Desde pequeña tuve mucha curiosidad sobre cómo vivía la gente en años pasados, me gusta ver como trataban de curar las enfermedades, como vestían, que normas había en la sociedad y ahora por un accidente que no comprendía lo estaba viviendo en carne propia.
Durante el baño que me había preparado la Sra. Bourgh, sólo pensaba en que tenía que buscar la manera de regresar a casa, tal vez recolectando pistas que me hagan llegar a la conclusión de porque estoy aquí.
Pero no sabía por dónde empezar.
Al salir del baño, tome mi cabello y lo peine con un broche que la Sra. Bourgh me había dado, me dijo que era necesario tener siempre el cabello amarrado, a lo que yo le pregunte porque y me dijo que mas adelante hablaríamos sobre lo que rige la sociedad para las mujeres, también había dejado un vestido, color café, no tenía mangas ni olanes, no me sorprendía en absoluto el vestido, era típico del año, lo sabía muy bien porque vestidos de este tipo habían llegado al Museo para ser observados.
Salí de la habitación y daba aún pequeño pasillo, era todo de color azul, baje las escaleras de madera y llegue al comedor.
Entre en este y los señores ya me esperaban sentados.
El señor Bourgh se puso de pie al verme entrar y me indicó que me sentará alado de su esposa y obedecí.
—Te ves muy hermosa —me sonrío la señora Victoria.
—Adelante —el Sr. Bourgh me señaló el tazón de papas hervidas —puedes tomar lo que te agrade.
—¡Oh Srta. Sheridan! —exclamó la Sra. Victoria —mi querido esposo se pasó toda la mañana pensando en que sería bueno cocinar para ti, no tenemos idea de tu dieta.
—Esto está bien, gracias —me trataban tan raro, era obvio que para ellos tambien lo era —De donde vengo también comemos este tipo de cosas, papas, carne, pan, aún que ya la gente en ocasiones come más comida instantánea, es más rápida y barata.
—¿Comida instantánea?
no pude esconder mi pequeña risa al ver el asombro reflejado en el rostro de la Sra.
—Hay muchas cosas que nos gustaría escuchar —exclamó George —pero será mejor que comas bien y más tarde tendrás tiempo de contarnos todo.
La comida era en verdad deliciosa, había pan que por el sabor y la textura se podía saber que no tenía nada de conservadores, y eso era obvio, aún no existian. La leche al igual que la carne eran frescos, lo sabía por el sabor y olor.
Terminando de desayunar, di las gracias.
—Esperamos que en verdad te allá gustado —sonrió Víctoria
—Estubo muy delicioso, es todo tan natural.
Se me quedaron viendo algo raro al escuchar esas palabras, yo sólo sonreí de vergüenza.
Nos dirigimos a un pequeño saloncito, tenía sólo un sofá, y unas cuantas sillas a juego, también había un pequeño librero y una mesita que sostenía un bonito jarrón.
Me senté en la sillita que estaba enfrente del sofá, pues los señores se habían sentado en el.
—¿Puedo llamarte Annia? —me pregunto con una gran sonrisa la Sra. Bourgh
—Claro, de donde vengo es muy raro que nos llamemos por el apellido.
—Nos gustaría mucho que nos comenzarás a hablar sobre tu mundo y sobre ti —me dijo el Sr. Bourgh.
—¿Que les gustaría saber? _ había tantas cosas que eran muy diferentes, en la ropa, comida, transporte, medicina que no sabía por donde empezar.
—Todo —sonrió ansiosa —se muy bien que a mi marido le gustaría saber sobre los avances en la medicina —lo miro y saco una pequeña risa.
Por el pequeño tiempo que he estado con ellos, podía observar que la señora era una persona noble y risueña y su esposo también lo era y sobre todo podía verse el amor de los dos.
—Bueno —suspire —Empezaré contándoles sobre mi.
—Soy hija única, mis padres son Marco Sheridan y María Sheridan, desde pequeña me llamo mucho la atención la historia, me gustaba saber como era que viví a la gente.
En mi mundo no es tan común que una jovencita de quince años se casé, a decir verdad eso está mal visto y puede ser considerado un delito en muchas sociedades o países.
Las mujeres de mi tiempo estudiamos, nos preparamos, en ocasiones se prefiere estar soltera, o vivir en unión libre —me miraron confundidos cundo dije lo último —vivir en unión libre es estar viviendo una relación como si fuera un matrimonio pero sin estar casados —me explique.—Preferimos tanto estudiar y prepararnos —continue —que incluso llegamos a tener puestos más altos que un hombre y para nada es mal visto.
Sobre las familias, ya no es tan dado a tener muchos hijos, hay familias que sólo tienen uno, o incluso prefieren tener mascotas, también los hombres ayudan a las tareas domésticas, pueden ayudar en la cocina o en los deberes de limpieza
Los señores en verdad me miraban tan sorprendidos, que no pude evitar echarme a reír.
—Lo siento —trataba de parar de reir —es sólo que me es divertido estar contando estas cosas que son tan normales para mi —me tranquilice y continúe.
En el tema del transporte hay muchos cambios, en la vía terrestre ocupamos carros o motos, estos son empujados por gasolina o energía eléctrica, en el aire existen los aviones que son los que ocupamos para transportarnos a distancias más largas, como de país a país y en el mar, utilizamos barcos o motos acuáticas, que son como las terrestres pero estas se usan en el agua.
En cuestiones de la ropa, es normal que las mujeres ocupamos pantalones como los que ustedes vieron, también usamos faldas y vestidos y los hombres usan pantalones largos o cortos
—¿Usamos vestidos? —Me interrumpió el Sr. Bourgh preocupado.
—No —reí un poco, aún que había personas que si, preferí dejarlo en secreto.
En cuestión de la medicina, ya hay muchos cambios, pero seguimos sin poder encontrar curas de enfermedades mortales, como el cáncer por ejemplo.
Tenemos máquinas para ver el interior del cuerpo, como los huesos, el estómago, la garganta, entre otras partes, contamos con medicamentos muy precisos que ayudan con las infecciones o alergias.
El Sr. Bourgh la miraba asombrado
—¿Cómo se realizan ahora las sangría? —pregunto.
—Eso Sr. Bourgh ya no se aplica, tengo entendido que ustedes lo hace porque tienen la creencia de que las enfermedades están en la sangre, pero es totalmente erróneo, hay unos glóbulos blancos en la sangre que son los que ayudan en parte a combatir la enfermedad, es por eso que no debe realizarse e incluso porque la gente corre el riesgo de desangrarse.
Me miraba tan extasiado que comenzó a bombardearme con mas preguntas
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PASADO, PRESENTE Y FUTURO.
Romance¿Que pasaría si una joven de 21 años del año 2025 viaja por accidente al año 1813? ¿Se imaginan lo complicado que sería? Tomando en cuenta todas las diferencias sociales, y tecnologícas. Esta historia trata de como Annia Sheridan tratando de regre...