«-Por eso es conveniente ser una oveja negra-dijo con tono socarrón-. Son las únicas que saben reconocer al lobo bajo la piel de cordero.»
-Carolina Andújar
🎶Juguemos en el bosque, mientras el lobo no esta, ¿lobo, esta?🎶
Primer...
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***
Mechones negros como la noche caían al rededor de su rostro como un marco oscuro, sus ojos ahumados me recordaron al cielo justo antes del amanecer. Podía ver vestigios de una piel bronceada debajo de toda la suciedad que cubría su cuerpo y los jirones de tela que usaba como ropa. Tenía la espalda ancha, sus omóplatos se marcaban debido a la forma en la que se cuerpo estaba curvado; sus brazos parecían fibrosos y fuertes, con bello oscuro que cubría hasta las muñecas, sus dedos curvos terminaban en garras afiladas, largas y letales. Era la visión de un hombre a punto de perder su humanidad. Una bestia en desarrollo. Una corriente de emociones desconocidas viajó por mi cuerpo, mi corazón aceleró su marcha de forma irregular, cortando el oxígeno en mis pulmones.
Dí un instintivo paso hacia atrás, pero mi espalda chocó con el cuerpo de Wexton, quien aún sostenía mi garganta. Pero la presión de su agarre había disminuido por completo, y podía adivinar que observaba a la criatura frente a nosotros con la misma perplejidad que yo lo hacía.
—Suéltalo—. Ordenó Marcus al verdugo.
El hombre le dió una mirada vacilante a su rey, pero terminó asintiendo. Acercó con cautela sus manos a la cadena de metal plateado que llevaba en el cuello la bestia, y está cayó pesadamente sobre el suelo alfombrado cuando la cerradura fue abierta.
La criatura dejo salir un largo jadeo que retumbó en las paredes, y tomó una bocanada de aire, pero no se movió. Sus manos también fueron liberadas, y sentí mi estómago revolverse cuando ví la piel descarnada de sus muñecas.
El carcelero de puso derecho, recogiendo los grilletes.
—¿Q-qué significa esto, Marcus?—La voz temblorosa de Cassandra llegó a mis oídos, logrando sacarme por fin del hechizo de la bestia.
—Eso es Tristán—. La voz cantarina del rey parecía distónica en el ambiente—; es mi más reciente posesión. Lo encontraron en los bosques fronterizos con el reino de Alvath.
Detrás de mí, Wexton dejó caer sus manos lejos de mi cuerpo, y pude ver de soslayo que sus ojos estaban aún fijos en el hombre lobo.
—¿Qué le has hecho a este hombre?—Cassandra sonó angustiada, e intentó dar un paso hacia la bestia.
Eso fue un grave error, porque le criatura reaccionó de inmediato, soltando un bramido y lanzadose contra la hechicera.
Mi cuerpo se movió por sí mismo, como reflejo de mis deseos por proteger a la única persona que me importaba. Empujé a Cassandra un instante antes, logrando que la bestia colisionara contra mí, tirandonos al suelo a ambos.
El salió salió de mi cuerpo por el impacto, pero no tuve tiempo de recuperarme. El hombre se puso sobre mí, soltando un gruñido estremecedor, y tratando de alcanzar mi rostro. Incluso con el bosal que llevaba, pude ser perfectamente sus dientes afilados. Sus garras clavaron mis hombros al piso.
