4. Chupón

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Estoy intentando acostumbrarme a escribir Usamex de nuevo, así que puede que este capítulo sea algo confuso, ten la confianza de preguntar  ^^

El mexicano miraba al tricolor de 8 estrellas a lo lejos. Veía a este al lado de Rusia, hablando animadamente mientras cargaban con las cajas que Onu les había pedido transportaran.

El menor rió de manera discreta ante seguramente algún comentario del eslavo, este correspondió a la risa del venezolano, pasando uno de sus brazos por la espalda alta del latino y volviendo de esta manera al lugar de donde habían estado sacando aquellas pesadas cajas.

Mordió su labio levemente, en un discreto gesto que demostraba lo celoso que se encontraba ahora mismo.

¡Firmarían el divorcio hoy! Y en vez de intentar explicarle qué era lo que había visto, simplemente se la pasaba riendo de un lado al otro junto a aquel ruso.

Había ido a su casa, hace a penas una semana, y aunque las luces estaban encendidas nadie le abrió. Esperó horas afuera de aquella pequeña casa, esperó toda la noche y aún así no se atrevió a abrirle.

Eso sólo le hacía creer que todo lo que había visto no era más que la cruel realidad, que Venezuela lo había engañado con Colombia, y que él no había sido más que el reemplazo temporal del colombiano.

Bufó y se apoyo en el hombro del estadounidense, este se sorprendió un poco, para después acariciar con dulzura su cabeza y besar su frente tímidamente. Subió su mirada hasta toparse con el mayor, lo observó en silencio por unos segundos.

Estaba junto a aquella potencia de nuevo, jamás había dejado de amarlo, nunca había dejado de pensar en él. ¿Entonces por qué no podía evitar sentirse celoso cuando veía a aquellos dos países reír de manera tan amena? No podía amar a dos personas al mismo tiempo, no podía estar bien de ninguna manera, no podía sentir algo que sabía estaba mal.

En un intento por callar aquella culpa fn su interior lo jaló para besarlo por unos pocos segundos, el mayor tardó en corresponder unos segundos, para después él tomar el mando, atrayéndolo en un cálido abrazo.

Sonrió y se refugió en el pecho del más grande, podía escuchar a la perfección los erráticos latidos del corazón del otro norteamericano, sabía que el suyo latía de la misma manera.

— I missed you so much, Mexico — susurró el estadounidense, reforzando el abrazo y manteniéndolo pegado a él por largos minutos.

— Yo también... también te extrañé — respondió, dejando de lado el orgullo que había mantenido por los últimos años.

El estadounidense esbozó una sonrisa, emocionado por las palabras del latino.

— No sabes lo feliz que estoy de escucharte decir eso — murmuró con un acento que revelaba su lengua materna, siendo incapaz de suprimir aquello. Sacándole otra sonrisa al mexicano.

Aún con la sincera sonrisa en sus labios giró su cabeza al lado contrario aún recostada en el pecho del más alto. De inmediato chocó con la mirada del venezolano, no logró descifrar lo que expresaba. Creyó que el sudamericano apartaría su mirada a los pocos segundos, mas acabó siendo él quien centrara su atención en otro objeto, incomodo por la constante mirada de su futuro ex esposo.

Otra vez sentía su pecho retumbar a causa de los nervios, sólo que esta vez no era por culpa del tricolor que abrazaba, sino de uno que lo miraba descaradamente desde la distancia.

De verdad que no entendía sus sentimientos.

[...]

— Y eso sería todo por este mes, pueden retirarse — indicó la organización, recogiendo los papeles de la superficie frente a él, se detuvo al toparse con una carpeta que no contenían cosas de la reunión recién terminada. Alzó su mirada de nuevo, escaneando rápidamente la ya vacía habitación y encontrando de inmediato a quien buscaba — México, ¿podrías esperarme un minuto? Necesito entregarte algo, a solas —

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