Rennyn. Octogésimo primer sol de verano. Basel
Rennyn se encontraba algo cansado por el pequeño viaje, estaba sentado en la orilla de la fuente de la plaza principal, observaba atentamente todo lo que pasaba a su alrededor mientras tomaba un jugo de algo que llaman en Basel como "la fruta que cayó del cielo", el nombre se lo da una leyenda, que hace un tiempo atrás había escuchado Rennyn, pero eso realmente es algo insignificante, lo que hace realmente reconocida esa bebida son las propiedades físicas del jugo. Cuando se toma frió este tiene un color azul, un sabor dulce y da una sensación rehidratante, pero si se toma caliente tiene un color rojizo y su sabor es un poco más amargo, muy similar al del café negro.
Bill estaba entregando toda la mercancía al mercader de Basel, la tienda estaba a un costado de la plaza principal, Rennyn estaba constantemente pendiente de su amigo, llevaba tanto tiempo sin estar en el exterior, que consideraba buena idea el no perder de vista a Bill para evitar cualquier tipo de incidente.
Cuando Bill terminó de entregar toda la mercancía y recibió el pago, buscó a Rennyn, después de verlo se acercó a él y le dijo
-Listo, podemos continuar con el viaje a Sirus, pero solo si ya te siente más tranquilo y si aún no te has arrepentido. – después de decir esto y ver que su amigo no daba señal de haberle prestando atención se sentó a su lado y esperó.
- ¿Puedo preguntarte algo? – preguntó Rennyn a su amigo rompiendo el silencio que había permanecido por varios minutos.
-Claro que sí, lo que quieras –
- ¿Tú crees en el destino? – seguido de eso volteó a ver a Bill y luego al cielo en el cual se veía un hermoso atardecer, de un color naranja muy intenso, lo que significaba el final del verano.
-El destino. Con que eso te tiene tan pensativo, mira, una vez el señor Lucas me dijo algo que siempre he recordado desde ese día. Cuando vas a hacer algo, lo que sea, por más o menos importante que pueda ser, si tu corazón es el que te indica que debes o no hacerlo, escúchalo, es lo mejor que puedes hacer. No sé si existe o no el destino, pero siempre debes hacer lo que tu corazón te diga Rennyn, escúchalo–
-Pero no sé cómo escuchar a mi corazón –
-Nadie sabe, eso es lo más difícil, pero estoy seguro de que podrás hacerlo – después de hablar Bill se levantó y le extendió la mano a Rennyn – Vamos, yo estaré contigo siempre que lo necesites-
Rennyn se sintió bastante bien sabiendo que contaba con su amigo. Ambos empezaron a caminar hacia los caballos y la carreta, para continuar el viaje hacia Sirus, ya había terminado el atardecer, el cielo estaba oscuro y despejado, era el mejor momento para seguir adelante, antes de que se hiciera más tarde.
Ya habían salido de Basel, iban entrando a las tierras blancas cuando Rennyn hablo después de un largo rato de simplemente silbar, tararear cosas que Bill no entendía si eran canciones, alabanzas o hechizos, y simplemente dejaba a Rennyn hacer ruido.
-Oye Bill, ¿cuántas estrellas conoces? – preguntó a pesar de saber la respuesta
-Bueno, déjame pensar, recuerdo 3 estrellas de las que me has hablado. La primera es Eros, la estrella del hechicero, ¿Es correcto? –
-Si, ¿Cuál otra?
-Déjame pensar – levantó la vista tratando de recordar – Ah, ya, Missra, la estrella que baila –
-Muy bien, si, de esa te hablé el día que nos conocimos, lo recuerdo bien, porque ese día bailaba con todo su esplendor –
-Y una más, era... No recuerdo, creo que era una estrella que solo se veía cada tantos años, me habías contado que la última vez que se vio fue hace unos 64 años, algo así recuerdo –
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Salvación. Proyecto Geros.
RandomBill junto con su novia Esmeralda y su mejor amigo Rennyn, no tienen idea de lo que en el norte del continente ha empezado a sembrar terror. Deben luchar contra este mal y encontrar una solución, para ello deberán viajar por todo el continente sobre...