Capitulo 1

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Corría el año 494 después de la llegada del primer hombre a Geros, todo el continente estaba lleno de paz, 2 guerras habían sido superadas, al fin todo era pacifico, no había conflictos en ningún lugar, el crimen prácticamente desapareció, todo iba en buena dirección... O al menos así fue por un par de años...

Era el final del verano, un verano que fue bastante soleado y caluroso en todo el continente, faltaban apenas unos pocos días para el otoño, se supone que sería un otoño especial, porque se cumplirían 500 años de la llegada del hombre al Gran continente. Habría fiesta en todos lados; en Romero se reunirían casi todo el sur, se esperaba gente de Guten, gente de Prabus, gente de Kauche y Somni, sería la primera vez que tanta gente del sur se reuniría para esta fecha tan especial. Los habitantes del sistema de cuevas igual decidieron tener una sola sede para el festejo, esta seria Sirus, gracias al tamaño de esta ciudad subterránea, las fiestas de los (como comúnmente se le dice a la gente que vive en el sistema de cuevas) son algo... diferentes a las demás. Quizá es porque viven de manera diferente al resto del mundo. En sus fiestas no acostumbran a embriagarse, ni suelen bailar mucho, a ellos se les da más cosas como contar antiguas historias sobre los colonos o leyendas, hacer concursos de esculturas de piedra luminosa, hacer cánticos que alaban a la tierra y al Dios Therum. Es más algo pacífico y cultural. A diferencia de los terraneos*, la gente del norte de la Mancha verde, se especializa en beber grandes cantidades de cerveza y vino, en bailar mucho y romper bastantes tarros de vidrio. Cada año la gente viaja a la ciudad de Asper, siempre es ahí donde se celebra esta fiesta. Del otro lado del continente, en el Fuerte de los McHarlin no se quedan sin festejar, son militares, pero igualmente les gusta bailar, cantar y tomar mucha cerveza, en especial la que es importada desde AlHas. No muy lejos del Fuerte, se encuentra la ciudad de Agni Igni, "La ciudad de la magia", ahí viven más de 10'000 personas, entre los que un poco más de la mitad son magos y hechiceros. Claro, hay de magos a magos, pero ellos igual se unen a la fiesta. Lo que caracteriza sus fiestas del resto, es el espectáculo de magia pirotécnica, a la media noche, un centenar de magos, alrededor de toda la cuidad se reúne para llenar el cielo nocturno de luces de todas las formas y colores que una persona es capaz de imaginar. Todo el Gran Continente hace fiesta, celebrando cada año, la llegada de los primeros hombres a Geros. Pero este año, la fiesta no pudo comenzar, en ningún lado...


Valle de las luciérnagas

Era el octogésimo tercer sol de verano en el Valle de las luciérnagas, los niños regresaban de la escuela, el sol estaba por caer. Las madres esperaban a sus hijos con la comida ya caliente y lista para servir en platos de porcelana blanca. Los niños estudiaban no muy lejos del poblado, a unos 300 metros se encontraba la escuela, el recorrido para ir y regresar era muy sencillo, simplemente debían caminar 100 metros hacia el norte, luego rodear un pequeño estanque y seguir el sendero que los lleva al poblado. Ellos nunca solían retrasarse más de lo normal, las madres ya sabían que, con el calor del verano, los niños disfrutaban de darse un chapuzón en el estanque, correr y lanzarse directo al agua, era normal disfrutar de cosas como esa a los 10 años. Pero ese día paso algo extraño. Una silueta extraña apareció de la nada, era un viejo, estatura baja, robusto, de cabello gris, estaba malherido, su ropa estaba manchada de sangre y rasgada por muchos lugares. Cuando los niños lo vieron corrieron asustados hasta el poblado para decirles a los adultos lo que habían visto. La gente del Valle era muy amable y servicial, así que decidieron ayudar a aquel pobre viejo, al menos podrían darle comida y aliviar su dolor por un tiempo, el hombre no parecía que fuera a sobrevivir mucho, ya que sus heridas eran muy graves y en el poblado no había doctor que lo pudiera atender como se debe.

Llego la noche, en el poblado tampoco había una posada donde pudiera descansar aquel hombre, pero las personas le dieron un espacio en el establo para que pudiera descansar mejor.

Era ya muy tarde, en todo el Valle gobernada un silencio ensordecedor, no se escuchaba viento, ni tampoco las olas del mar, ni una sola alma despierta. Hasta que todo ese silencio, toda esa paz, fue violentamente interrumpida por un grito, un grito lleno de dolor, lleno de ira, de confusión y sobre todo... de maldad.

*Seudónimo para los habitantes del sistema de cuevas

Salvación. Proyecto Geros.Where stories live. Discover now