1. Abrazo

1.5K 160 16
                                    

Oscuridad y frío, eso fue lo que le dio la bienvenida al abrir la puerta del usualmente colorido hogar del mexicano.

Inmediatamente una gran preocupación se apoderó de él. Sabía lo que pasaba, Canadá se lo había dicho, Estados Unidos había engañado a Mex, Mex los había visto y su única reacción había sido huir de ahí y venir a encerrarse a su hogar.

Esos dos se amaban con su vida y México era demasiado impulsivo, ¿qué pasaría si sólo por un pequeño momento ya no le veía sentido a la vida? Si terminaba suicidándose por ese maldito capitalista, habría un funeral compartido para la pareja.

Con miedo entró a la casa, una ráfaga de viento azotó la puerta detrás de sí. Dio un brinco en su lugar y sintió su cuerpo entero erizarse. Con los nervios a flor de piel por el anterior suceso se adentró al desorden que se había convertido la entrada-comedor de la casa.

No tardó el tropezarse con algo, bajó su mirada y se encontró en el suelo un envase de sopa instantánea, seguía teniendo aquel alimento, el cual regó por todo el suelo al haberse tropezado.

Decidió ignorar el reguero que había hecho, luego ayudaría a México a ordenar lo que había hecho, su prioridad ahora era encontrar al norteamericano, y conociéndolo el último lugar en el que estaría sería su cuarto. Y con el desorden que se había hecho podía estar confundiéndolo con cualquier cúmulo de basura.

Se detuvo durante unos segundos, debía revisar toda la casa y, sinceramente, por lo que había visto sería difícil hacerlo, su teléfono había muerto hace días, por lo que había visto en un papel pegado en la reja de la casa ya le habían cortado la electricidad, el gas y dentro de poco el agua; y la luz de la luna no alumbraría lo suficiente para ver correctamente los objetos del hogar.

Se decidió por ir primero a la cocina, revisaría la habitación y buscaría algo con lo que aalumbrarse. Cuidó de no volver a tirar algo más y entró a la cocina.

Abrió la ventana y el faro en la calle del frente iluminó rápidamente algo de la habitación. Al igual que en la entrada habían diversas cosas se encontraban regadas por todo el piso.

Con su pie movió la basura, asegurándose de que esta no era el mexicano. Buscó en los cajones algo con lo que alumbrar, encontrando una caja de cerillos vacía y una vela gastada prácticamente por completo.

Suspiró y salió de la cocina, no le quedaría más que revisar el resto del lugar en penumbras. En pocos segundos entró a la sala, abrió la ventana, y la luz de otro faro volvió a iluminar la habitación, esta era el cuarto que más ordenado estaba.

Y de nuevo México no estaba ahí, la preocupación ya había desaparecido hace poco, sabía que Mex no era el tipo de persona que se mataría por amor. Era demasiado orgulloso para hacer eso.

Y finalmente notó aquella tenue luz salir de debajo de la puerta cerrada de una de las habitaciones. Se acercó intentando hacer el menor ruido posible.

Abrió la puerta y se quedó parado en el marco de este durante unos segundos. La imagen frente a él, era más que devastadora.

México lloraba en casi absoluto silencio, mientras abrazaba lo que parecía ser un portarretratos, estando rodreado de los que reconocía como regalos del estadounidense.

Estaba a punto de dar un paso al interior del cuarto cuando escuchó la voz del mayor.

- ¿Por qué me cambiaste por él? - aquel sollozo le estremeció de pies a cabeza, él se sentía igual, pero sabía que esa pregunta probablemente nunca tendría respuesta.

- ¿Qué tiene él que yo no? - aquella destrozada voz volvió a retumbar la habitación.

" Tú eres mucho mejor que él" era lo que quería decirle, que ya no llorara por alguien que no lo merecía, que nada de esto era su culpa.

Pero en vez de eso fue a sentarse en silencio a su lado, rodeándolo con sus brazos y creando un cálido abrazo antes de que el mexicano tuviera oportunidad de reclamar.

- Vene... - sollozo, aferrándose a su espalda y ocultando su rostro en el hombro ajeno, callando sus sollozos con esta acción.

- É-él me pidió que fuera su esposo... Vene ¿por qué me hizo esto? - preguntó con aquella tristeza que destruía al veneco.

No tenía la respuesta, por supuesto que no la tenía, ¿cómo podría saber por qué alguien engañaría a una persona tan amable, pura y honesta como lo era México?

No le entraba en la cabeza el engaño de USA, simplemente no podía creerselo.

- Pero, 'tas seguro - le sintió asentir contra se cuello - ¿L-los viste? - volvió a preguntar y recibió la misma respuesta.

Calló durante unos cortos segundos, sabía que él en un par de días estaría igual o incluso peor que México, pero ya no quería ver aquel dolor en su amigo.

- Marico no puedes estar así - le dijo en un susurro, apretándolo más en el abrazo.

Y finalmente sintió aquel tibio liquido empapar su hombro, lo apretó más en el abrazo.

Y entonces recordó por qué estaba ahí. Colombia, su hermano y pareja por tantos años, quien pensó que sería el amor de su vida lo había estado engañando todo este tiempo con Ecuador, con quien creyó era el más inocente de los tres.

Solo por un minuto dejó aquella mascara de indiferencia de lado, escondiendo su rostro en el hombro del contrario y permitiéndose soltar todas aquellas silenciosas lagrimas guardadas por días.


























































<▪︎>

Sé que no debería estar haciendo esto, con dos historias estoy muriendo para actualizar seguido, pero leí el cap y estuvo demasiado bonito para no publicarlo.

:3

③⓪ ⓓⓘⓐⓢ ⓄⓉⓅ +①⑧ 🇻🇪Venemex🇲🇽 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora