Capitulo 22

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Sali disparada hacia la habitacion donde se encontraba Dario. Abri la habitacion tan rápido como pude, me encontre a un Dario en calzonas y con el pelo humedo.

D- EHHHH, Luisa llama a la puerta, que mala educación, soy tu hermano mayor, un poquito de privacidad.

L- Serás capullo, te eh salvado el trasero más de una vez, todavia no escuche un "gracias" de tu parte. A verdad que estas demasiado ocupado follandote a tias que ni conoces.

D- ¿Que quieres?, ¿que te de las gracias?. Bien, gracias.

L-No, quiero q me digas lo siguiente.

D- Escupelo.

L- "Muchas gracias, hermanita, por salvarme el trasero, mientras yo estoy tirandome a todo lo q tiene minifalda, eres muy amable"

D- Agh, gracias hermanita por salvarme el trasero mientras me lo paso en grande.

L- Ni siquiera le has guardado luto.

D- ¿A quien?

Lo mire sorprendida.

L- ¿Enserio?, ¿¡ENSERIO!?

Escuche como el marcó de la puerta se recrajaba, mire hacia atras buscando a los responsables, como no, eran Abidim y Mert, Mert no me quitaba ojo, en cambio Abidim estaba comiendo unas palomitas tan tranquilo.

A- Bueno, ¿seguis o nos vamos a desayunar?, dijo esto mientras sacudia la bolsa de palomitas vacia, - Es que tengo hambre.

Dario cogio el albornoz del baño y se fue.

D- Cerrad la puerta cuando termineis de meteros en mi vida.

L-Sera hijo de la gran puta. Fue lo que pense.

Mert me rodeó la cintura.

Abidim se fue igual que Dario.

M- ¿Sabes de donde a sacado las palomitas?

Deje escapar una risita.

L- Ni idea.











Al bajar nos vimos en otro aprieto. Dario se encontraba tirado en el suelo con una mancha de sangre en el albornoz, por la parte de las costillas, recé por qué esa sangre no fuera de él, pero fue en vano.

Quise correr hacia él pero Mert me sujetaba con fuerza.

No vi a Abidim por ningún lado. ¿Como un hombre tan grande, este tan bien oculto? Entonces sono una voz ronca qué venia de detrás.

A- ¿Que pasa ahora?

Fue lo unico que nos dijo Abidim antes de devorar un plato de tortitas.

L- ¿Como coño puedes tener hambre?

Él levanto los hombros.

La tierra es nuestro cementerioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora