DE VUELTA A LA CAPITAL

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T/n
Después del gran escándalo, tuvimos que quedarnos un poco más de una semana para reconstruir todo el sistema dentro de la ciudad, porque si no está colapsaría.

Muchos fueron encarcelados y otros fueron ejecutados, entre treinta a cincuenta personas que estaban directamente involucradas con el caso, entre ellos las cabecillas: el sacerdote y la joven sacerdotisa quien fue su cómplice.

Debido a mi posición y al haber tomado la mayoría de las acciones como de las decisiones, era parte de mi responsabilidad acudir y observar todas y cada una de las sentencias así como de las ejecuciones. Sin embargo no fue sencillo procesar cada momento y cada segundo que pasaba frente a mis ojo, cortaban y atravesaban con las espadas los cuellos de estas personas. La gente de la ciudad gritaba furiosa y a la vez de felicidad de ver cómo eran arrebatadas esas vidas.

-No te ves muy bien...- hablo Seth, quien se encontraba a un lado mío mientras caminaba en el templo.

-¿en serio?- tocó mi rostro con mis manos.

-Si, estás pálida... ¿ha sido por las ejecuciones?- me tomó por sorpresa, como si hubiera leído mi mente, por lo que afirme asintiendo la cabeza. -Las muertes de hoy fueron las últimas, así que es mejor que descanses-.

-Puede que suene ridículo pero... desde que llegué aquí solo he visto sangre, jamás en mi corta vida había visto la decapitación, las batallas, entre otras cosas... pero para ustedes parece ser algo común, yo... simplemente no me acostumbro aún- baje mi mirada y Seth parecía estar en silencio.

-*suspiro* puede que tengas razón, desde que usted llegó se ha visto involucrada en varios desafortunados sucesos....- eso no ayudaba mucho. -Pero... creo que también ha sentido otras emociones completamente opuestas al miedo, la ira o la tristeza- levante mi mirada y Seth parecía feliz reflexionando.

-¿a qué te refieres?- le sonreí nerviosa y curiosa.

-Su alteza...- me sorprendí. Por un segundo sentí como latió abruptamente mi corazón y mi rostro un poco caliente. -¿no somos tan ciegos sabes? Tanto yo como Mahad podemos ver perfectamente la buena relación que han tenido, su alteza y usted suma sacerdotisa desde que llegó-.

-Yo...- no salen palabras, me ha dejado sin palabras. Ni yo misma entiendo estas extrañas reacciones que tiene mi cuerpo de tan solo ser mencionado a su alteza.

-Su alteza- oí a Seth decir nuevamente.

-ok Seth ya entendí, puede que su alteza me parezca de lo más agradable y tal vez increíble, además sus ojos...- de repente me callé cuando vi a Seth realizar una reverencia y sentir detrás mío una presencia. -¿está detrás de mí cierto?-. Solo pude ver como Seth sonrió divertido.

-Por favor no te detengas- voltee con toda la pena del mundo, saludando y reverenciando a su alteza. -Déjenos solos por un rato- hablo el príncipe, a lo que Seth y Mahad junto con los guardias que los acompañaban acataban la orden.

Estos dos asintieron y se iban a ir, pero tome a Seth de la manga de su ropa sutilmente y lo vi a los ojos. Empezamos una extraña conversación con nuestras miradas, suplicándole que no me dejara sola para morir de la vergüenza. Pero él no estaba dispuesto a desobedecer una orden tan simple por el capricho de esta chica. Y quito mi mano de su manga para después apresurar el paso y dejarme a solas con el príncipe.

-Puedes continuar con lo que decías hace un momento...- el príncipe se acercó a mis espaldas hablando demasiado cerca de mi oído. Provocando que me exaltara, y casi tropezará si no fuera porque me detuvo antes de caer.

-Gracias...- no quería estar en una extraña e incómoda situación así que me reincorpore rápidamente antes de que notara mi nerviosismo.

Viaje al Antiguo Egipto [Atem x Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora