La primera vez que Ariana descubrió cómo se sentía, fue en el jardín de niños.
No sabía por qué, pero le gustaba jugar a que era la mamá de la relación imaginaria que habían inventado con sus amigos, Louis y Harry. Tenía apenas cinco años, pero algo dentro suyo le molestaba y le decía que no era un chico como los demás.
Lo ocultó a base de juegos, pasando una infancia estable dentro de todo, en compañía de sus dos mejores amigos, que siempre la habían apoyado en absolutamente todo.
Cuando llegó a la adolescencia, con dieciséis años, comprendió completamente qué era lo que le pasaba. Lloraba cada noche, se golpeaba a sí y sentía su pecho arder de dolor anímico. Esa noche, esa infernal noche, le cambiaría la vida.
Llamó a Harry, con una desesperación increíble, con las lágrimas bajando por sus bonitas mejillas. —¿Sí? —Preguntó el muchacho, preocupado por la hora en que su "mejor amigo" había decidido llamarlo.
Y Ariana le contó absolutamente todo; le contó sobre cómo se sentía cuando se formaba en la fila de las niños, la manera en que sus manos temblaban cuando alguien la trataba con pronombres masculinos, le contó absolutamente todo lo que le atormentaba. Si bien Harry no pudo entenderle del todo -¿por qué mi mejor amigo quiere ser una chica?, se planteaba-, decidió apoyarle en absolutamente todo.
—Louis tiene que enterarse también, bebé. No podemos ocultárselo. —Le dijo Harry, con la voz tranquila, sin saber muy bien cómo manejar la situación.
—Tengo miedo de que Louis no lo entienda, sabes que es muy religioso y sus padres muy cerrados de mente. —Suspiró Ariana, ya con más tranquilidad en su pequeño cuerpo.
Harry asintió al otro lado de la línea, y al día siguiente se encontraron con Ariana en su casa, donde su vida cambiaría por completo. Harry le puso peluca, le consiguió maquillaje -que había robado del bolso de su madre-, y abrazó a Ariana hasta el anochecer.
Los abrazos de Harry siempre habían sido cálidos y le habían traído paz, tal como ahora los brazos de Lauren la acurrucaban y le murmuraban que todo estaba bien. No podía explicarlo, se sentía muy bien consigo misma al recibir el abrazo de aquella chica que hasta hace cuatro horas la detestaba, pero ahora recordaba a Harry con tanto amor como le era posible.
—Y ese chico, Harry, ¿sigues hablándote con él? —Preguntó Lauren, entrelazando sus dedos en el cabello de la pequeño Ariana bebé que se acurrucaba en su pecho.
Ari asintió. —Sigue ayudándome como en el primer día. —Suspiró un momento después, atreviéndose a contarle un poco más de su historia: —Louis enloqueció cuando se enteró, primero me trató de enferma mental por no respetar la naturaleza, por no amar el cuerpo que Dios me había dado; años después, decidió decantarse porque "he nacido chico y siempre lo seré", porque decía que así no hacía más que apoyar a un sistema que nos encierra en estereotipos.
Lauren rió con amargura, recordando sus palabras, cómo le había dicho que era un chico y que no podía cambiarlo, que dejase de mutilar su cuerpo, cuando hacía años estaba en el tratamiento hormonal que tanto le había costado.
—¿Sabes? Él nunca me preguntó si yo amaba mi cuerpo; lo hago, lo hice siempre. Operarme, hormonarme, ¿sabes de quién es la culpa? De toda esa gente que me dijo que tenía que parecer una chica si quería ser una. Es curioso, porque siempre nos dicen a las personas transgénero que somos nosotros los que imponemos estereotipos, cuando son ellos los que nos obligan a seguirlos para que seamos respetados como realmente somos. —Suspira, separándose un poco de Lauren.
Lauren lo entendía, le daba muchísima pena la manera en que habían destrozado a Ariana, la forma en que nunca la habían aceptado como era, sino que la habían hecho sentir que era una obligación cambiarse para que los demás decidiesen ser tolerantes con ella, o más bien, humanos.
—¿Y sabes qué? Lo único que define lo que uso soy yo; si me quiero poner unos boxers, pues será un boxer de chica, porque yo soy una chica. Y ahora entiendo que me tendría que haber valido mierda lo que me dijeron en ese entonces, porque soy una chica y punto final, porque no necesito rogar por la aprobación social de mis pronombres a ningún idiota. —Manifiesta, sentándose derecha, sonriendo un poco y apretando sus puños.
Ariana se siente bien ahora, porque por fin es capaz de poner en palabras lo que siente frente a alguien que no conoce, porque por primera vez entiende que no sólo su círculo cercano debe respetarlo; todo el mundo debería hacerlo, porque ella ha vivido como una chica toda su vida, porque eso es lo que ella es. Y si podía decírselo a Lauren, iba a poder plantarle cara a todo imbécil que le hiciese daño a partir de ahora.
—Y a día de hoy, estoy más que segura de quién soy, de qué quiero, de a dónde voy. Siempre estuve segura, pero me hicieron creer que no lo estaba toda mi vida. Y hoy puedo decir que me amo, ¡hoy, por primera vez, me amo completamente como soy!
Lauren sonríe, se levanta, puesto que Ariana se había parado en medio de su discurso emotivo; la abraza, le da unas palmadas en la espalda y le sonríe de oreja a oreja, gesto que es repetido por la menor. Lauren encontró una amiga en Ariana, y Ariana la encontró en Lauren.
Y a partir de ese día, Lauren comenzó a crecer como persona. Porque ese día entendió, que todos debíamos respetarnos, por el simple hecho de ser personas.
Respiró hondo, sonriéndose, motivada por la valentía de Ariana, la chico que no se rindió por nada en el mundo, y decidió que ella también tenía que ser fuerte, tenía que ser valiente.
En cuanto viese a Camila de nuevo, Lauren le confesaría todo lo que le hace sentir. No iba a esconder más sus sentimientos.
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eso es homofobia; camren |PAUSADA|
FanficAU: donde Lauren Jauregui hace comentarios homofobos por accidente frente a su amiga lesbiana, Camila Cabello. ➳Pareja principal; Camren. ➳Actualizaciones lentas. ➳Adaptación; historia de @theo-zzt