Epílogo

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Algunos años después...

Dos niñas se encontraban jugando con una pelota en la playa.
-Estrella y Gema no se alejen mucho de la orilla del mar- dijo un chico.
-No papi Emilio- dijeron al unísono.
-Me encanta saber que te preocupas por nuestras hijas- dijo Joaquín abrazándolo por la espalda.
-Ellas son mi motivo para vivir al igual que tú.
Después de que Emilio y Joaquín dieron el paso de contraer matrimonio decidieron llenar sus vidas de alegría, por lo cual adoptaron a dos gemelas de tres años llamadas Estrella y Gema, ellas habían logrado robarse sus corazones desde el primer momento en que las vieron, además, sus nombres le recordaban mucho el mar a Emilio. Las pequeñas continuaban jugando con su pelota cuando en un lanzamiento fue a parar al agua.
-Yo la saco- dijo la pequeña Gema y se acercó un poco a la orilla para sacar su pelota, pero era tan pequeña que en un movimiento de la marea fue arrastrada al mar-. ¡Ahhh!
-¡Gema!- gritó al no ver a su hermana salir del agua-. ¡Papi Emilio, papi Joaquín!
La pequeña Gema trataba de salir a la superficie pero le era imposible, buscaba a su alrededor algo con que sostenerse. Mientras miraba logró observar entre el agua algo que parecía como una cola de pescado, Gema tenía algo de miedo y cerró los ojos. Sentía que aquella criatura se acercaba cada vez más, hasta que de repente Gema comenzó a respirar bajo el agua.
-¿Quién eres?- preguntó asustada-. No me hagas daño.
-Tranquila pequeña, no te haré nada- dijo cariñosamente la criatura y Gema se sorprendió al verla.
-¡¿Eres una sirena?!
-Así es, pero no solo soy una sirena, también soy tu familia.
-¿Por qué?
-Porque soy hermana de tu papi Emilio, en este caso vengo siendo tu tía.
Gema no podía creerlo, Romina le contó algunas cosas de su hermano cuando eran jóvenes.
-Tía, pero ¿cómo es que puedo respirar bajo el agua?- preguntó con curiosidad.
-Bueno pequeña, cuando vi que caíste al agua actúe de inmediato porque mi corazón me decía que tú eras alguien especial para mi hermano y no me gustaría verlo sufrir si perdiera a alguien de su familia. Es por eso que te hice este collar de caracoles para que pudieras respirar.
-Gracias tía por haberme salvado y aunque apenas te conocí ya te quiero mucho.
-Y yo a ti pequeña. Es hora de que regreses a la superficie, tus padres y hermanita deben estar preocupados.
Se dieron un enorme abrazo antes de que Romina la ayudara a salir del agua.
-Mi amor ¿estás bien?- dijo Joaquín al acercarse una vez que salió del agua.
-Ay mi niña, que susto nos metiste- dijo Emilio llenándola de besos en sus cachetitos.
-Estoy bien papis, de hecho una sirena me ayudó y me dio este collar de caracoles- dijo la pequeña y los chicos se miraron asombrados.
-¿Una sirena?
-Si y dijo que era mi tía porque te conocía papi Emilio.
-Ay chiquita, ven aquí.
Emilio abrazó a su hija, le ponía feliz saber que su familia aun lo amaba ya que su hermana salvó a su pequeña.

Amor bajo el marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora