por el ataque de risa.

- ¿Wen? – Preguntan extrañados nuestros amigos. El desconocido se retira el pasamontañas para dejar a la luz el rostro sonriente de Wen.

- ¡Has intentado matarme, cabrón! – Grita Vane antes de disparar hacia nuestro amigo que apenas nota el balazo. Hicimos bien en poner balas de fogueo en el arma de Vanesa.

Cicatrices del Universo #Grenns2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora