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Por si tienen alguna duda quiero aclarar que "la mayor es Camila y sigue siendo la más baja, y la menor es Lauren pero sigue con su altura alta".

...

Lauren no sabía que le fastidiaba más: la aburridísima película de terror que escogió al azar, la cual tenía una calidad terrible y se planteó decirle a su amiga que la quite y busque otra, o el simple hecho de que el ambiente era demasiado incomodo entre ambas.

Miró de reojo a su mejor amiga, que tenía los labios en un sorbete de plástico mientras bebía Coca-Cola, concentrada en la película.

Su vista se clavó en aquellos labios, pensando en lo bonitos que se veían en el rostro de Camila y lo mucho que deseaba la libertad de besarlos cómo y cuándo quisiera; poder tomarla por las mejillas y juntar ambas bocas con delicadeza, cerrando los ojos y disfrutando del contacto mutuo.

—¿Tengo algo en la cara, Lauren?—Las mejillas de la ojiverde se tiñeron de un fuerte color rojo mientras levantaba la vista hacia la contraría, buscando alguna excusa para remendar su inevitable vista sobre la morena durante tanto rato.

Así fue que soltó lo primero que se le ocurrió:—¿Sabes lo mucho que contaminan los sorbetes de plástico para que lo uses una sola vez y luego a la basura?

Camila separó la pajilla de sus labios y la observó un momento antes de mirar a la menor.—¿Por qué me mirabas como si quisieras besarme para que resulte que quieres hablar de cuánto contamina esto?

—¡E-el mundo y sus cuidados son importantes, Camila! ¡Vivimos en él!—Exclamó Lauren, algo asustada al saber que su amiga había notado la forma en que la miraba.

Una risa fue lo que soltó la contraría; apoyó su vaso en la mesilla ratona y se inclinó hacia su mejor amiga, posando una mano en su cálida mejilla. Los ojos de ambas se encontraron y, por un momento, Lauren pensó que la morena la iba a besar; estaba tan cerca la una de la otra que le daba miedo respirar fuerte para no tocarle la cara.

—Vivimos en un mundo donde estoy condenada a los insultos por ser lesbiana, ¿que tiene de bueno eso, Lauren? —Susurró, frunciendo el ceño antes de alejarse.

—Q-que te gusten las vaginas y para la gente eso sea malo, no es culpa del planeta tierra.—Murmuró la ojiverde, sonrojandose cada vez más mientras se hundía en el sofá de la sala.

La mano de la morena viajó por el hombro de Lauren hasta su nuca, acariciando su cabello mientras la miraba; parecía estar pensando algo y por la suave inclinación de sus labios, estaba al borde de decir algo.

—Um, me gusta la forma en que dijiste eso pero... Lauren, no me gustan las vaginas.—Una media sonrisa se forma en sus labios, la nombrada parece confundida a la vez que intenta no dejarse ir por las caricias que la morena le entregaba.—Me gustan las chicas, y suponer que todas ellas tienen vagina está mal.

La cara de la mas alta no muestra nada más que una repentina confusión ante las dichas palabras por la mayor, aunque esta parece no querer darle más vuelta al tema. La película sigue al fondo, así como siguen sus caricias para la menor, que cada vez se siente más relajada y atraída por Camila. Pero entonces algo la hizo parar de relajarse, ¿y si ella le hacía las mismas carícias a Ariana? Comenzó a sentirse insegura y ni siquiera notó el momento en que algunas lágrimas resbalaron por sus mejillas y su cuerpo comenzó a temblar, sino hasta el momento en que la morena habló.

—¿Lauren? ¿Estás bien?—Sus manos rodearon el pálido rostro de la ojiverde, haciéndola alzar la mirada mientras su labio inferior temblaba sin pausa.

En los ojos de la mayor se expresaba completa preocupación mientras sostenía con firmeza su rostro, sin darle chance a escapar de aquel sitió para encerrarse en el baño y llorar porque algo se había apretado dentro de ella hace un momento.

Camila, en cambio, la miraba intentando descifrar que era lo que le pasaba a su mejor amiga y como ayudarla sin que se ponga peor, entrando en un ciclo de desesperación cuando el primer sollozo escapó de sus labios y supo que Lauren se estaba guardando algo para no decírselo.

—Yo no...yo...—Balbuceó la ojiverde, sin saber pronunciar correctamente las palabras y tapando sus labios para evitar seguir sollozando.

Los brazos de Camila la rodearon y apoyaron sobre su regazo, abrazándola con fuerza mientras la menor se escondía en su pecho entre lágrimas. Su cuerpo temblaba mientras sus pálidas manos se aferraban a la camiseta de la morena y la empapaba de lágrimas a la par que inundaba el salón con el ruído de sus sollozos; las manos de la morena se aferraron en su cintura para darle un agarre firme y que supiera que no estaba sola y que había alguien dispuesta a sostenerla en aquél momento.

—Me gusta alguien...—Susurró apenas, con la voz quebrada y sintiendo salir el alivio en su pecho al poder decir lo que tan mal la tenía.

—¿Es eso? ¿Qué te hizo ese chico para que te pongas así?

<<Qué me hiciste tú, tonta...>>

—No es un chico.—Respondió, sintiendo sus mejillas arder y escondió su rostro en la curvatura del cuello de su amiga, tirando suavemente de su camiseta hacía abajo en señal de vergüenza.

Lauren solía hacer aquello, esconderse de aquella forma para sentirse a salvo de lo que la rodeaba, tironeaba de su camiseta hacia abajo y se escondía para intentar escapar de la realidad. Camila había aprendido que en esos momentos era mejor estar ahí con ella y hacerle saber que estaba y no se iría.

Y, en parte, Camila había entrado en un estado de shock y confusión. ¿Lauren Jauregui, su mejor amiga heterosexual, gustando de una chica? Sonaba increíble sólo con pensarlo; pero algo dentro de ella se removió en aquél instante. ¿Quien era la afortunada de que Lauren gustara de ella?

—¿Quieres decirme que te hizo, Lern?—Susurró con paciencia Camila, escabullendo sus manos hasta el rostro de la ojiverde y lo levanto despacio para mirarla.—¿Acaso ella es heterosexual?

—Es lesbiana.—Balbuceó Lauren, con las mejillas calientes y sus ojos intentando no clavarse en los labios de la morena.

—¿Entonces...?—Camila alzó una ceja, pensando en lo que pasaba.—Ah, no me digas que ella...

Se hizo silencio un momento. Lauren se planteó el hecho de decirle a Camila que quien le gustaba era ella, pero sabía que su mejor amiga ya tenía a Ariana y no quería volver su relación en algo incómodo y apartada del cariño en base a que la mayor no querría hacer sentir mal a la ojiverde por seguir siendo cariñosa a sabiendas de como su corazón latía o se sentía cuando la tenía al lado. No, decirle que era ella sería el peor error que podría cometer en su entera vida.

Tragó saliva nerviosa y apoyó su cabeza en el hombro izquierdo de la mayor, arrastrando sus manos por aquél pecho hasta reposarlas en el centro para sentir que Camila seguía ahí.

—Ella tiene novia.—Susurró al fin, sintiendo como la mayor suspiraba.

Y sí, ella seguía ahí. Y si tenía que callarse sus sentimientos para que así permaneciera, Lauren se moriría sin decirle en algún momento que poco a poco estaba cayendo enamorada de ella.

eso es homofobia; camren |PAUSADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora