capitulo 2. Magia

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Sentí un dolor de cabeza, algo fuerte, acompañado de un ardor, por instinto toque mi frente y me encontré con que tenía una venda.

—¿Se encuentra bien?  —una voz que no reconocía me llamaba.

Confundida trate de ver a mi alrededor, no encontraba nada familiar y mucho menos parecía un hospital.

Me sobresalte, espantada de no saber dónde estaba, tratando de tranquilizarme y recordar que es lo que había pasado, me di cuenta que estaba en una cama no muy grande, tenía unos barrotes delgados que salían de cada una de las cuatro esquinas de la cama, de ellos colgaba un fina tela casi transparente, en el fondo había un tocador, y sobre el tenía botellas de vidrio, como si fueran medicinas, pero estas no tenían etiquetas.
Podía ver qué era de día, por la gran ventana que estaba alado mío, tenía un escritorio de frente donde había una vela y lo que parecían ser plumas con tinta.  Todo era muy raro.

—¿Quien es usted? —No podía articular palabra, estaba asustada.

"¿Estoy siendo secuestrada?" Es lo único que pude pensar.

—Tranquila  —me decía con voz dulce

Era una señora, por sus facciones podía observar que no era menor a treinta y cinco años pero no tan mayor para llegar a los cuarenta. Tenía un peinado muy raro, en el cabello llevaba chinos que estaban muy juntos, hacia parecer que tenía el cabello corto, su vestido era largo y parecía tener una corset, que marcaba su esbelta figura, tenía manga larga y en ella olanes, todo el vestido era de un color rosa y azul pastel.

Se parecía mucho aún atuendo que ya había visto en el museo, mientras arreglaba una exposición de ropa antigua.

¿Estaría en una habitación que no conocía del museo?

—No te exaltes —me sonrió.

—¿Donde estoy?  —en un movimiento brusco salte de la cama —¿Mi ropa? ¡Qué hicieron con mi ropa¡ —grite al ver que tenía un camisón, parecía ser de manta.

El semblante de la señora mostraba nerviosismo.

—No podíamos dejarte vestida así —se explico

Al escuchar eso me puse aún más nerviosa.

—Sientate —me suplicó.

Aun nerviosa obedecí.
Recordé inmediatamente un documental sobre que hacer si eras secuestrada, así que lo primordial era tomar la calma y obedecer a tu raptor.

Así que me senté en la cama, como ella me lo había pedido.
Al ver que me tranquilizaba un poco, hizo lo mismo y se colocó en la silla que estaba alado de mi.

—Mi nombre es Victoria Bourgh —inclino la cabeza —está mañana mi esposo y yo, salimos a dar un paseo como siempre lo acostumbramos,  cuando llegamos al lago que cruza con nuestra propiedad vimos que había una foto tirada  —se paró y con un caminar liviano, se acerco a lo que parecía ser una cajonera y de ella saco la foto con la que me había desmayado.

—Así fue que tambien la vimos, estaba tirada, parecía que había sufrido una grave caída, nos preocupamos por verla en ese estado y fue entonces que con ayuda de mi esposo la trajimos a casa —con la foto aún en la mano, tomo otra bolsa de tela, de las cuales  y saco todo lo que parecían ser mis pertenencias.
Se acerco con mucho cuidado, cómosi fuera ella la que me tuviera miedo, me las entrego y volvió a tomar asiento

—Espero y nos perdone el atrevimiento, pero su ropa estaba llena de barro y decidimos cambiarla.

—¿Cuánto tiempo he estado inconsciente?

PASADO, PRESENTE Y FUTURO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora