Capítulo 1

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Me llamo Sandra y tengo 18 años hoy por fin voy a cumplir mi sueño, mis padres han cedido a pagarme unas clases de interpretación en Madrid seguramente me quedaré en la recidencia de la universidad. Estoy ilusionada porque hoy es mi último día en Canarias, si, se que hecharé de menos a mis amigos y a mi familia pero una persona importante vendrá conmigo a Madrid. Esa persona es mi mejor amiga, su nombre es Verónica. Estoy en el coche dirigiéndome al aeropuerto, buff ahora me voy a tragar 2 horas de avión, lo único bueno es que las pasare con Verónica.
Mis padres nos acaban de dejar a Verónica y a mi en la entrada del aeropuerto así que agarró mis maletas y le hago una seña a Verónica para entrar, derrepente siento que alguien me agarra la mano me viro para atrás rápidamente pero me relajo cuando veo la mano (esa mano con ese anillo solo puede ser de una persona) el era Adrian me dice con la voz burlona - Ee no te despides de mí o que enana. Cuando escucho esas palabras se me saltan las lágrimas se que lo voy a hechar de menos, el a sido la persona más especial para mi. Cuando ve qué se me escapaba una lagrima me abraza lo más fuerte que puede y nos acompaña a mi y a Verónica asta que nos montamos en el avión.
Cuando encontramos nuestro sitio Verónica y yo nos a comodamos y como no, Verónica se había traído su portátil, se había descargado series para verlas en el trayecto, en cambio yo cogí mis auriculares, los conecte en mi móvil y escuche música durante el trayecto asta que me quedé dormida, estaba tan cansada que me pase la mitad del vuelo durmiendo asta que me levanto Verónica gritandome al oído - Chacha que ya llegamos. Me levanto de un susto, le dije a verónica con mi voz media dormida - ¿Ya llegamos? que pronto. A lo que ella me responde con voz burlona - Normal si te la pasas durmiendo se te pasan las horas en segundos. Me empece a reír mientras recogía todo para bajarme del avión. Estábamos en el aeropuerto de Madrid, las dos no sabíamos en que parte nos encontrabamos exactamente así que preguntamos por donde se salía a algunas personas, asta que una señora muy amable nos condujo a la salida. Cogimos un taxi y le pedí que nos llevara a la recidencia para  instalarnos y descansar del agotador viaje.

Y cuando te vi lo supe todo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora