(Liam)
La luz de un nuevo día entraba por la gigante ventana de mi cuarto, deslumbrando así toda la habitación.
Abrí los ojos lentamente para que la luz no me cegara, y me gire para asegurarme de que allí seguía Lexa.
Su cara estaba apoyada en mi pecho, y me abrazaba con ambas manos. Un mechón de su castaño pelo, le caía por delante de la cara, haciéndole cosquillas en la nariz al respirar. Lo agarre, y se lo aparte hacia atrás, mientras me quedaba embobado mirándola dormir.
Le di un suave beso en la frente, y se fue despertando lentamente a medida que se separaba de mí.
-Buenos días- le dije sonriendo.
Me miro divertida, y se volvió a tapar con la sabana para poder dormir un poco más.
De repente, se la volvió a sacar, y esta vez me miro decidida y me dijo:
- Me dices la hora?
Me giré para poder ver la hora en el despertador de la mesita de noche, y al ver la hora que era, me quede de piedra.
Me gire hacia ella como si hubiera visto un fantasma.
-Es muy tarde amor, tanto que creo que mis padres ya hace horas que están en casa- dije mientras me levantaba de un salto de la cama en busca de mi ropa interior.
Vi que ella se inclinó rápidamente hacia mi lado de la cama para mirar el reloj, y de un bote salio de la cama corriendo.
-No pude ser, esto no me puede estar pasando. Mi madre me va a matar!- dijo poniéndose las manos en la cabeza preocupada.
Rápidamente, me puse unos pantalones que encontré en mi armario, y me fui a la habitación de Emma a coger-le ropa para Lexa.
Abrí la puerta rápidamente de su habitación, y me la encontré tirada en el suelo sacando-se selfie.
- Liam!! Sal de aquí, vamos! -me dijo chillándome y levantando-sé del suelo.
-Emma necesitó un favor, te juro que si lo haces haré lo que quieras. Por favor. -le dije agarrándola por los hombros y poniendo mi mejor cara.
-Esta bien, luego negociaremos este trato. Ahora dime, que necesitas?- me dijo con una leve sonrisa que intentaba esconder.
- Primero de todo necesitó ropa para Lexa, que bueno, su ropa...ha tenido un accidente- le dije poniéndome la mano en la nuca mientras improvisaba algo para que no nos descubriera.
- Te refieres a esa ropa que cuando llegaron papá y mamá se encontraron frente la escalera?
Me quede en blanco, y maldije lo perezoso que había sido de no haber-la recogido ayer.
-Que han dicho? -le pregunté tímido mientras ella removía toda la ropa de su armario, y me ponía entre mis brazos la ropa que ella había elegido para Lexa.
-Puedes estar tranquilo, que les dije que era mía, que me habías molestado, y para devolvértela te había tirado la ropa por las escaleras antes de irme a casa de Matt.- me dijo mientras me empujaba hacia la puerta para que saliera de su habitación.
- Te quiero hermanita. Y la última cosa -dije poniendo la mano en su puerta para evitar que me la cerrara en la cara- me debes ayudar a que pueda salir sin que ni papá ni mamá se enteren.
- Llevale la ropa a tu novia, y dile que se vista rápido, que os prepararé el terreno para que podáis salir.
- Gracias por todo, te lo compensare.
Oí la puerta de su habitación cerrarse de un golpe detrás mío, y me fui corriendo a mi habitación.
Cuando entre, me la encontré envuelta con las sabanas, mientras estaba de rodillas en el suelo enfrente mi espejo y se pintaba los labios con un color muy discreto.
Me acerque a ella y le di la ropa que me había dado mi hermana.
-Muchas gracias amor. Acabo de llamar a mi madre y me a dicho que deberia de estar en menos de una hora en casa para comer con unos amigos suyos, así que voy a tener que darme prisa si quiero llegar a tiempo para evitar una guerra en casa. -me decía mientras la sabana caía al suelo, y ella rápidamente se ponía los tejanos negros, y la sudadera de los Lakers.
- Mi hermana nos ayudara a que puedas salir de casa sin que te vean, y no te preocupes por la ropa que llevabas ayer, la lavare y ya te la llevare.
Me miro sonriendo, y me dio un beso rápido.
Agarro su bolso, y se puso mis deportivas mientras me miraba sonriendo.
Me reí, y la agarre de la manó para que me siguiera a la habitación de mi hermana.
- Hola Lexa- le dijo Emma abrazándola - vamos a ver, en casa están nuestros padres y dos empresarios rondando por la casa, para no sé que trabajo de mama. Entonces, lo que vais a hacer, será ir rápidamente hacia la puerta, y tu Liam antes de eso vas a ir a la cocina y gritaras a mama, porque justamente ella esta delante de la puerta. Yo distraeré a papa, y mientras mama va a la cocina, tú y Lexa os vais. Me debes una, hermanito.
Era un plan perfecto, mire a Lexa que nos miraba entusiasmada, y empezamos el plan.
Baje las escaleras, hasta llegar a la cocina, y justo cuando iba a gritar a mi madre, vi mi móvil y lo agarre feliz de haber-lo encontrado.
- Mama!! Ayudame, que no sé hacer esto! -grite despreocupado, mientras corría por el pasillo hasta la puerta principal donde me esperaba Lexa escondida detrás de una estatua de decoración.
Oía de fondo a mi hermana hablar con mi padre muy entusiasmada mientras se lo llevaba a la cocina junto a los dos empresarios.
Abrí la puerta, y nos quedamos los dos parados frente al ascensor.
Llevaba el pelo recogido en un moño, y ese mechón se le volvió a caer. Lo agarre y le puse detrás de la oreja mientras le decía:
- Ha sido mi mejor noche, te quiero muchísimo, y espero que tus padres no se lo tomen a mal esto de que ayas llegado un poco tarde.
Se rió al escuchar la última parte, y me puso su mano en mi mejilla acariciándomela.
- Para mí ha sido la mejor, y espero que no me echen demasiada bronca.-dijo mientras me besaba y entraba en el ascensor.
Antes de que las puertas se cerraran del todo, me miro y me dijo:
- Yo también te quiero.
Inmediatamente, apoye mi espalda en la pared, y cerré los ojos para analizar esas perfectas horas, donde no deje ni un solo segundo de ser feliz.Entre en casa medio embobado, pensando en ella, y cuando cerré la puerta detrás mio, me encontré a Emma, de brazos cruzados delante mio, y con una sonrisa que no me gustaba para nada.
- Creo que ya he encontrado la manera de que me devuelvas el favor, Liam.
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Sobre todo, locura
Novela Juvenil"Tiró la blusa al suelo, y me quede con la mirada perdida en su sujetador de encaje negro..., no sabía aún ni como esa chica estaba totalmente para mí, ni como me la quería tanto, pero lo que estaba claro es que para mí ella era una droga de la cual...