ESPADAS

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T/n

En la noche cuando el banquete finalizó, fui la última en retirarme del palacio debido a que tuve que despedir a los que habían asistido. El príncipe Atem y el faraón Aknamkanon, aún preocupados por mis heridas me ofrecieron quedarme en el palacio esa noche para descansar y recibir tratamiento el día siguiente.

-Tendré que negarme ante su petición su majestad, me gustaría llegar al templo. Los sacerdotes se preocuparan si saben que me quede esta noche en el palacio- ellos entendieron, y me dijeron que sería atendida mañana por un sanador y que no me sobreesforzara. Les di las gracias y me encamine.

Al llegar fui recibida con las reverencias de parte de los sacerdotes y sirvientes del templo. Pero cuando se percataron de mis heridas y las vendas con sangre en mi cuerpo, parecían haber entrado en pánico.

-¡Por los dioses, mi sacerdotisa!- se acercaron para llevarme cuidadosamente hacia mis aposentos mientras era bombardeada por todas sus preguntas.

-¿Qué fue lo que sucedió su excelencia?¿Cómo es que tiene tantas heridas?- parecían asustado hasta la médula, así que me limite en contestarles que estaba cansada y que sus majestades el príncipe y el faraón mandarán un sanador en la mañana.

-¿Quién se atrevería a herir a la suma sacerdotisa?- seguía mi camino en los pasillos y los sirvientes comenzaban a caminar detrás de los sacerdotes con algunos baldes de agua y algunas telas limpias.

-Ha sido el general Sefu...- parecían sorprendidos, pero yo le restaba importancia.

-¡¿Es acaso esto un reto?¿Como se atreve ese general a dañar a su excelencia? ¿quiere que el templo y el palacio tengan un conflicto?!- repentinamente al escucharlos pare, cuando voltee a verlos parecían estar planeando algo malo.

-Está claro que quiere un conflicto. Herir a nuestra suma sacerdotisa al grado de hacerla sangrar...- decía uno molesto mientras cerraba de enojo sus puños, y los demás asentía dándole firmeza a lo que decía.

-Es imperdonable...-

-¿Deberíamos mandar un mal presagio?- esto se está saliendo de control. Comenzaban a discutir sobre cómo castigar al general y al palacio por haber permitido que me hirieran.

-Creo que estan confundiendo las cosas, no es necesario que se metan con el general Sefu o con el palacio. Se que están sorprendidos pero es algo que tuve que hacer por el templo y por mi título como sacerdotisa- ellos quedaron en silencio. -Agradezco su preocupación, y me gustaría que ninguno de mis sacerdotes haga un escándalo que pueda llegar a perjudicarnos-.

-Usted es demasiado buena...- los sacerdotes parecían encantados con mi respuesta, y finalmente se despidieron. No sin antes darles la orden a los sirvientes de que cuidaran bien de mí.


YGOYGOYGOYGOYGO


Amanecío y fui preparada cuidadosamente por las sirvientes, que cambiaban y limpiaban las zonas de mis heridas con tanta delicadeza. Eligieron un conjunto simple, cuando comencé a caminar por los pasillos del palacio, fui poco a poco rodeada por los sacerdotes y sacerdotisas para que me dieran el informe matutino sobre los asuntos por atender.

-Hemos cerrado por unos días las puertas del templo, hasta que su excelencia se recupere...- lo tuve que interrumpir.

-No creo que sea necesario, como pueden ver me encuentro en buenas condiciones. Además no podemos negarle a la gente del pueblo la entrada a el templo más grande, eso causaría demasiados rumores innecesarios- asintieron.

Viaje al Antiguo Egipto [Atem x Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora