Salí del maldito ascensor en dirección al buffet, pero por el camino me encontré a una Meghan abatida y derrotada. Lloraba como si acabaran de arrebatarle lo que más quería en el mundo. Estaba sentada en uno de los sofás que decoraban los pasillos de la recepción, y el corazón se me aceleró al verla así. Ella era la persona más alegre que había conocido en toda mi vida y no podía explicarme como es que se encontraba en ese estado.
Me acerqué a ella temiendo lo peor.
— Meg... — Me senté de cuclillas frente a ella e intenté que me mirara a la cara. Tenía la cabeza agachada mientras lloraba mirándose las palmas de las manos, como si no quisiera que nadie la encontrara así. — ¿Que te ha pasado? — Intenté sonar tranquila y trasmitirle la confianza necesaria para que pudiera abrirse conmigo. En aquellos momentos me sentía con la responsabilidad moral de ayudarla como tantas veces había hecho ella conmigo.
— Yo no quería verlo, Savannah. Yo no quería. No quería. — Negaba con la cabeza mientras los sollozos se escapaban descontrolados de su boca. Yo no estaba entendiendo absolutamente nada.
— No te entiendo Meghan. ¿Qué es lo que no querías ver?
— A Michael... — El solo hecho de escuchar como pronunciaba su nombre me hizo sentir un escalofrío horrible. Aquel hombre iba a terminar con el poco autocontrol que me quedaba.
— ¿Que te ha hecho?
Ella negó con la cabeza como si no fuera capaz de contármelo.
— No puedo...
— Meghan, voy a ayudarte ¿vale? Sea lo que sea lo que te haya dicho o hecho vamos a estar juntas en esto.
Ella tragó saliva aún sin poder detener el llanto. Me sentí fatal por tenerla que ver en aquel estado cuando ella había sido algo así como un rayo de luz en mi oscuridad. No la culpaba por sentirse mal porque estaba absolutamente segura de que había un motivo de peso detrás, pero me dolía el corazón al verla tan afligida.
Cogió aire.
— Él... me ha amenazado. — Susurró secándose las lágrimas con el puño. — Me ha dicho que como abra la boca sobre lo que vi la otra noche... Se encargará de que mi familia lo pague. — Volvió a explotar en lágrimas y yo me quedé pasmada al escucharle hablar así de Michael. ¿Como podía ser capaz alguien de amenazar a la familia de otra persona? ¿Es que acaso no tenía un código moral, aquel hombre?
— Escúchame bien Meghan, no va a pasarle nada a tu familia. Podemos ir a la policía. — Me puse de pie y ella me cogió las manos.
— No, no, no. Nada de policías Savannah. Él me lo ha dejado muy claro.
Miré al cielo sin entender que podía hacer para paliar toda la situación. Michael era un puto loco y debía pagarlo. Se merecía la cárcel y no iba a parar hasta conseguir verle entre rejas.
— No puede irse de rositas, Meghan. ¡Te ha amenazado! Eso es un delito muy grave.
La rabia crecía en mí con cada segundo que pasaba. No podía permitir que nadie más saliera perjudicado por culpa de aquel energúmeno que teníamos como gerente. Ni siquiera era capaz de entender como William o alguien de su familia habían considerado una buena idea tenerle entre los miembros de su equipo.
— Prométeme que no iras a la policía, por favor. — Yo miré al cielo. — Prométemelo Savannah, por favor.
— Está bien. — Respiré hondo. — Te lo prometo.
Por mucho que le había dicho a Meghan que no iría a comisaría, no pensaba quedarme de brazos cruzados viendo como una de las mejores personas que había conocido en aquel viaje salía perjudicada. Tenía que hacer algo.
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Volver. (Savannah + William)
RomanceSavannah. William. Cuando rompieron, iniciaron una relación de odio mutuo. Trabajar juntos les obligó a frenar. O por lo menos a intentarlo. Savannah odia a William. William odia a Savannah. Savannah trabaja para William. William le propone una o...