CAPÍTULO DOS

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Uno nunca puede saber si alguien está tratando de aprovecharse, pero podemos tener ciertos recaudos. Por ejemplo, las acciones que hicimos en algún momento corresponden a nuestra reputación en el presente. Que, si bien todos podemos tener un pequeño desliz, lo cierto es que equivocarse demasiadas veces denota mucho sobre nuestra personalidad. No me gusta pensar que prejuzgo a la gente, simplemente soy precavida. Es por esto que no puedo acercarme a Tomás, por más que quizás me gustaría sé que no supo tratar correctamente a sus ex novias. Siempre las engañó con otras, siempre se emborrachó y siempre terminó poniendo su miembro donde no debía. No hay mucho más que decir.

Siempre me gustó mucho mi escuela, es un edificio maravilloso. Tiene tres pisos y un subsuelo, la biblioteca es de ensueño y los patios también. Pero mi lugar favorito es uno de los más tranquilos. Llegando al departamento de Geografía, justo antes de doblar a la izquierda donde está el departamento de Plástica, hay un pasillo extenso con amplios ventanales. Estos miran hacia uno de los patios y por el otro lado del pasillo hay otras ventanas, que son parte del Aula Magna. Pero lo que más me gusta de este pasillo es que hay un banquito y desde ahí, por la noche, mirando por los ventanales, se ven increíbles las estrellas. También se llega a dilucidar el departamento de Astronomía, que se parece a un pequeño iglú. Me paso mucho tiempo sentada en ese banquito y a veces tengo suerte, cuando se escucha desde el Aula Magna el órgano de cuatro teclados con más de 3500 tubos que fue instalado en 1928. No puedo explicar la paz que me brinda ese sitio y quisiera siempre poder volver.

-Leila, ¿por qué estás aquí sola?

-Este lugar me relaja mucho Lucas ¿A vos no?

-No lo sé, nunca me lo he pasado aquí

-Deberías, vení, sentate -Se sentó a mi lado confiado y cerró los ojos, entonces también yo los cerré.

-Estoy preocupado amiga

-¿Qué pasó?

-Juan no me responde los textos, me imagino que será por lo que ocurrió en el verano y me imagino que ya te lo ha dicho -Ninguno de los dos abrió los ojos, simplemente hablamos así.

-Sí, me contó, lamento que todavía no te respondió

-Ostia amiga, los chavos me tienen podridísimo -Lentamente abrí los ojos, lo miré y apoyé mi mano en su regazo.

-¿Él te gusta? -Abrió sus ojos y me miró. Nunca antes lo había visto tan triste, excepto por esa vez que tuvo el accidente.

-No lo sé, supongo que sí, pero no me agrada que el chaval se ponga tan bobo ¿Es tan difícil responder un texto?

-No sé qué decirte, me parece que está actuando mal porque ni siquiera te dice lo que le pasa. Pero también supongo que todo esto es nuevo para él y está explorando su sexualidad. A parte seguro el ver que no es cien por ciento heterosexual quizás le hace dudar. No te lo tomes personal

-Ya me la he liado tantas veces que quería que una fuese por amor, pero es que nunca lo es

-Sé que dentro de poco vas a encontrar lo que buscás, no tenés por qué deprimirte. Obvio que es un bajón estar enamorado de alguien que no te da bola, pero quizás se le pasa y puedan hablar. Igual vos sabés que él no le responde los mensajes a nadie...

- Cierto, ni siquiera a ti. Gracias amiga -Nos acercamos y nos dimos un lindo abrazo. Luego de unos segundos sonó el timbre.

-Se terminó la hora libre, hay que ir al aula de química ¿no?

-Desgraciadamente sí -Nos levantamos juntos y caminamos con nuestras mochilas hacia las escaleras.

Disfruté mucho esa conversación, que, si bien no fue demasiado alegre, se siente bien cuando se puede hablar de cosas profundas con los amigos y poder estar ahí para ellos. Aunque esto lamentablemente ya no sea tan así con Juan y esta conversación con Lucas me hizo acordar sobre eso. La verdad es que los conozco a ambos muy bien y bueno, a Juan más de lo que me gustaría. Hace un tiempo hubo algo entre él y yo, una de esas cosas de las que me arrepiento. Esa es una de las causas por las que ya no estoy de novia.

Mi peor enemigo [en curso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora